XXII
Capítulo General
de la Sociedad de san Francisco de Sales Roma, 14 de enero -
12 de mayo de 1984
DOCUMENTOS
Orientaciones operativas
Discurso del Rector Mayor
Mensajes y testimonios
Un poco de crónica
TESTIMONIOS
HOMILIA DEL RECTOR MAYOR
en la Misa que clausuró los ejercicios espirituales con el "acto
de abandono" en María
(14 de enero de 1984)
Nos alegra muchísimo que en esta celebración estén
93 con nosotros algunos de nuestros hermanos miembros del colegio episcopal:
monseñor Antonio Javierre, monseñor Rosalio Castillo Lara,
monseñor Alfonso Stickler y monseñor Mateo Kochuparampil.
Representan a setenta y cuatro salesianos -entre cardenales, obispos,
etc.-, que nos recuerdan de un modo vivo que la salesiana es una vocación
pastoral. Así nos sentimos más unidos todos los miembros
de la Congregación en este gesto tan significativo de nuestro
"acto de abandono" en María.
1. Los textos litúrgicos (Gál 4,4-7; Jn 19,25-27) que
acabamos de escuchar centran la reflexión de nuestra fe en la
figura de la Madre de Jesús.
San Pablo nos recuerda su función de solidaridad mediante la
maternidad de Cristo. A María le debemos el que Cristo sea uno
de los nuestros, solidario con nosotros: asumió todo lo que es
humano; se hizo incluso "pecado", porque nació de mujer.
San Juan nos ha presentado la participación activa de María
en el acontecimiento central de la salvación -en el Calvario-
y el profundo, misterioso y tierno testamento de Cristo antes de entregar
su espíritu al Padre. Dio a María como madre de Juan:
Mujer, ahí tienes a tu hijo; después, al discípulo
predilecto: Ahí tienes a tu madre. Y Juan la lleva a su propia
casa.
Así, al pie de la cruz pensamos en la maternidad universal de
María, profundizada por toda la tradición de la Iglesia
y vivida con gratitud en la vocación salesiana
Los creyentes confían en María como en la madre que nos
lleva a Cristo y nos acompaña en la maduración de la fe.
Pues bien, estas reflexiones que nos ofrecen los textos bíblicos
nos hacen gustar la belleza de haber venido de todas las partes del
mundo, de los cinco continentes, en representación de las numerosas
Inspectorías y de todas las comunidades locales para manifestar
nuestras convicciones filiales, refiriéndonos al corazón
de Don Bosco para decir con él a la Madre de Dios -como Congregación,
como comunidades locales y como personas- que nos ponemos plenamente
en sus manos.
Nos podemos preguntar: Pero, ¿por qué hacemos este gesto?
¿Qué valor tiene? ¿Es quizá un poco de sentimentalismo?
¿O acaso restauramos una mentalidad y formalidad ya superadas?
No; este gesto no es infantil. Lo hacemos como hombres maduros y conscientes.
Tiene un fundamento de fe, tiene motivaciones de atracción y
nos ofrece estímu
los de esperanza.
2. Ante todo, tiene un fundamento de fe: ¿Por qué creemos
en la actividad materna de María hoy?
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La razón próxima de esta fe, manifestada en el "acto
de abandono", es la certeza que tenemos acerca de la Asunción
de María. Estamos seguros de que es un acontecimiento característico
del misterio de la historia de la salvación. María pertenece
a las "primicias". En el género humano hay dos resucitados:
Jesús y María. Se han convertido, por ello, en el nuevo
Adán y en la nueva Eva, que construyen la nueva humanidad.
María no es un recuerdo del pasado. María está
viva con Cristo o, intercede con El ante el Padre e influye en la historia.
Con Cristo construye su cuerpo, que es la
Iglesia, con Cristo guía las vocaciones en la Iglesia, como esposa
del Espíritu Santo coopera en el nacimiento y desarrollo de los
carismas en el Pueblo de
Dios.
Tal es el fundamento de fe que justifica este nuestro gesto.
3. ¿ Qué es lo que tanto nos atrae en María? ¿Cuáles
son los motivos de esta adhesión profunda? ¿Por qué
confiamos tanto en Ella?
Pensemos un poco en el ángelus que rezamos todos los días.
En primer lugar, en María nos atrae el poder del Espíritu
Santo: El Angel del Señor anunció a María, y concibió
por obra del Espíritu Santo. En su persona constatamos que en
la historia hay una fuente de energía, un manantial de creatividad
que no depende de la evolución, ni de la ciencia, el poder o
la técnica; que no es posible calcularla con las estadísticas,
ni preverla con los estudios de los sociólogos o futurólogos.
Se trata de sorpresa, de creatividad, de increíble iniciativa
de Dios que interviene para mover la historia. La historia de la salvación
no está en el plano de la fantasía, sino que está
inserta en la única corriente de la historia para fermentarla
de libertad y plenitud. Si hay una persona y un hecho que nos recuerden
con absoluta claridad este poder del Espíritu Santo, es la anunciación
a María, que cambió el curso de la historia, para llevarla
con felicidad, a pesar de tantos dolores, a la victoria final.
Segundo aspecto que nos atrae en María: El carácter de
su santidad. En Ella no sólo contemplamos privilegios -por ejemplo,
concepción inmaculada, llena de gracia-, que sin duda los tiene;
sino que además los manifiesta en su vida concreta: He aquí
la esclava del Señor; hágase en mí según
tu palabra.
En María vemos que la santidad no es simplemente brillo de belleza,
sino también compromiso de vida; es proyecto concreto de la propia
libertad, convertido en decisiones personales de vivir y realizar los
planes de Dios sobre nosotros.
Hay, además, otro aspecto de atracción en María,
muy estimulante: El hecho de que su maternidad hace continuamente presente
a Cristo en la historia: Y la Palabra se hizo carne, y acampó
entre nosotros. Cristo está en la historia, nacido de mujer.
Este Cuerpo de Cristo dura por los siglos; no sólo hasta la Pascua,
sino también después mediante la Eucaristía, que
lo construye místicamente en la historia. El testamento del Calvario
y la Asunción nos dicen que la maternidad de María se
prolonga en el tiempo.
Así pues, ¡cuánta atracción hacia Ella, hacia
su función de salvación, hacia su maternidad!
4. Además de motivos de atracción, hay también
estímulos de esperanza.
9.5 Nosotros llamamos a María: "Madre de la Iglesia"
y "Auxiliadora". La esperanza se basa en la seguridad que
tenemos en una ayuda de lo alto. En María vemos la solicitud
materna de ayudar al Pueblo de Dios en el cumplimiento de su misión
histórica; de ayudar al Papa, a los obispos y a los fieles; de
ayudar a los religiosos, a los seglares, a los padres de familia, a
los jóvenes, a todos; de ayudar a Don Bosco, a nosotros, a la
Familia Salesiana. Nuestra esperanza cuenta con esta ayuda. ¿Para
qué necesitamos la ayuda de María? ¿Cuál
es el compromiso histórico, el ideal que acariciamos los salesianos?
Queridos hermanos: Nuestro gran ideal es construir el reino de Cristo
entre los jóvenes, evangelizar a los jóvenes. El da mihi
ánimas, cétera tulle para nosotros significa: Ayúdame
a evangelizar a la juventud; lo demás..., ¡paciencia!
No es fácil. Es un trabajo inmenso. Pero es nuestra vocación,
es nuestra pasión como lo fue de Don Bosco hasta el término
de sus fuerzas. Pues bien, María se nos presenta como la que
ayudó a nacer esta misión. Nos lo dijo Don Bosco: Todo
lo ha hecho Ella. Los famosos sueños de nuestro Fundador, sus
actividades y el inicio de sus principales obras tienen siempre un aspecto
mariano. María es la maestra y guía de nuestra vocación;
es la inspiradora de nuestras iniciativas. ¡Nacimos un ocho de
diciembre!
Por todo eso, Ella es para nosotros estímulo de esperanza. Lo
comprohamos no sólo cuando miramos a Don Bosco y nuestros orígenes;
lo vemos también actualmente a nuestro alrededor, en la expresión
más representativa de la Iglesia, la figura del Santo Padre -el
papa Juan Pablo II-, que es verdaderamente un ejempiar devoto de María:
Totus tuus, plenamente confiado a Ella, para ser, entre otras cosas,
uno de los mayores líderes de los jóvenes de todo el mundo,
un centro de gran interés para la juventud, cuya conciencia e
ideales inspira y nutre para realizar el propio futuro mediante la construcción
de una historia mejor.
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5. Por tales motivos -que no son mero sentimentalismo, sino profundamente
reales y expresión de vigorosa fe cristiana- nosotros vamos a
hacer el acto de abandono de toda la Congregación en manos de
María Auxiliadora, Madre de la Iglesia.
Como decía, hemos venido aquí de todo el mundo con una
representación. Sentimos que están con nosotros los salesianos
de los cinco continentes y de las numerosas comunidades de cada Inspectoría.
Representamos solemnemente a la misma Congregación. Más
aún, debemos sentirnos en comunión con los hermanos y
hermanas de todos los grupos de la familia salesiana, que hoy mismo
o en estos días hacen con nosotros el mismo "acto de abandono".
Este gesto de gran confianza significa una conciencia mayor del testamento
de Jesús en el Calvario, un hacernos cargo de él, un sentirlo
y vivirlo para nosotros.
Que nos recuerde también el sentido de filiación respecto
de María, que siempre ha sido intenso y vivo desde los orígenes
de nuestra vocación. De este modo, al comenzar un Capítulo
de importancia histórica y al tener que seguir afrontando tiempos
difíciles para el crecimiento de la Iglesia, de nuestro Instituto
y de nuestra Familia, podremos tener el mismo aliento, la misma grandeza
de alma y el mismo entusiasmo que tuvo Don Bosco, puesto en manos de
María para fundarnos.
Dispongámonos, pues, a hacer este solemne acto de nuestra filial
y realista devoción mariana.
CARTA DE LA SUPERIORA GENERAL F.M.A.
al Rector Mayor
Roma, 1 de enero de 1984.
Solemnidad de santa María, madre de Dios
REVERENDO PADRE:
Quiero que sea para usted mi primera palabra de este 97 nuevo año,
que se abre denso de responsabilidad y a la vez rico de exaltante esperanza
para la Congregación y para toda la familia salesiana.
Quiero, padre, que tenga la seguridad de que las Hijas de María
Auxiliadora sentimos y vivimos como cosa propia el gran acontecimiento
del Capítulo y de que le vamos a estar siempre cerca con la oración
y con el ofrecimiento concreto de sacrificios que la hagan más
acepta al buen Dios.
Me siento incapaz de expresar mi gratitud por el inmenso don de los
servicios recibidos: Gracias, muchas gracias. Un gracias que pasa por
el corazón de María Auxiliadora, a fin de que llegue enriquecido
con sus bendiciones.
Tenga la seguridad de que el Capítulo General de los salesianos
ocupa también -y de un modo especial- el centro de mi pequeño
y pobre ofertorio en esta bendita y misteriosa voluntad de Dios.
Padre, esta carta no tiene carácter oficial: me ha salido espontánea
del corazón cuando en este comienzo del año encomendaba
a la Virgen Madre vuestro Capítulo, en el que Ella debe ser Madre
y Maestra.
Bendígame y encomiéndeme también a mí a
la Virgen,
para que pueda vivir su plena disponibilidad a la voluntad de Dios
Considéreme con todas las Hijas de María Auxiliadora su
agladecidísima y afectísima hija
Sor Roseita Marchese, F.M.A
HOMILIA DEL RECTOR MAYOR
en el solemne funeral de Rosetta Marchese,
superiora general de las Hijas de María Auxiliadora
(Roma, basílica de san Juan Bosco, lU de marzo de 1984)
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Las lecturas bíblicas nos han introducido en el clima profundo
de esta asamblea eucarística.
1. El profeta Isaías (25,6.7-9) nos ha hablado de la meta de
todos los pueblos más allá de la muerte: Arrancará
de este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño
que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre.
Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que
nos salvara.
El apóstol Pablo (Rom 8,14-23) nos ha recordado la gloria que
se manifestará en nosotros después de la muerte: Si somos
hijos, también somos herederos... Considero que los trabajos
de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá.
El evangelista Juan (10,11-18) nos ha presentado la imagen del siervo
destinado a guiar a sus hermanos y hermanas con una generosidad más
fuerte que la misma muerte: El buen pastor da la vida por sus ovejas...
Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida.
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2. La vida terrena de la madre Rosetta Marchese ha sido un comentario
vivo de estas magníficas visiones de fe:
· Seguridad en la meta final.
• Camino de entrega valiente, en un sufrimiento que nos lleva
a alcanzarla.
• Plenitud de amor, que florece en el don total de sí
mismo
La vida entera de una religiosa proclama hoy ante el mundo la Buena
Noticia de estos aspectos evangélicos.
Una vida de donación: hizo de su vida una misión. Enamorada
de Cristo como opción fundamental de su libertad, aprendió
en la escuela de Don Bosco y de María Mazzarello que la santidad
es un amor que trasforma el mundo, y se entregó a sembrar esa
energía de cambio amando con amor de predilección a la
juventud, la pobre y popular.
Ha vivido el evangelio del Señor para proclamarlo maternalmente
en sus bienaventuranzas juveniles.
Imposible descifrar el significado de su existencia, si no pensamos
en la juventud: ¡En ella admiramos a una religiosa que ha vivido
el evangelio en favor de la juven
tud!
Por las dotes personales que la disponían para esa misión
juvenil estuvo destinada muchos años a ser también animadora
y guía de sus hermanas dedicadas a las jóvenes. Nueve
años fue directora de comunidades locales de Hijas de María
Auxiliadora.
Dos sexenios fue inspectora de muchas comunidades, primero en Roma y
después en Milán.
Seis años -de 1975 a 1981- fue miembro del consejo general con
el cargo de visitadora y recorrió diversas naciones de Europa
y Africa.
Finalmente, avanzado ya el año 1981, fue elegida para superiora
general. Ahora le tocaría dirigir y animar a todo el gran instituto
de las Hijas de María Auxiliadora, las Salesianas de Don Bosco,
esparcidas por todos los continentes.
En los diversos niveles y en toda su labor sólo tuvo un ideal:
hacer vivir hoy con eficacia incisiva el amor que trasforma el mundo,
con el estilo y los horizontes profe-
tizados en Valdocco y Mornese por dos santos modernos y amigos de la
juventud: Don Bosco y María Maz
zarello.
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3. Personalmente, he conocido a la madre Rosetta sobre todo como Superiora
General.
Un período breve: poco más de dos años.
Un período histórico: caracterizado por el Capítulo
General que preparó e hizo aprobar el texto definitivo de las
Constituciones.
Un período misterioso, marcado por un designio paradójico
de Dios: el sufrimiento en la enfermedad.
Como Superiora recién elegida, le tocó dirigir el nada
fácil XVII Capítulo General. Lo hizo con equilibrio inteligente,
con percepción clara de las exigencias de la renovación,
con valentía humilde y fuerte. El éxito del Capítulo
General se debió en buena parte también a ella.
Después del Capítulo se entregó inmediatamente
a hacer una amplia programación de servicios: designación
de prioridades, orientaciones fundamentales, planificación de
viajes, de reuniones y de revisiones. Se puso a trabajar con entusiasmo,
afrontando personalmente las dificultades, sembrando optimismo y dando
testimonio de bondad y maternidad.
Las Constituciones renovadas del Instituto, de algún modo, siempre
irán unidas a su persona, como a la guía animosa que supo
inspirar la entrada comunitaria del Instituto en el movimiento eclesial
que distingue a este último tramo del siglo XX: la preparación
del adviento del tercer milenio del cristianismo.
4. El misterioso plan de Dios no coincidía con la amplia y dinámica
programación de la madre Rosetta; era un
plan muy diverso. Lo meditamos todos con frecuencia: ¡los caminos
dei Señor no son nuestros caminos!
En mis visitas de estos largos meses he podido charlar a menudo sobre
este inmenso tema tan característico de nuestra fe cristiana.
Ultimamente meditábamos algún pasaje de la profunda y
magnífica carta apostólica Salvífici doforis de
Juan Pablo II sobre el significado cristiano del sufrimiento humano.
El sufrimiento existe en el mundo para abrir la puerta al amor. El corazón
humano ha nacido para amar. El amor consiste en salir de uno mismo;
estamos destinados a superarnos mediante la donación. Pues bien,
el sufrimiento cristiano es el camino real para lograr esta superación
personal. El amor que sufre no teme la propia extinción, porque
es más fuerte que la muerte. Así nos lo proclama Cristo,
que elevó el sufrimiento a la categoría de redención
y transformó el dolor en fuente de bien: con su pasión
y muerte Cristo creó el bien de la redención. Este inefable
aspecto creador del sufrimiento quiso que lo compartieran sus discípulos,
a fin de que cada uno de ellos llevara a cabo lo que falta a la pasión
de Cristo en la Iglesia.
Aquí tenemos la dimensión nueva del dolor que nos hace
ver la paradoja evangélica de debilidad y fuerza, de pasión
y acción, de fracaso y victoria, de humildad y gloria.
También María Santísima adquirió, con su
dolor al pie de la cruz, una maternidad nueva, que la convertía
en Auxiliadora de la humanidad.
Charlando de estas cosas con la madre Rosetta nos esforzábamos
por penetrar en el misterioso bien que su enfermedad traería
al Instituto, a nuestro actual Capítulo General y a toda la Familia
Salesiana, especialmente a las antiguas alumnas, a quienes había
dedicado parte de su actividad y, sobre todo, a la juventud necesitada
de luz, ideal y guía
Ante este ataúd de una religiosa de Don Bosco, hoy nos sorprende
la maravilla: sentimos pena, pero damos gracias; abrimos una tumba,
pero percibimos el aleteo de la resurrección; meditamos en los
años que pasan, pero nuestra mirada va a la juventud...
Señor, dale el descanso eterno a la madre Rosetta, y llena nuestro
corazón del amor que impele a trasformar el mundo con el dinamismo
cristiano de escuadrones de juventud evangelizada.
"BUENAS NOCHES" DE DON EGIDIO VIGANÓ
el día de su reelección como Rector Mayor (28 de marzo
de 1984)
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Recuerdo bastante bien las "buenas noches" de hace seis años,
después de la elección del Rector Mayor, Yo estaba ahí,
en el centro; había reflectores; no veía a nadie y se
me escapaban las ideas... Tengo muy presente
el tema central.
La Providencia me había hecho vivir mis años anteriores
en un clima de pentecostés, con pulmones acostumbrados a respirar
aire de novedad eclesial. No voy a repetir lo que dije entonces; pero
os aseguro que sigo con los mismos pulmones. ¡Con esto no quiero
pronosticar que el Capítulo vaya a durar hasta Pentecostés!
Al asumir de nuevo esta responsabilidad me siento optimista. Como es
de suponer, no lo digo por mí, sino pensando en lo que está
haciendo Dios en la historia, en la Iglesia, en la Congregación.
Vivimos una hora de amanecer, no de ocaso.
Lo podemos comprobar también aquí, en nuestra asamblea:
un Capítulo de fuerte comunión, & profundidad, de
seriedad; un poco largo, porque somos muchos; con capacidad de convergencia,
porque somos universales: venimos de todos los continentes, de países
y culturas diversos; sin embargo, alcanzamos con facilidad -aunque no
sin esfuerzo- una convergencia sustancial. Me parece que estamos demostrando
en la Iglesia y ante el mundo -y no lo digo por vanidadque tenemos,
como Congregación, una personalidad madura y, además --como
diría el cardenal Pironiode tipo "normal", aunque a
un nivel humilde y popular; pero de todos modos genuina, eclesial, operosa
y abierta con confianza al futuro.
Cuando esta mañana don Luis Rícceri proclamaba al reelegido,
lo hizo con pocas palabras, sintéticas y profundas: un verdadero
programa de vida, concreto y de mucho compromiso.
Alguno de vosotros se preguntará: ¿Cuáles son sus
reacciones interiores, qué sintió?
Mirad, esos temas no los considero propios de unas `buenas noches".
No me gusta entretenerme en desahogos poco viriles. Por otro lado, basta
que cada uno de vosotros se ponga en mi lugar y se le llenará
la fantasía y el corazón de reacciones. Pero dejemos esas
cosas: esa clase de sentimientos y temores se refieren a nosotros mismos,
sólo a nuestra persona, más que a lo que hay de Dios en
nosotros.
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En cambio quiero destacar un aspecto que ha influido, por lo menos en
parte, en la determinación del 28 de marzo como fecha para la
elección del Rector Mayor: el hecho de ser prácticamente
la antevíspera del cincuentenario de la canonización de
Don Bosco. Los representantes de toda la familia salesiana se reúnen
en Roma. el mundo nos mira y se pregunta: ¿Quién es el
Rector Mayor? Pues bien, es hermoso este acercamiento de la elección
al día del cincuentenario de la canonización de Don Bosco.
En efecto, nos estimula a pensar en la importancia de un compromiso
de santidad durante el sexenio que comienza. Personalmente, vinculo
este ministerio mío con la conmemoración de la santidad
de Don Bosco.
Además lo veo íntimamente relacionado con lo que estamos
haciendo en el Capítulo. Al trabajar en las Constituciones, estamos
trazando los rasgos que distinguen la santidad salesiana. La experiencia
nos enseña que aquí está el secreto de nuestro
futuro y que tal es el regalo que de nosotros esperan los jóvenes:
¡El mundo está necesitado de santidad!
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Lo vi muy claro el otro día en una reunión con personas
altamente cualificadas. Se trataba el asunto de la juventud de Europa,
especialmente de Italia. ¡Gracias a Dios, no es la situación
de la juventud de todo el mundo!
Como sabéis, 1985 será el año de la juventud por
iniciativa de la UNESCO. Sería algo extraño que la Familia
Salesiana no se interesara en ello. Así pues, nuestro centro
de pastoral juvenil de Roma había convocado a personalidades,
como el doctor De Rita -secretario general del CENSIS-, el profesor
Monticone -presidente de la Acción Católica Italiana-,
el doctor Luciano Tavazza -encargado de los movimientos del voluntariado
juvenil-, monseñor Riva --obispo auxiliar de Roma-, y otros...,
entre los cuales don Luis Bosoni... En un esbozo de análisis
de sus aspectos negativos oí cosas que llenan de tristeza el
corazón de un salesiano: hay precisamente de qué preocuparse,
e incluso de qué espantarse. Si las familias populares o proletarias
de antaño no siempre tenían tiempo o preparación
para educar a sus hijos y los dejaban por la calle y se requería
un suplemento de familia y de Iglesia. hoy la juventud, tan disminuida,
está todavía más desorientada y necesitada, aunque
no marginada económicamente. En las sociedades de consumo, como
son las de Europa, se comentaron, entre otras, las siguientes tristes
condiciones de la juventud.
La primera es que, de seguir así las cosas, en los primeros veinte
años del dos mil la juventud, en Europa (en Italia), será
minoría; serán muchos más los ciudadanos de la
tercera edad que los jóvenes con menos de veinte años.
El profesor De Rita decía humorísticamente que la televisión
de consumo tendrá que comenzar a hacer propaganda no de pañales
para bebés, sino para mayores...
Por si fuera poco, los datos que aparecen, hacen pensar
en una minoría sin identidad. Una minoría suele caracterizarse
por un fuerte sentido de sí misma y de defensa de
sus propios valores; en cambio esta juventud minoritaria se presenta
falta de identidad, desorientada, sin ideales.
Además se prevé que, por lo menos durante los próximo
treinta años, estos pueblos no van a tener papel de protagonismo.
Siempre, en la historia, ha habido "periodos de valle", sin
escala de cumbres, sin novedad de grandes ideales.
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Una previsión similar -de un período deprimido, de valle-
ya se nota en la juventud de nuestros días: una juventud de pensamiento
débil, sin valores básicos, sin memoria: le basta la memoria
de la calculadora electrónica, no la del corazón que se
apropia las riquezas de la historia y las gestas de las generaciones
que la han precedido. Una juventud que ha perdido el significado vital
del tiempo: no sabe nada de hace treinta años, qué' sucedió,
quiénes son los héroes, los mártires, los santos;
en una palabra, los grandes que han hecho algo por la humanidad. ¡Qué
terrible resulta encubrir tales olvidos bajo la precisión de
la electrónica! De ahí nace una cultura sin resortes,
pobre de valores, sin raíces, incapaz, por lo tanto, de fecundidad
y creatividad.
La juventud, por otra parte, se caracteriza por un creciente fraccionamiento.
Hay muchos grupos diferentes, no tanto como expresión de pluralismo,
es decir, de mentalidades diversas fundadas con cierta robustez en concepciones
dispares de la vida; sino más bien como afirmación de
fragmentarismo: viven dispersos, sin fuerza de cohesión, dedicándose
-acaso hasta con generosidad, pero no con un compromiso de por vida
(es decir, sólo temporalmente)- a una y otra cosa, hasta buena,
humanitaria y eclesial, pero únicamente como experiencia transitoria,
por periodos breves, sin una
opción fundamental. ¡Qué difícil resulta
el trabajo de los padres buenos y de los buenos educadores, donde todavía
los hay!
Este profesor, que es también padre de familia, dejaba entrever,
por sus afirmaciones, la angustia de esta grave preocupación:
¿Cómo encontrar el cabo de la madeja para comenzar a hacer
madurar algo nuevo entre los jóvenes mejores? ¿Por dónde
comenzar? No se ven pasos abiertos por donde entrar vitalmente en su
corazón.
Le parecía, sin embargo, que se podía considerar como
elemento de posible atracción juvenil -¿sabéis
qué?el misterio, aunque sólo en forma de arcano y de magia:
el misterio de sí mismo, el misterio de la vida, el misterio
de la historia, el misterio de la muerte y del después, el misterio
de una transcendencia que nos lleva más allá o que nos
hace soñar que vamos más allá. La atracción
por el misterio exige una modalidad de acercamiento que no es la del
simple raciocinio filosófico; se aproxima más bien a una
especie de gnosticismo y de misticismo para iniciarse en el conocimiento
del misterio mediante una especie de mistagogía.
En este punto el presidente de la Acción Católica Italiana
hizo una llamada a un elemento que presisamente abre un camino de acercamiento:
el misterio de Cristo, percibido con una fe existencial que de verdad
se compromete con su Evangelio.
Pero, antes de desarrollar este aspecto, se puso en evidencia una constatación
inquietante: el fracaso de la generación adulta. La juventud
es de cultura débil porque la edad adulta se ha aburguesado;
no ha presentado ideales, no ha dado testimonio de amor a la vida, se
ha alucinado con el aburguesamiento. ¡Y el aburguesamiento es
la muerte del futuro!
Escuchar tales análisis, fruto no de preocupación ascética
o de discernimiento espiritual, sino de observación
sociológica sobre la tendencia de vida en algunas naciones, estimula
todavía más nuestra reflexión religiosa y nos desafía
a ser más auténticos.
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He aquí, pues, el pensamiento de "buenas noches" que
os quería dejar en el día de la elección del Rector
Mayor, en vísperas del cincuentenario de la canonización
de Don Bosco. La juventud, hoy como siempre, y tal vez más que
nunca, necesita adultos que le introduzcan en el sentido del misterio:
el verdadero, el de Cristo, el de la Iglesia, el de la historia de la
salvación. Y esto se hace, ante todo, con un testimonio de vida
que nosotros llamamos "santidad": ¡Una mistagogía
de santidad! La juventud está necesitada de santidad; nos pide
santidad. Pero, ¿qué santidad? Nuestra respuesta es espontánea:
la santidad de Don Bosco.
Don Bosco nunca usó con los jóvenes una pedagogía
cerebral, aunque habló de "razón"; la puso siempre
al lado del "amor" y de la "religión".
Se nos ha acusado, en alguna parte del mundo, de que sabemos educar
los sentimientos más que la inteligencia. Es una acusación
que en el fondo no me disgusta, sobre todo si considero cuáles
son en Europa los frutos del iluminismo. Como es natural, no se puede
prescindir de formar la inteligencia de los jóvenes; pero pasando
a través de los sentimientos y de toda la realidad humana. Es
el único camino que hoy acepta la juventud: está cansada
de ideologías brotadas de una cabeza de Minerva pensante; quiere
percibir la integridad de la vida en la multiplicidad armónica
de sus diversos valores. En tal sentido debemos reflexionar de nuevo
qué es la santidad, reconstruir el espíritu de las bienaventuranzas
en nuestro corazón, dejar a un lado con todas las fuerzas el
aburguesamiento que arruina el futuro, para convertirnos en expertos
mistagogos del misterio
de Cristo entre los jóvenes
Tal es el camino, no sólo para la juventud de la sociedades de
consumo, sino también de todas las demás, que a menudo
ven en el bienestar un ideal que hay que lograr, sin preocuparse de
si esto comporta también el aburguesamiento. Debemos saber proponer
a los jóvenes los elementos fundamentales de la cultura que penetren
toda la existencia; debemos saber hacer ver que sin Cristo ninguna nación
tiene posibilidad de organización justa y verdaderamente humana.
Pero esto lo dehemos hacer, más que con palabras, con nuestra
vida, con nuestro método pedagógico, con nuestra alegría
evangélica, con nuestra simpatía por los gustos juveniles
sanos, con nuestra íntegra santidad de convivencia entre los
jóvenes.
106 Os dejo este hermoso pensamiento como final de este día.
El Capítulo General, su trabajo sobre las Constituciones y los
Reglamentos, la elección del Rector Mayor, se vinculan de uno
u otro modo con la santidad de Don Bosco. En un mundo que se nos presenta
al borde del abismo por diferentes razones, según los continentes
y los pueblos que miremos, con una juventud desorientada y cansada de
ideales fascistas, nazistas o marxistas, y que siente extrema necesidad
de descubrir el misterio del hombre, la belleza de la vida y el sentido
definitivo de la existencia, debemos ser contagiosos testigos de Cristo
muerto y resucitado por nosotros.
Don Bosco se dio a los jóvenes con esta misión. Nosotros
deberíamos saber hacer lo mismo, ayudando a hacer nacer con los
jóvenes una cultura nueva, basada en los grandes ideales del
Evangelio de Jesucristo: una verdadera civilización del amor.
Seamos, pues, santos como Don Bosco. ¡Buenas noches!
PALABRAS DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA
fundadora de las Misioneras de la Caridad
(17 de abril de 1984)
(Traducción de grabación magnetofónica en inglés)
A LOS SALESIANOS DEL XXII CAPITULO GENERAL
107
Me siento muy indigna de deciros unas palabras; sólo he aceptado
para demostrar mi gratitud a los PP. Salesianos, porque en muchas partes
de la India trabajan donde están nuestras hermanas, Especialmente
en Calcuta los PP. Salesianos atienden muy bien a nuestras religiosas.
Mi gratitud consiste en rezar por vosotros, a fin de que crezcáis
en santidad.
¡Qué hermoso don de Dios es vuestra vocación: ser
salesianos, portadores del amor de Dios! Creo que lo que Don Bosco hizo
por los más pobres de los pobres fue, sobre todo, llevar ese
amor a nuestra gente. Para esto tenemos necesidad de la Virgen. Pidámosle
que nos dé su corazón, tan hermoso, tan puro, tan inmaculado,
tan lleno de amor y humildad para recibir a Jesús, Pan de Vida,
para amarlo como lo hizo Ella y para servirlo en las condiciones míseras
de los pobres.
Quiero también daros las gracias por haber aceptado la Ciudad
de los Muchachos de Calcuta. Esta fue mi oración durante mucho
tiempo, pues de sus doscientos internos, ciento sesenta son nuestros.
Los encontramos por las calles; no tienen a nadie: están abandonados,
sin cuidados y sin amor. Y así recé para que un día
vosotros, los PP. Salesianos, os hicierais cargo de la Ciudad de los
Muchachos, con objeto de darles cl amor y la compasión, que era
el don especial de Don Bosco a los pobres. El amaba a los pobres como
los amó Jesús;
creo que el punto de unión entre vosotros y nosotras es precisamente
éste: los pobres. Nosotras, las Misioneras de la Caridad, hacemos
un voto especial, que nos vincula a los más pobres de los pobres:
a los abandonados, a los que nadie ama y de los que nadie se preocupa;
a los enfermos y a los moribundos abandonados, al desecho de la sociedad,
a los leprosos, a los deficientes mentales y físicos y a todos,
aquellos de los que se ha desentendido la sociedad. Nosotras hacemos
voto de prestarles a ellos, los más pobres, un servicio gratuito
e incondicional.
108
Para hacer esto necesitamos sacerdotes santos que nos enseñen
y guíen. Por esta razón, de nuevo doy las gracias a todos
los padres que han sido tan generosos en estos años ayudándonos
a hacer lo que hemos hecho.
Recuerdo que cuando el padre Stroscio recibió la orden de dejar
la India, fui a la autoridad gubernativa y le
dije: No seria capaz de hacer lo que hago sin un sacerdote como él,
que enseña a nuestras religiosas a rezar, a llevar una vida sacrificada.
Nuestra actividad es sólo fruto de nuestra oración. Después
añadí: El es necesario a nuestra Congregación,
porque al instruir a nuestras religiosas en la vida espiritual, en la
vida de oración, en la vida de sacrificio, nosotras podemos servir
a los más pobres de los pobres con más amor. Y, con
gran sorpresa mía, el oficial del gobierno me dijo: No se le
hará nada; que se quede aquí. No sólo, sino que
añadió: ¿Por qué no solicita la ciudadanía.
india? Ahora están en marcha todas las prácticas. Lo cual
demuestra que el gobierno aprecia el trabajo de los sacerdotes que viven
su sacerdocio y ayudan a las nuevas religiosas a crecer en santidad
y en fidelidad a su vida espiritual de oración y de sacrificio.
Y ahora, más que antes, me doy cuenta de que verdaderamente necesitamos
sacerdotes santos. La Iglesia y el mundo nunca han tenido tanta necesidad
de sacerdotes santos como hoy.
Demos gracias a Dios, que os ha bendecido con muchas y estupendas vocaciones,
de modo que por medio de vosotros la obra de Dios -llevar a Cristo a
la vida de tanta gente- se hace realidad. Don Bosco tuvo un amor magnífico
a los pobres. Siempre vio en ellos a Jesús, creyó en la
palabra de Jesús. Sabía -y no era sólo un acto
de fe, sino una convicción profunda- que lo que hacía
por aquellos granujillas lo hacía al mismo Jesús. Y esta
conciencia de la presencia de Cristo en los pobres hizo descender sobre
él innumerables gracias. Su vida de oración y de sacrificio
obtuvo para cada uno de vosotros la gracia de ser sus sacerdotes, para
llevar el amor de Dios y su compasión al mundo de hoy. Dios hoy
ama al mundo a través de nosotros. El amó tanto al mundo,
que le mandó a Jesús, y Jesús amó tanto
al mundo, que dio su vida por él.
Ahora nos toca a nosotros dar todo, para poder demostrar su amor y
compasión. Ayudadnos a crecer en la santidad en la que se nos
ha dado crecer por medio de nuestra vida religiosa. Vosotros habéis
sido elegidos para ser la luz, la presencia que da a Jesús a
la gente. Estoy segura de que conocéis mejor que yo el hambre
que la gente tiene de Dios.
109
Recuerdo que cuando llegamos a México para abrir una casa, fuimos
a la gente que se procuraba con qué vivir rebuscando en las basuras
de la ciudad. Esta gente recogía de todo. Los camiones llegaban
para descargar la basura, y todos -hombres, mujeres y niños rebuscaban
para dar con algo. Cuando fuimos a visitar a las familias, comprobamos
que eran paupérrimas de solemnidad. No tenían casi nada.
Sin embargo, nadie nos pidió nada. Sólo pidieron que les
enseñáramos la Palabra de Dios. Recuerdo que se lo conté
al presidente, y se quedó sorprendido de que su gente, a pesar
de tanta pobreza y de tanto sufrimiento, tuviera hambre
de Dios. Esto es lo que veo por todas las partes y cada vez más.
Nosotras tenemos casas para enfermos y moribundos abandonados. En Calcuta
hemos retirado de la calle a 46.000 personas; 22.000 han muerto con
la "entrada para san Pedro". Sabéis que san Pedro no
deja entrar a nadie en el paraíso sin la entrada... Entre nosotras
no se usa la palabra "bautismo"; sólo decimos "la
entrada para san Pedro" ¡Unas 22.000 mil personas han ido
al paraíso en pocos minutos!
Hace unos días retiramos de la calle a un hombre comi do vivo
por los gusanos. Estaba cubierto de gruesos gusanos, porquería
y todo. Lo lavarnos y preparamos, y le dimos la "entrada".
Siempre preguntamos al moribundo: ¿Quieres recibir una bendición
por la que se perdonan todos tus pecados y puedes ver a Dios? Como es
obvio, nadie se ha negado nunca. Todos desean aquella última
palabra. Y este hombre, que había pasado toda su vida entre porquería
y gusanos como compañeros, miró a la hermana y le dijo:
Hermana. voy a casa, con Dios. Y murió. Esta persona que había
vivido en las calles de Calcuta rodeado de suciedad y miseria, tenía
una alegría grande en su rostro. «Voy a casa, con Dios».
Y se fue directamente al paraíso. No pude contenerme de decir
a Jesús: Dios mío, estoy yo luchando tantos años
para ir al paraíso y éste en cinco minutos se ha ido derechito
al cielo. Era una maravilla ver la alegría de su rostro porque
estaba yendo a casa, con Dios. Quizás os sorprenda saber que
en todos estos años, entre los miles de personas que han pasado
por nuestras casas, no he oído a nadie gritar o imprecar. Se
van en paz y con gran serenidad. Creo que éste es el valor supremo
del ser humano: ¡Morir en paz con Dios! Nuestra gente ha vivido
como animales en las calles de Calcuta (algunos de vosotros conocen
bien esta situación); pero en aquel momento supremo hay siempre
una sonrisa encantadora en su rostro, porque saben que están
preparados para verse con Dios.
Este amor ha penetrado en las mismas familias hindúes. El amor
de Cristo se encuentra también en ellas. Hace pocas semanas fueron
a nuestra casa dos jóvenes y me dieron una buena cantidad de
dinero. Les pregunté: ¿De dónde habéis sacado
tanto? Me lo entregaban para que diéramos de comer a los hambrientos.
En Calcuta todos los días cocinamos para nueve mil personas.
¿De dónde habéis sacado ranto dinero? Respondieron:
Nace dos días que nos casarnos. Pero antes de la boda decidimos
no tener ningún banquete ni comprarnos vestidos nuevos, sino
regalarte a ti este dinero para que des de comer a los hambrientos.
Les hice otra pregunta: ¿Pero por qué habéis hecho
esto? Me contestaron: Nosotros nos amamos tanto, que queríamos
comenzar la vida de casados con un acto de amor y sacrificio. Los dos
eran hindúes. El amor de Cristo había penetrado en sus
corazones y les había dado la fue rza de hacer una cosa así.
Porque, como sabéis, para las familias hindúes aquello
era un verdadero escándalo, sobre todo entre las personas que
pertenecen a la casta alta. Su gente no podía entender una cosa
así; pero algún día llegará a comprender
que sólo un amor más fuerte los impulsó a hacer
ese gesto.
110
Por otro lado, está el deseo profundo de rezar. Las religiosas
son capaces de hacer su trabajo sólo como fruto de la oración.
Comenzamos nuestra jornada con la oración, con la meditación,
con la Eucaristía, y terminamos el día con una hora de
adoración. Esta hora de adoración ha producido un cambio
radical en nuestra vida. Hasta 1973 teníamos la adoración
sólo una vez por semana, cuando los sacerdotes iban a confesar
o para la instrucción. Pero en 1973, en un capítulo general
como el vuestro de ahora, hubo una petición unánime: Queremos
la adoración a diario. Entonces les
respondí, y quizá las tenté: ¿Cómo
podemos tener la adoración todos los días, cuando hay
tantos moribundos, tanta gente que ayudar y tanto que hacer? Pero todas
las religiosas lo querían. Y fue un verdadero milagro, pues no
ha bajado nuestro trabajo por la hora de adoración. Seguimos
haciendo la misma cantidad de trabajo y tenemos ese maravilloso regalo
de Dios: la hora de adoración. Os digo sinceramente que desde
el momento en que comenzamos la hora diaria de adoración, nuestro
amor a Jesús se ha hecho más íntimo, nuestro amor
recíproco más comprensivo, el amor a los pobres más
compasivo y hemos duplicado el número de vocaciones, y buenas
vocaciones. Estas son un regalo magnífico de Dios: proceden de
treinta y cinco naciones. Hoy trabajamos en sesenta y cuatro naciones
del
mundo.
Es verdaderamente un don de Dios que logremos poner juntos la Eucaristía
y los pobres, porque Jesús se hizo Pan de Vida para satisfacer
nuestra hambre de amor. Él se hace hambriento para que vosotros
y yo podamos satisfacer su hambre de amor humano. Esta hambre crece
cada vez más, y por eso creo que debemos sentir mucha gratitud
hacia los sacerdotes que nos enseñan a amar a Jesús en
la Eucaristía y nos dan a Jesús. Por este motivo siento
cada vez más la necesidad de sacerdotes santos.
Hay muchas vocaciones en el mundo. También nosotras tenemos
muchísimas vocaciones, de lugares muy diversos. Pero lo que más
me admira en la juventud es el deseo de rezar, a fin de transformar
después esa oración en servicio, que es precisamente el
fruto de la oración. Y por eso es muy importante, para vosotros
y para nosotras, estar tan dedicados a los más pobres de los
pobres. Conozco muy bien a los PP. Salesianos de Calcuta. Sé
lo que hacen y cuánto trabajan en otras muchas naciones; pero
personalmente sólo conozco lo que
se hace en Calcuta. Es verdaderamente hermoso ver su interés.
su amor. Creo que san Juan Bosco tiene
que estar muy contento al ver que su Congregación conserva este
amor a los más pobres de los pobres. Guardadlo con vuestra vida,
en vuestro trabajo. El don más grande de Dios a vuestra Sociedad
es el amor, el trabajo por los pobres. No dejéis que nadie ni
nada separe vuestro amor a Cristo del amor a los pobres. ¡Es tan
fácil permitir que alguien o algo os arrebate la alegría
de amar y servir a los pobres! Estos son el mayor don que Dios
nos hace.
111
Hoy el hambre no es sólo de en mendrugo de pan. En efecto, muchos
han muerto en mis manos por falta de él. Ahora mismo en Africa,
en Etiopía, hay cinco millones que pasan hambre, y así
en otros muchos lugares. En la India cuando falta la lluvia, no se come.
Sin embargo no es sólo esa hambre, sino también la de
ser amado, de sentirse querido. Y tal es precisamente la aportación
del sacerdote: dar la paz y la alegría que brotan del amor. Y
la desnudez no es sólo cuestión de un poco de tela para
cubrirse; sino que es también la falta de dignidad, la pérdida
de la pureza, la falta de respeto a los pobres. ¡Muchos tratan
a los pobres como si no fueran nada!
Además tenemos a los que están sin casa; no sólo
una casa de ladrillo, sino que estar sin casa significa sentirse abandonado
y rechazado como desecho de la sociedad. Nunca olvidaré cuando
estaba en Londres, donde tenemos tres o cuatro casas. Un día
iba por la calle, cuando vi a un hombre sentado, plegado totalmente
sobre sí mismo y con el aspecto de desgraciado. Me acerqué,
le estreché la mano y le dije: ¿Cómo está?
Memiró y dijo: Oh, después de tanto tiempo siento el calor
de una mano humana. Su cara se iluminó. Después de tanto
tiempo había olvidado lo que era el calor humano
En Australia tuve una experiencia parecida. Nosotras trabajamos en las
afueras de Melbourne, donde tenemos cinco o seis casas. Vamos a las
viviendas de los pobres y se las limpiamos: son gente pobre y que viven
solos. Hay muchos que viven en la soledad. Y allí encontré
a un hombre que vivía solo, entre unas cajas de cartón
y recipientes de hojalata. Entonces le dije: Permíteme fregar
tu habitación, limpiar y hacer tu cama. Me respondió:
Estoy bien así. Le repliqué: Estarás mucho mejor,
si me dejas poner un poco de orden. Dijo: Bueno. Así que puse
todo en orden. Después en un rincón vi una gran lámpara
cubierta de polvo y suciedad. Sabe Dios cuánto tiempo llevaría
así. Le dije: Pero, ¡qué lámpara tan estupenda!
¿No la enciendes nunca? Respondí: ¿Para quién?
Hace años que nadie pone el pie en mi habitación. No hace
falta ericenderla. Entonces le dije: ¿La encenderías si
te mandara a nuestras religiosas? Dijo: Naturalmente. Le mandé
las religiosas y su vida se trasformó. Rejuveneció y se
llenó de vida. Dos años después me mandó
a decir a Calcuta: Decid a mi amiga que la luz que encendió en
mi vida sigue brillando. Había encontrado un motivo para vivir:
alguien lo amaba y se cuidaba de él.
Todo esto es muy importante para vosotros que sois sacerdotes y estáis
muy cerca de la pobre gente: gente que tiene hambre de amor, hambre
de aprecio. Hoy la gente no tiene tiempo ni para sonreír. Hay
mucho sufrimiento en el mundo, precisamente porque todos están
atareados. Por lo tanto, debemos estar presentes con nuestra oración.
Enseñad a la gente a rezar, porque las familias que rezan juntas,
siguen juntas. Y si se quedan juntas, estarán en condiciones
de amarse recíprocamente, como Dios ama a cada uno de ellos.
112
Querría agradeceros de nuevo todo lo que hacéis en el
mundo por la gente pobre. Es hermoso lo que se está haciendo
en la India. Recemos unos por otros, a fin de que no estropeemos la
obra de Dios, su obra. No debemos añadir ni quitar nada. Permaneced
fieles al don de Dios recibido por medio de Don Bosco. Rezad también
por nosotras, para que no estropeemos nada, para que no nos alejemos
de los más pobres de los pobres. Hay mucho, mucho, mucho sufrimiento
y miseria en el mundo. Lo que vemos, creo que es el calvario y la pasión
de Cristo, que se renueva en la vida de nuestra gente. Por esto quienes
estamos al lado del sufrimiento, necesitamos tener una profunda vida
de oración. Tenemos también necesidad de una vida de penitencia
y sacrificio para poder comprender a los pobres. Debemos conocer la
pobreza. Para comprender a los pobres, debemos saber lo que es la pobreza;
si no, no seremos capaces de comprenderlos ni de aceptarlos como son.
Hace unos días un hombre que había conocido días
mejores, vino a verme. Ahora es muy pobre. Fue a nuestra casa y me dijo:
Madre Teresa, no puedo comer aquel alimento. No podía tomar la
comida que habíamos preparado para los pobres. Le miré
y dije: ¿Sabes que también yo tomo esa comida todas las
noches? Me miró despacio y me dijo: ¿Tú tomas esa
comida? Dije: Pues claro. En ese caso, la tornaré también
yo. Y se fue. Veis, podía mirarlo cara a cara, porque sabía
lo que significaba comer aquello. Especialmente para él, que
estaba acostumbrado a cosas mejores. A él se le hacía
difícil rebajarse a comerlo; pero yo tuve la valentía
y la convicción de que diciéndole que yo también
lo tomaba, sería muy importante para él. Su vida cambió
desde que se puso a comer con alegría. Para los que estamos tan
cerca de la gente pobre es importante experimentar la pobreza. No sólo
pobreza teórica, sino real. No es cuestión de poseer;
nosotros elegimos no poseer. Si nuestra pobre gente sabe pasarse sin
tantas cosas, también nosotros podemos hacerlo. Creo que para
esto es necesario rezar, porque Jesús vino a traer la Buena Noticia
a los pobres. Él eligió vivir en pobreza, porque la pobreza
es libertad. Pero antes todavía quiere decir renuncia. A vosotros
y a nosotras nos es necesario experimentar la alegría de la pobreza.
Ésta es absolutamente necesaria. Para amar a Jesús con
amor indiviso en la castidad, tenemos necesidad de la libertad que viene
de la pobreza. Y sólo estaremos en condiciones de vivir la vida
de libertad, si vivimos el abandono total en la obediencia. Entonces
podremos poner por obra nuestro amor indiviso a Cristo al servicio de
los pobres que la misma Iglesia nos ha confiado.
Recemos, pues, unos por otros; ayudémonos recíprocamente
con la oración y con los sacrificios, a fin de poder continuar
siendo el amor de Dios y su compasión para todos los que encontremos
y poder compartir con ellos la alegría de amar y servir a Dios.
113
A vosotros, que sois sacerdotes, ¡qué don tan tremendo
os ha concedido Dios! ¡Qué puros tienen que ser vuestros
corazones para ser capaces de decir: "Esto es mi Cuerpo"!
Nosotros, pecadores, acudimos a vosotros llenos de pecados y volvemos
después de la confesión pecadores sin pecado. Por este
motivo yo creo que debemos rezar mucho por los sacerdotes. La santidad
en la Iglesia y en la gente depende mucho de lo que los sacerdotes nos
ayuden a ser: ser totalmente para Jesús por medio de María.
Recemos, pues, a la Virgen. Vosotros rezad a la Virgen por nosotras,
y nosotras rezaremos a la Virgen por vosotros, a fin de que todos podamos
vivir sólo para Jesús por medio de María. Recemos
al objeto de crecer en la santidad como Jesús y poder ayudar
a las almas a vivir sólo para Jesús por medio de María
RELACIÓN DE LOS MIEMBROS Y CRÓNICA
DEL XXII CAPÍTULO GENERAL
RELACIÓN DE MIEMBROS
DEI. XXII CAPÍTULO GENERAL
D. Egidio Viganó Rector Mayor.
D. Cayetano Scrivo Vicario.
D. Pablo Natal¡ Consejero para la formación.
D. Juan E. Vecchi Consejero para la pastoral juvenil.
Regulador del XXII CG.
D. Bernardo Tohill Consejero para las misiones.
D. Homero Parón Ecónomo general.
D. Wálter Bini Consejero regional.
D. Luis Bosoni Consejero regional.
D. Sergio Cuevas León Consejero regional.
D. Tomás Panakézham Consejero regional.
D. José Antonio Rico Consejero regional.
D. Roger Vanséveren Consejero regional.
D. Luis Rícceri Rector Mayor emérito.
D. Luis Fiara Procurador General.
Región América-Atlántico
D. Wenceslao Maldonado Inspector.' Argentina-Buenos Aires.
D. Santiago Negrotti Delegado: Argentina Buenos Aires.
D. Francisco Casetta Inspector: Argentina-Bahía Blanca.
D. Rafael Ruiz Delegado: Argentina- Bahía Blanca.
D. Eduardo Giorda Inspector: Argentina-Córdoba.
D. Armando Conti Delegado: Argentina-Córdoba.
D. Agustín Radrizzani Inspector: Argentina-La Plata.
D. Juan Cantini Delegado: Argentina-La Plata.
D. Alejandro Buccol¡ Inspector: Argentina-Rosario.
D. Francisco Tessarolo Delegado: Argentina-Rosario.
D. Juan Duque dos Reis Inspector: Brasil-Belo Horizonte.
D. Alfredo Carrara de Melo Delegado: Brasil-Belo Horizonte.
D. José Wínkler inspector: Brasil-Campo Grande.
D. Juan Zerbini Delegado: Brasil-Campo Grande.
D. Wálter Iván de Azevedo Inspector: Brasil Manáus.
D. José-Benito Araujo Delegado: Brasil-Manáus.
D. Leandro Rossa Inspector: Brasil-Porto Alegre.
D. José-Rodolfo Hess Delegado: Brasil-Porto Alegre.
D. Raimundo Gurgel inspector: Brasil-Recife.
D. José-Iván Teófilo Delegado: Brasil-Recife.
D. Hilario Moser Inspector: Brasil-Sáo-Paulo.
D. Irineo Danelón Delegado: Brasil Sáo Paulo.
D. Carlos Giaeomuzzi Inspector: Paraguay.
D. Zacarías Ortiz Delegado: Paraguay.
D. Carlos Techera Inspector: Uruguay.
D. Luis Schmidt Delegado: Uruguay.
Región América-Pacífico
D. Enrique Mellano Inspector: Antillas.
D. Angel Soto Delegado: Antillas.
D. José-Carmen Di Pietro Inspector: Centroamérica.
D. Sergio Checchi Delegado: Centroamérica.
D. Tito Soiari Inspector: Bolivia.
D. Orlando Astorga Delegado: Bolivia.
D. José Nicolussi Inspector: Chile.
D. Ricardo Ezzati Delegado: Chile.
D. Héctor López Inspector: Colombia-Bogotá.
D. Mario Peressón Delegado: Colombia-Bogotá.
D. Darío Vanegas Inspector: Colombia-Medellín.
D. Juan Bautista Calle Delegado: Colombia-Medellín.
D. Pedro Crearner inspector: Ecuador.
D. Esteban Ortiz Delegado: Ecuador.
D. José Rivadeneira Delegado: Ecuador.
D. Macrino Guzmán Inspector: México-Guadalajara.
D. José Luis Plasencia Delegado: México-Guadalajara.
D. Luis-Felipe Gallardo Inspector: México-México.
D. Guillermo García Delegado: México-México.
D. José Gurruchaga Inspector: Perú.
D. Ubaldo Chueca Delegado: Perú.
D. Luciano Odorico Inspector: Venezuela.
D. Ignacio Velasco Delegado: Venezuela.
Región Anglófona
D. Ferruccio Bertagnolli Inspector: Australia.
D. Norman Ford Delegado: Australia.
D. Círilo Kennedy Inspector: Gran Bretaña.
D. Martín McPake Delegado: Gran Bretaña.
D. José Harrington Inspector: Irlanda.
D. Juan Finnegan Delegado: Irlanda.
D. Domingo de Blase Inspector: Estados Unidos-Este.
D. Timoteo Ploch Delegado: Estados Unidos-Este.
D. Romeo Trottier Delegado: Estados Unidos-Este.
D. Carmelo Vairo Inspector: Estados Unidos-Oeste.
D. Juan Malloy Delegado: Estados Unidos-Oeste.
Región Asia
D. Norberto Tse Inspector: China.
D. José Zen Delegado: China.
D. Lázaro Revilla Inspector. Filipinas.
D, León Drona Delegado: Filipinas,
D. Francisco Pánfilo Delegado: Filipinas.
D. Bernardo Yamamoio Inspector: Japón.
D. Bautista Massa Delegado: Japón.
D. Crisanto Saldanha Inspector- India-Bombay.
D. Longinos Nazareth , Delegado: India-Bombay.
D. José Kezhakkékara Inspector- India-Calcuta.
D. Nicolás Lo Groi Delegado: India-Calcuta.
D. José Punchekunnel Delegado: India-Calcuta.
D. Mateo Puiingathil Inspector: India-Dimapur.
D. José Puthenpurackal Delegado: India-Dimapur.
D. Isaac Mattappillil Vicario Inspeci.: India-Gauhati,
D. Juan Kalapuraputhenpura .... Delegado: India-Gauhati.
D. Tomás Thayil Inspector. India-Bangalur.
D. Pablo Puthanangady Delegado: india-Bangalur.
D. Juan-Pedro Sathiaraj Inspector: India-Madrás.
D. Rosario Knshnaraj Delegado: India-Madrás.
D. Ittyachen Manjil Delegado: India-Madrás.
D. Lucas Van Looy Delegado: Delegación de Corea.
D. Ramón García Inspector: Tailandia.
D. Miguel Praphón Delegado: Tailandia,
Región Europa :Africa Central
D. Alberto Sabbe Inspector: Africa Central.
D. Pedro Gavioli Delegado: Africa Central.
D. Ludovico Schwar7 Inspector: Austria.
D. Bernardo Maier Delegado: Austria.
D. Enrique Biesmans Inspector: Bélgica-Norte.
D. Francisco Pottie Delegado: Bélgica-Norte.
D. Miguel Doutreliungne Inspector: Bélgica-Sur.
D. Fernando Nihoul Delegado: Bélgica-Sur.
D. Edmundo Klenck Inspector: Francia-Sur.
D. Francisco Desramaut Delegado: Francia-Sur.
D. Ivo Le Carrérés Inspector: Francia-Norte.
D. Julián Gouriou Delegado: Francia-Norte.
D. Jorge Lorriaux Delegado: Francia-Norte.
D. José Ópper Inspector: Alemania-Norte.
D. Otón Wileschek Delegado: Alemania-Norte
D. Augusto Brecheisen Inspector Alemania-Sur.
D. Jorge SU Delegado: Alemania-Sur.
D. José Grünner Delegado: Alemania-Sur.
D. Antón Kosir Inspector: Yugoslavia-Liubliana.
D. Estanislao Hocevar Delegado: Yugoslavia-Liubliana.
D. Ambrosio Matusic Inspector: Yugoslavia-Zagreb.
D. Marcos Pranjic Delegado: Yugoslavia-Zagreb.
D. Nicolás Meijer Inspector: Holanda.
D. Wim van Luyn Delegado: Holanda.
Región Ibérica
D. José Pacheco Silva Inspector: Portugal.
D. José María Ribeiro Delegado: Portugal.
D. Carlos Zamora Inspector: España-Barcelona.
D. Alfredo Roca Delegado: España-Barcelona.
D. José Colomer Delegado: España-Barcelona.
D. Matías Lara Inspector: España-Bilbao.
D. Federico Hernando Delegado: España-Bilbao.
D. Arcadio Cuadrado Delegado: España-Bilbao.
D. Domingo González Inspector: España-Córdoba.
D. Antonio Rodríguez Talión .... Delegado: España-Córoba.
D. Alfonso Milán Inspector: España-León.
D. Joaquín Egozcue Delegado: España-León.
D. Antonio González Delegado: España-León.
D. Cosme Robredo Inspector: España-Madrid.
D. Eugenio Alburquerque Delegado: España-Madrid.
D. Pedro López Delegado: España-Madrid.
D. Celestino Rivera Inspector: España-Sevilla.
D, Antonio Calero Delegado: España-Sevilla.
D. Miguel Asurmendi Inspector: España-Valencia.
D. Ismael Mendizábal Delegado: España-Valencia.
Región Italia.Oriente Medio
D. Vicente Di Meo Inspector: Italia-Adriática.
D, Arturo Morlupi Delegado: Italia-Adriática.
D. Mano Colombo Inspector: Italia-Central,
D. Egidio Ferasín Delegado: Italia-Central.
Sr. Luis anta Delegado: Italia Central.
D. Juan Bautista Bosco Inspector: Ita.-Lombardo Emiliana.
D. Angel Viganó Delegado: Ita.-Lombardo Emiliana.
Sr. Mario Miglino Delegado: Ita.-Lombardo Emiliana.
D. Helio Torrigiani Inspector: Italia-LigurToscana.
D. Julio Barchielli Delegado: Italia-Ligur Toscana.
D. Alfonso Alfano Inspector: Italia-Meridional.
D. Pascual Liberatore Delegado: Italia-Meridional.
D. Pascual Massaro Delegado: Italia-Meridional,
D. Pedro Scalabrino Inspector: Italia-Novara Suiza.
D. Remigio Bertapelle Delegado: Italia-Novara Suiza.
D. Mario Prina Inspector: Italia-Romana.
D. Hilario Spera Delegado: Italia-Romana.
D. Carlos Filippini Delegado: Italia-Romana.
D. Calógero Montanti Inspector: Italia-Sicilia.
D. Rosario Salemo Delegado. Italia-Sicilia.
D. Raimundo Frattallone Delegado: Italia-Sicilia.
D. Luis Testa Inspector: Italia-Subalpina.
D. Juan Sangalli Delegado: Italia-Subalpina.
Sr. Teresio Fraire Delegado.:Italia-Subalpina.
D. Luis Zuppini Inspector: Italia-Véneta Este.
D. Nivardo Castenetto Delegado: Italia-Véneta Este.
D. Severino De Pieri Delegado: Italia-Véneta Este.
D. Francisco Maraccani Inspector: Italia-Véneta Oeste.
D. Juan Fredigotti Delegado: Italia-Véneta Oeste.
Sr. Luis Fumanelli Delegado: Italia-Véneta Oeste.
D. Angel Bianco Delegado: Deleg. Casa Generalicia.
D. Adrián van Luyn Delegado: Delegación P.A.S.
D. Francisco Varese Delegado: Deleg. Italia-Cerdeña.
D. Vittorio Pozzo Inspector: Oriente Medio.
D. Juan Láconi Delegado: Oriente Medio.
Dekgadón regional de Polonia
D. Wojciech Szulczyñski Inspector: Polonia-Este.
D. Esteban Prus Delegado: Polonia-Este.
D. Andrés Strus Delegado: Polonia-Este.
D. Enrique Jacenciuk Inspector: Polonia-Norte.
D. Juan Gliseiñski Delegado: Polonia-Norte.
D. Estanislao Skopiak Delegado. Polonia-Norte.
D. Mieczyslaw Pilat Inspector: Polonia-Oeste.
D. José Wilk Delegado: Polonia Oeste.
D. José Kurowski Inspector: Polonia-Sur.
D. Adán $migielski Delegado: Polonia-Sur.
Observadores
D, Domingo Bristchú , . , , . Secretario del Consejo Superior.
D. Agustín Dzigdziel Deleg. Rector Mayor para Polonia.
Sr. Santiago Eiorriagá de la inspectoría de Madrid,
Sr. Oscar Pereira de la inspectoría de Centroamérica.
Sr. Tomás Puthur de la inspectoría de Bombay-india.
Sr, Antonio Wilson de la inspectoría de A1tre.aia
CRONICA DEL XXII CAPITULO GENERAL
1. Convocatoria del XXII Capítulo General y calendario de preparación
114
La Congregación recibió el anuncio oficial de la convocación
del XXII Capítulo General por medio de las Actas del Consejo
Superior de julio de 1982.
El Rector Mayor escribía: El XXII Capítulo General se
inaugurará el 9 de enero de 1984; tendrá lugar en Roma
-Casa Generalicia de la Congregación- (...). Comenzará
con los ejercicios espirituales de los capitulares. Su tema único
y fin principal será: "El estudio del texto renovado de
las Constituciones y de los Reglamentos" con miras a su aprobación
final por parte de la Santa Sede (ACS 305, pág. 6).
Don Juan E. Vecchi, que había sido nombrado regulador, presentaba
en el mismo fascículo de las Actas unas pistas de reflexión
preparadas por una comisión técnica, constituida con anterioridad
para establecer el calendario de preparación. En las "pistas"
se enumeraban los puntos más sobresalientes de las Constituciones
y de los Reglamentos que los capítulos inspectoriales deberían
considerar de un modo especial.
Se determinaron asimismo los plazos de preparación: los capítulos
inspectoriales deberían celebrarse antes de terminar el mes de
mayo de 1983. El 31 del mismo mes y año era la fecha final para
que llegaran a Roma las actas de elección de los delegados, las
propuestas y las respuestas al cuestionario-sondeo. Durante los meses
de junio-agosto de 1983 se desarrollaron los trabajos de la comisión
precapitular. Estaban convocados veintiséis miembros de veintiuna
inspectorías o dejegaciones de dieciséis naciones, distribuidos
del modo siguiente por áreas geográficas: América
(6), Asia (3),
Italia (11, aunque no todos eran italianos), Europa occidental (4),
Europa oriental (2). La comisión precapitular, contrabajo asiduo
e intelegente, preparó un "dossier" en dos volúmenes
y un total de mil páginas, con esquemas de trabajo que se enviarían
a los Capitulares. El primer volumen -Proposte dei capitoli ispettoriali
e dei confratelli- recogía y ordenaba las aportaciones de la
base. El segundo -Rilievi della comissione precapitolare- contenía
estudios y orientaciones que la misma comisión precapitular ofrecía
a la atención de los capitulares.
Ambos volúmenes fueron enviados a los miembros del XXII Capítulo
General, que los tuvieron a su disposición el mes de noviembre-diciembre,
a fin de poderlos estudiar y prepararse a su cometido.
2. Llegada y ejercicios espirituales
115
A las 18,30 horas del lunes 9 de enero, ciento ochenta y seis capitulares
y seis observadores, que habían llegado a Roma de todas las partes
del mundo salesiano, se reunieron en el aula magna de la casa generalicia,
donde recibieron el saludo del Rector Mayor y las"primeras comunicaciones
del Regulador.
No todos se conocían; pero, en nombre de Don Bosco, todos se
sentían hermanos. Faltaban a la cita los inspectores y representantes
de los hermanos de algunas naciones de régimen comunista, cuyos
gobiernos no habían concedido el permiso. A estos hermanos fue
nuestro fraterno pensamiento y oración: mártires de la
fe, en esta edad nuestra, hacen florecer la Iglesia y la Congregación
con su sacrificio.
Iniciamos los ejercicios espirituales, predicados por don César
Bisoli, biblista de la universidad pontificia salesiana. Sus meditaciones,
centradas en los grandes temas de la teología bíblica,
fueron una invitación a la creatividad y a la confianza, como
elementos vitales de la espiritualidad cristiana y camino imprescindible
para un Capítulo que quisiera ser fiel al carisma de su Fundador.
Coronación, no sólo de los ejercicios, sino de toda la
preparación del XXII Capítulo General, fue el solemne
"acto de abandono" en María Auxiliadora, Madre de la
Iglesia, durante la concelebración eucarística del sábado
14 de enero, con la asistencia de los obispos salesianos mons. Antonio
M.e Javierre, mons. Rosalio Castillo Lara, mons. Alfonso Stíckler
y mons. Rosalio Castiparampil -obispo de Diphu (India)-, que representahan
erijo el Rector Mayor en su homilía- a setenta y cuatro hermanos
nuestros --entre cardenales, arzobispos y obispos- que de un modo simbólico
nos recuerdan que la vocación salesiana es una vocación
"pastoral".
En nombre propio y de todos los hermanos de todo el mundo, nos ponemos
en manos de María para hacer crecer en nosotros la esperanza
de que María Auxiliadora nos va a ayudar a realizar nuestro gran
ideal: evangelizar a los jóvenes, construir el Reino de Cristo
entre los jóvenes. Ponemos en sus manos el precioso tesoro de
nuestras Constituciones, el compromiso de fidelidad y de unidad de la
Congregación, la santificación de sus miembros, el trabajo
de todos.
3. Inauguración oficial del XXII Capítulo General
116
La ceremonia de inauguración oficial del XXII Capítu-
lo General tuvo lugar el sábado 14 de enero. A las 10,30 horas,
con los miembros del Capítulo General estaban en el aula magna
los cuatro obispos salesianos ya dichos, el consejo general de las Hijas
de María
Auxiliadora, los representantes de los diversos grupos de la familia
salesiana y otros muchos invitados. Ocupaban la mesa de presidencia
el cardenal Eduardo Pironio -prefecto de la Sagrada Congregación
para los Religiosos y los Institutos Seculares-, el Rector Mayor y el
regulador del Capítulo: don Juan E. Vecchi. Presentado por el
Rector Mayor, el regulador constituyó la secretaría y
declaró oficialmente inaugurado el XXII Capítulo General.
Siguió la lectura del mensaje enviado por Juan Pablo II: una
carta de saludo y complacencia por el servicio ofrecido a la Iglesia
y de augurio y estímulo, a fin de que la reflexión capitular
pueda ayudar eficazmente a releer el Evangelio con la fe y el corazón
del Fundador, así como a encontrar respuestas adecuadas a la
necesidad de salvación del mundo moderno. Para esto el Papa alentaba
a todos los salesianos a que se percaten cada vez mejor de su carisma
específico y a que se sientan siempre "misioneros de los
jóvenes".
Después de otros muchos mensajes de augurio y de adhesión,
el Rector Mayor, en su calidad de presidente del Capítulo, leyó
el discurso programático. Presentó al Capítulo
General como el principal signo de unidad dentro de la diversidad de
la Congregación, como el encuentro fraterno en el que se hace
una larga y profunda reflexión comunitaria para la revisión
final del texto renovado de las Constituciones y los Reglamentos, como
punto de partida para una nueva etapa en el camino de renovación
de la Congregación. En la originalidad de una consagración
apostólica que los tiempos revelan cada vez más actual,
en la solidaridad del trabajo con toda la familia salesiana, se pueden
abrir los corazones a la esperanza.
También el cardenal Pironio, al hablar a los capitulares como
hermano y amigo, e invitarles a considerar el Capítulo como un
acontecimiento de familia, pero también de Iglesia, exhortó
a todos a iniciar un camino nuevo de santidad, al objeto de prestar
un servicio más adecuado a los jóvenes. Sobre todo -dijo—
los jóvenes esperan de vosotros una respuesta verdaderamente
evangélica y profundamente salesiana.
4. El Informe del Rector Mayor
117
El lunes, 16 de enero, el Rector Mayor presentó al XXII Capítulo
General su informe sobre el estado de la Congregación. Es un
volumen de 260 páginas, titulado La Societá di S. Francisco
di Sales nel sessennio 1978-1983. Es un precioso instrumento de trabajo,
ofrecido a los Capitulares para que conozcan la Congregación
en su devenir, con una visión de conjunto a nivel mundial, a
fin de diagnosticar su "estado de salud" de cara a las opciones
que haya que tomar.
La primera parte presenta los datos descriptivos de nuestra presencia
en los cinco continentes. Hace ver la multiplicidad de situaciones,
sus diferencias en la unidad de espíritu y de misión,
las líneas de tendencia para el futuro. La segunda parte ofrece
una visión sintética de los esfuerzos de renovación
y de los frutos obtenidos durante el sexenio en los diversos sectores
determinados por las Constituciones para la animación y el gobierno
de la Congregación. La tercera parte da un juicio global, es
decir, indica los principales elementos que pueden servir para dar juicios
valorativos, como un esbozo de imagen viva de la vocación salesiana
hoy.
Tras un día completo dedicado al estudio personal, los capitulares
presentaron observaciones y peticiones de aclaración, con miras
al debate previsto en asamblea general. Esta le dedicó dos sesiones,
los días 18 y 19 de enero. Durante más de cuatro horas
el Rector Mayor respondió con claridad numerosas preguntas sobre
los temas más palpitantes de la Congregación.
El estudio del informe y el debate que le siguió confirmaron,
en la asamblea, la convicción de que la Congregación es
una fuerza viva de dimensiones mundiales, fuertemente compacta, no entretenida
en intentos de restauración, sino que por doquier está
activamente presente en un mundo que cambia. Quedan todavía cuestiones
abiertas; pero también para ellas hay una decidida voluntad de
recuperación, dentro de la fidelidad a Don Bosco.
5. Las comisiones de trabajo
118
Después de aprobarse el reglamento del Capítulo General
(20 de enero), se pudo proceder a la elección de los tres moderadores
y a la constitución de las comisiones. Se hicieron seis, una
por cada parte de las Constituciones más la correspondiente sección
de los reglamentos. Helas aquí:
1. Los Salesianos de Don Bosco en la Iglesia. 2. Nuestra misión
apostólica.
3.Nuestra vida de comunión.
4. Nuestra consagración.
5. Formación y fidelidad.
6. Organización de nuestra Sociedad.
Cada comisión eligió a su presidente, ponente y secretario.
De este modo se pudo constituir la comisión central de coordinación,
formada por el presidente, el regulador, los moderadores y los presidentes
de comisión.
Comenzaron asimismo a funcionar los "grupos de apoyo y animación"
del XXII Capítulo General: comisión
de información, grupo "liturgia y música" y
grupo para la animación comunitaria.
Las comisiones se dedicaron inmediatamente al trabajo de estudio de
las aportaciones de los capítulos inspectoriales, así
como a la reflexión y al intercambio de opiniones, con objeto
de localizar en las respectivas partes de su competencia los problemas-clave,
es decir, los puntos principales que, en cierto sentido, son problema
y en los que convergen otros menores. Una presentación sintética
de dichos "problemas-clave" la hicieron en asamblea los ponentes
de cada comisión.
Dos sesiones de asamblea general ocuparon las intervenciones de los
capitulares, con propuestas de integración y variantes sobre
los textos propuestos. Las comisiones, después, volvieron a su
trabajo de profundización y esclarecimiento, antes de afrontar
directamente el cometido de revisar el texto de las Constituciones.
El lunes 30 de enero se aprobó la formación de la comisión
de redacción del texto. Incumbencia de dicha comisión
sería garantizar la unidad y coherencia de contenidos y la expresión
literaria en el texto que preparara cada comisión. Por lo tanto,
debería proponer a la asamblea los criterios para la redacción
de los textos, la estructura general de cara a su nueva ordenación
y acompañar a las comisiones en su trabajo, señalando
lagunas, repeticiones. cte. La comisión de redacción del
texto, formada por siete capitulares elegidos por el presidente, de
modo que todas las comisiones tuvieran en ella un miembro, fue presentada
a la asamblea el sábado 4 de febrero.
119
6. La fiesta del Fundador y el jubileo de los religiosos 31 de enero.
Fue sin duda un hecho -"singular e histórico" que se
encontraran en Roma -en torno al Rector Mayor, para la fiesta de su
Fundador en el cincuentenario de su canonización- los representantes
de todo el mundo salesiano. El hecho quedó subrayado en la velada
de fraternidad de la víspera en torno al Rector Mayor y en la
solemne concelebración en el templo de Don Bosco -parroquia salesiana
de Cinecittá- el sábado 31 de enero por la tarde. En la
homilía el Rector Mayor presentó a Don Bosco "fundador",
portador de un patrimonio pastoral que en todos los continentes ha establecido
una escuela nueva para hacerse santos con una santidad hecha de sencillez
en lo cotidiano, de cumplimiento del propio deber, de alegría
de vivir, de sentido de fiesta para estar con los jóvenes que
se han abierto a la esperanza y a lo nuevo, y construir con ellos cosas
mejores.
2 de febrero. Por la tarde del jueves 2 de febrero, fiesta deja Presentación
del Señor, los capitulares participaron en el jubileo de los
religiosos. Fue un momento de gran intensidad espiritual y fraternidad.
Los periódicos hablaron de treinta mil asistentes entre religiosos
y religiosas. El Papa invitó a todos a hacerse don para el mundo
en la luz de Cristo. ¡Que vuestra vida se queme en la luz de Cristo!
¡Que sea una total donación esponsal a su servicio!
7. Los esquemas, las aportaciones, los debates
120
El mes de febrero estuvo casi totalmente dedicado al trabajo de comisión.
La preparación de cada "esquema" con las propuestas
de modificaciones en el texto de las Constituciones y los Reglamentos
de 1972, siguió los criterios de revisión presentados
por la comisión de redacción del texto: criterios generales
de orden espiritual, que deben presidir la revisión del código
de vida de cada instituto religioso -es decir: fidelidad al Evangelio,
al carisma propio, a la Iglesia, a los signos de los tiempos- y criterios
específicos sobre el contenido: evangélico-eclesial, histórico-salesiano,
jurídico-normativo y experiencial. En cuanto a los criterios
formales, se evidenciaron los que se refieren a la organización
del texto, a la esencialidad del contenido, a la sencillez de estilo,
etc. Los documentos de cada comisión fueron presentados en el
aula por los respectivos ponentes. Se reservó un tiempo conveniente
para el estudio personal y por grupos, a fin de preparar el debate y
entregar las aportaciones escritas.
Los debates en asamblea sobre los esquemas de las comisiones ocuparon
intensamente a los capitulares desde el 27 de febrero hasta el 13 de
marzo. Las intervenciones orales -de cinco minutos en el primer turno,
de tres en el segundo-fueron seiscientas veintinueve. Las aportaciones
escritas, mandadas a las comisiones en fichas a propósito, fueron,
en esta primera vuelta, más de tres mil. Basándose en
el debate de asamblea y en las aportaciones recibidas, las comisiones
ahora deberían revisar los textos presentados y proceder a eventuales
sondeos cuando no estuviera claro el parecer de la asamblea sobre determinados
puntos.
8. Comunidad mundial
121
Los miembros del XXII Capítulo General no eran únicamente
peritos dedicados a revisar las Constituciones; formaban una característica
comunidad salesiana, inimitablemente mundial, extraordinaria por el
modo como se había formado, pero ordinaria en el estilo y en
el ritmo de su vida, como cualquier otra comunidad salesiana en sus
tiempos de trabajo y de descanso, de fraternidad y de participación
en los acontecimientos eclesiales y en las celebraciones particulares
de las personas y de los grupos.
Un momento siempre interesante fueron las "buenas noches".
Durante la primera semana fue el Rector Mayor quien habló de
la vida y los problemas de la Congregación. Después, cada
noche, terminadas las vísperas, siguieron los inspectores, para
contar la historia, las actividades, los proyectos y las dificultades
de su inspectoría. Era un panorama interesantísimo y rico
el que se iba delineando, con sus luces y sus sombras; pero haciendo
ver la maravillosa actividad de la Congregación y su esfuerzo
por dar respuestas adecuadas a las inmensas necesidades de los jóvenes
de hoy.
Hubo también muchas ocasiones que sirvieron para hacer variada
y llena de interés la vida comunitaria.
El 19 de enero monseñor Rosalio Castillo, Propresidente de la
Sagrada Congregación para la revisión dei código,
hizo una interesante presentación de la parte del nuevo código
de derecho canónico que trata de los religiosos.
El 24 de enero, monseñor Antonio M.' Javierre, Secretario de
la Sagrada Congregación para la Educación Católica,
presidió la concelebración eucarística de la fiesta
de san Francisco de Sales.
Del mes de febrero recordamos la celebración litúrgica
de los santos Cirilo y Metodio. copatronos de Europa, una ocasión
para rezar y recordar a los hermanos que viven la vocación salesiana
en situaciones de dificultad y a veces de persecución; la conmemoración
festiva de los cien años de la obra salesiana en Barcelona; la
fiesta de la Cátedra de san Pedro con la concelebración
eucarística presidida por monseñor Alfonso Stíckler,
Prefecto de la Biblioteca Vaticana; el encuentro con monseñor
Arturo Rivera Damas, arzobispo de San Salvador -salesiano, sucesor de
monseñor Romero--, que habló de la trágica situación
de su país, de la postura valiente de la Iglesia, de la generosa
obra desarrollada por nuestros hermanos, que son muy estimados y queridos.
El día 25, finalmente, se celebró la memoria litúrgica
de los beatos mártires Luis Versiglia y Calixto Caravario. Esta
ocasión nos trajo el recuerdo de los hermanos que se quedaron
en la China continental y son dignos hermanos e hijos de nuestros mártires
glorificados.
9. Dolores y alegrías
122
Al anochecer del 8 de marzo, el Rector Mayor comunicó a la asamblea
capitular la dolorosa noticia de la muerte de la madre Rosetta Marchese,
superiora general de las Hijas de María Auxiliadora. Se suspendieron
los trabajos, para dar lugar a una oración de sufragio. El sábado
10 de marzo los capitulares participaron en el funeral celebrado en
el templo romano de san Juan Bosco. Una gran manifestación de
afecto y gratitud por parte de toda la familia salesiana dio testimonio
de la incidencia de esta hermana que había vivido intensamente
el Evangelio para la juventud, en una vida de don, víctima agradable
a Dios.
Después del dolor, la alegría. El 14 de marzo el Rector
Mayor nos dio una buena noticia: Don Wálter Bini, consejero regional
para la región Atlántico, había sido nombrado obispo
de la diócesis brasileña de Lins, estado de Sito Paulo.
Era una nueva señal de la estima del Papa hacia la Congregación
y un claro reconocimiento de la riqueza de cualidades humanas y pastorales
de nuestro hermano. Al despedirse de los capitulares, don Wálter
dijo: No dejo la Congregación; sigo sintiéndome salesiano.
Los salesianos en la Congregación son laicos, clérigos
_y.... obispos: todos, salesianos, cada uno a su modo. Mis palabras
de despedida quieren ser de saludo y de gratitud a tantos hermanos y
a la Congregación, porque lo que soy, lo soy por ella.
10. Las estructuras
123
El 14 de marzo comenzaba una etapa nueva en el quehacer capitular. De
acuerdo con los sondeos hechos por la comisión de redacción
del texto se estableció la estructura general de las Constituciones
renovadas, de
modo que cada parte forme un conjunto orgánico, y todas ellas
se equilibren e iluminen recíprocamente. La modificación
más importante se refiere a la primera parte, que agrupa en tres
capítulos los rasgos más destacados de la identidad salesiana.
La segunda parte reafirma la unidad y mutua integración de los
elementos de nuestra vocación: misión, vida de comunión
y práctica de los consejos evangélicos. Termina con el
capítulo sobre la vida de oración.
La tercera parte formados para la misión de educadores pastores-
y la cuarta -servicio de la autoridad- conservan la estructura precedente.
Las comisiones, mientras tanto, proseguían en el trabajo de redacción
de los textos de las Constituciones y los Reglamentos, haciendo, cuando
era necesario, sondeos a la asamblea. Tuvo lugar otro turno de debates
sobre los nuevos textos presentados, y otra vez se ofrecieron aportaciones
para hacer correcciones y enriquecimientos. Así se caminaba,
según el calendario previsto, hacia la elección del Rector
Mayor y del Consejo General.
11. Por unanimidad: Don Egidio Viganó
124
El miércoles 28 de marzo era el día señalado para
elegir al Rector Mayor. La jornada inició con la celebración
eucarística presidida por el regulador, don Juan E. Vecchi. A
las diez y media, después de la oración, el juramento
y demás formalidades preliminares, los ciento ochenta y seis
capitulares, llamados nominalmente, depositaban en la urna su voto.
Eran conscientes de que estaban haciendo un gesto de fe.
A las doce menos cuarto, al concluir el escrutinio, que reveló
una votación plebiscitaria sobre el nombre de don Egidio Viganó.
el aplauso vibrante de la asamblea expresaba alegría y afecto.
Don Luis Rícceri. rector mayor emérito y capitular más
anciano, subió al palco para proclamar el nombre del elegido.
Me toca a mí -dije este mandato: Habemus patrem. Le decimos:
Tu¡ et tecum (tuyos y contigo), porque tú eres nuestro
Don Bosco. El Rector Mayor tomó la palabra y dijo: Comenzamos
de nuevo. Confiando en el Señor, acepto.
Se repitió el aplauso mientras los capitulares pasaban por la
mesa presidencial a dar un abrazo al reelegido Rector Mayor.
La noticia se difundió rápidamente. Se sucedieron ininterrumpidas
las visitas de felicitación de los hermanos y de los grupos de
la familia salesiana; mensajes y telegramas llegaban de todas las partes
del mundo. En las "buenas noches" el Rector Mayor puso de
relieve la importancia del signo de unidad y comunión dado por
el Capítulo mediante una elección de convergencia unánime.
Recordó, después, como punto vital del programa del nuevo
sexenio, el compromiso de santidad. Es éste el testimonio que
esperan los jóvenes de hoy.
12. Cincuentenario de la canonización de Don Bosco
125
El cincuentenario de la proclamación de la santidad de Don Bosco
tuvo en Roma mucho relieve. Por la tarde del sábado 31 de marzo
los miembros del XXII Capítulo General acudieron al templo de
Don Bosco, donde coincidieron con miles de hermanos de la familia sale-
signa. El encuentro se titulaba: Santidad es fiesta; e hizo revivir
la alegría del 1 de abril de 1934, Pascua¡ del Año
Santo. El ministro del interior, Luis Scálfaro, recordó
en un discurso elocuente y ágil la singularidad de esta evocación
de la santidad de nuestro Padre y Fundador, que, proclamado santo, sigue
siendo y será siempre para todos "Don Bosco", un hombre
que hizo cosas inmensas porque creía en la Providencia.
Por la mañana del domingo, 1 de abril, después de participar
en la Misa papal de la Plaza de San Pedro, se concentraron en la Basílica
los más de seis mil hermanos y hermanas de la familia salesiana,
bajo la estatua de nuestro Fundador, para escuchar la palabra del Rector
Mayor y canta una vez más el Don Rosco ritorna.
13. Audiencia del Santo Padre
126
El martes 3 de abril los miembros del XXII Capítulo General tuvieron
una audiencia particular del Santo Padre en la Sala Clementina. Escuchadas
las palabras de homenaje del Rector Mayor, el Papa le felicitó
por su reelección. Después manifestó su complacencia
por el trabajo apostólico variado, intenso y eficaz para bien
de la Iglesia y de la sociedad, especialmente de la juventud, que los
salesianos desarrollan en el mundo. Invitó a dar gracias al Señor
al comprobar que en este largo período de años, a pesar
de tantos acontecimientos adversos y borrascosos, Don Bosco ha estado
siempre entre vosotros, en vuestras casas, entre los jóvenes
confiados a vuestros cuidados. Posteriormente invitó a un compromiso
apostólico cada vez más convencido e intrépido:
Que nadie se desaliente ( ...). Mirad a Don Rosco, a su vida, a tu entrega
total a las almas. Con atención paterna nos trazó después
directrices preciosas para el trabajo apostólico salesiano
14. Primeras votaciones de los artículos
127
Del 2 al 11 de abril las seis comisiones presentaron en el aula su parte
de Constituciones y Reglamentos, para el segundo debate y la primera
votación "iuxta módum" artículo por artículo.
Los resultados de las votaciones demostraron una convergencia amplia,
confirmación del buen trabajo de las comisiones sobre el texto
de 1972.
Después de estas votaciones, las comisiones iniciaron el análisis
de los "modos", para integrarlos en el texto. Este trabajo
delicado se hizo en estrecha colaboración con la comisión
de redacción del texto, encargada de dar homogeneidad, corregir
diversidad de estilo y lenguaje, etc.
Simultáneamente se trabajaba en la preparación de un "Subsidio",
destinado a facilitar el estudio y la asimilación del texto de
las Constituciones y los Reglamentos renovados cuando lleguen a los
hermanos.
Se estudiaban asimismo decisiones y orientaciones operativas sobre urgencias
particulares del poscapítulo.
15. Votaciones para el Consejo General
128
Inmediatamente después de su reelección, don Egidio había
dicho: El Rector Mayor del próximo sexenio, basándose
en los trabajos este Capítulo, deberá percibir el aire
y los horizontes de la novedad del Espíritu, a fin de hacer crecer
la Congregación en su identidad, como respuesta actual, e incluso
actualísima, a las necesidades de la juventud del mundo. Así
pues, comenzamos de nuevo. Para ello espero a los colaboradores.
Y los colaboradores del Consejo General fueron elegidos del once al
dieciséis de abril, en diversas sesiones de votación,
intercaladas en el trabajo normal de comisión o de asamblea.
El miércoles 11 de abril fue elegido don Cayetano Scrivo para
vicario del Rector Mayor; el jueves 12 de abrí: lo fueron: don
Pablo Natal¡ para consejero de la formación; don Juan E.
Vecchi, consejero de pastoral juvenil; don Sergio Cuevas, consejero
para la familia salesiana y para la comunicación social; don
Lucas Var Looy, consejero para las misiones; don Homero Parón.
ecónomo general.
El lunes 16 de abril se eligió a los consejeros regionales don
Luis Bosoni, para Italia y Oriente Medio; don Martín McPake,
para la región anglófona; don Tomás Panakézham,
para Asia; don José Antonio Rico, para la región ibérica;
don Carlos Techera, para la región Atlántico; don Roger
Vanséveren, para Europa Central y Africa Central; don Ignacio
Velasco, para la región Pacífico-Caribe. La delegación
regional de Polonia estará representada en el Consejo General
por un delegado del Rector Mayor.
16. Intervención del Rector Mayor
129
El martes 17 de abril el Rector Mayor, en su calidad de presidente del
Capítulo, tuvo ante la asamblea una intervención importante,
para hacer la síntesis de lo hecho hasta el momento e indicar
algunas perspectivas de urgencia. Felicitó a los elegidos para
el Consejo General y dio las gracias a los consejeros que habían
concluido su servicio: don Bernardo Tohill, don Jorge Williams, don
Wálter Bini, don Ruggiero Pilla. Recordó también
a don Juan Raineri y a don Juvenal Dho.
Entre los puntos que más habían madurado a lo largo del
Capítulo, señaló: El significado unitario y englobante
de nuestra vida religiosa salesiana, el elemento laical de nuestra vocación,
la traducción de nuestra misión a pastoral, el proyecto
de crecimiento de la familia salesiana, la revalorización de
la comunicación social entre las prioridades de nuestra misión,
la codificación final de los criterios y principios de formación,
la atenta y detallada revisión de las estructuras del servicio
de autoridad.
17. La madre Teresa de Calcuta
130
Al anochecer del 17 de abril los Capitulares tuvieron la agradable visita
de la M. Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad.
Habló durante una hora para agradecer lo que hacen los salesianos
en la India en apoyo de su obra. Invitó a seguir fieles a Don
Bosco en su predilección por los jóvenes más pobres.
No dejéis -dijo-- que nadie ni nada separe vuestro amor a Cristo
del amor a los pobres. ¡Es tan fácil permitir que alguien
o algo os arrebate la alegría de amar y servir a los pobres!
Estos son el mayor don que Dios nos hace (... J. Creo que Don Bosco
tiene que estar muy contento al ver que su Congregación conserva
este amor a los más pobres de los pobres. Guardadlo con vuestra
vida, en vuestro trabajo.
18. Segunda votación de los textos
131
Después de la breve interrupción pascual, el trabajo capitular
siguió con intensidad. Del 25 al 28 de abril tuvo lugar la segunda
votación de los textos de las Constituciones y los Reglamentos,
artículo por artículo. Se lograron significativas convergencias
en casi todos los textos votados. Para algunos artículos la comisión
de redacción del texto propondría nuevos sondeos y nuevas
formulaciones: se hacía necesaria otra búsqueda de consenso,
porque cada uno de los artículos necesitaba ser aprobado con
la mayoría de los dos tercios.
Mientras tanto se iban perfeccionando la estructura interna de las partes
y los capítulos y se discutían el proemio y los artículos
finales.
19. Peregrinación a las "fuentes"
132
Como regalo inesperado, cuya necesidad se sentía cada vez más
fuerte, el XXII Capítulo General tuvo la gran suerte de hacer,
antes de disolverse, una peregrinación a las "raíces"
de la vocación salesiana. La ocasión era irrepetible:
Para el 1 de mayo, en la colina de los Becchi, estaba programada la
dedicación del templo de Don Bosco. El lunes 30 de abril los
capitulares estaban en Valdocco. De la capilla Pinardi a las habitaciones,
a la iglesia de san Francisco de Sales y a la Basílica para la
concelebración... ¡Una sucesión de llamadas fuertes
al misterio de la santidad de nuestro Fundador!
Momentos culminantes fueron la renovación del "acto de abandono"
en María, y al final, ante la urna de nuestro Padre, el canto
Giii da¡ colli, cada uno en su lengua. El martes 1 de mayo toda
la jornada trascurrió en la colina de nuestros orígenes.
Se participó en la solemne función de la dedicación
del templo, viviendo el gozo de la fiesta en medio de miles de jóvenes.
El miércoles 2 de mayo, los capitulares fueron a Mornese. Era
la primera vez que un Capítulo General de los salesianos llegaba
al pueblo de santa María Mazzarello. El hecho era histórico
y la acogida de nuestras hermanas fue la que merecía la ocasión.
Admiramos los designios de Dios, que por caminos misteriosos condujo
a nuestro Padre al encuentro de otra santidad.
20. Ultimos días
133
Los últimos días del XXII Capítulo General se caracterizaron
por un ritmo de trabajo cada vez más intenso. Se quería
cumplir con la fecha indicada para la clausura, el 12 de mayo, y terminar
diligentemente todo el quehacer. Así se tuvieron los debates
y votaciones de los textos del proemio y de la conclusión, de
los títulos de las partes y los capítulos, de las citas
bíblicas que en
cabezan cada capítulo de las Constituciones, de algunos artículos
que todavía estaban pendientes. Se hizo después la última
revisión de los textos con posibilidad de mandar a la comisión
de redacción del texto sugerencias para correcciones de forma.
Se debatieron y aprobaron algunas orientaciones operativas y decisiones,
así como el texto del "Subsidio" que, sin comprometer
la autoridad jurídica del Capítulo, tiene como objeto
ser testimonio de la reflexión capitular sobre los nuevos textos
y facilitar su comprensión y asimilación, especialmente
en los aspectos modi
ficados.
También este último período capitular fue rico
de momentos fuertes en la vida litúrgica comunitaria. En particular
recordamos la fiesta litúrgica de santo Domingo Savio y la celebración
del centenario de la carta escrita por Don Bosco desde Roma.
El viernes 11 de mayo, se leyeron por entero todas las Constituciones
y largos extractos de los Reglamentos, como última revisión
antes de votar los capítulos y las partes. También estas
votaciones confirmaron mayorías ampliamente superiores a los
dos tercios con los que se había aprobado, en segunda votación,
cada uno de los artículos.
21. Clausura del XXII Capítulo General
134
Finalmente, el sábado 12 de mayo, ciento veinte días después
de su inauguración oficial, el XXII Capítulo General tenía
su clausura. Reunidos por última vez en asamblea general, los
capitulares cumplieron todas las formalidades previstas por el reglamento.
Después, uno de ellos en nombre de todos, dio las gracias a cuantos
habían trabajado de un modo especial por el buen éxito
del Capítulo. Firmada el acta final por los capitu-
lares, el Rector Mayor tuvo el discurso de clausura. Fue una síntesis
autorizada y completa del camino recorrido, de las metas alcanzadas
y de las perspectivas que se le abren a la Congregación en estos
años de preparación del centenario de la muerte de Don
Bosco.
Del nuevo texto de las Constituciones y los Reglamentos afirmó:
Es un texto orgánico, profundo, mejorado, impregnado de Evangelio,
rico de la autenticidad de los orígenes, abierto a la universalidad
y en tensión hacia el futuro, sobrio y digno, denso de equilibrado
realismo y de asimilación de los principios conciliares. Es un
texto pensado comunitariamente, con fidelidad a Don Bosco y como respuesta
a los desafíos de los tiempos. Es un texto para ser meditado,
vivido, rezado. Y concluye diciendo: Nuestra regla de vida es el pacto
de nuestra alianza con Dios, es luz de Evangelio, es invitación,
es proyecto, es mandato de santificación. Recorramos, pues, con
confianza el camino de estos mandamientos; Dios mismo nos ensancha el
corazón. Proclamad este mensaje a cada uno de los hermanos en
todas las casas de Don Bosco.
Un aplauso cerrado y largo quiso mostrar al Rector Mayor la gratitud,
la estima y el afecto de todos los capitulares.
Finalmente, antes de la dispersión por el mundo salesiano, la
solemne concelebración eucarística reforzó los
vínculos de unidad espiritual, de fraternidad, de compromiso.
Y fue precisamente al concluir la celebración eucarística
cuando el regulador, don Juan Vccchi, declaró oficialmente clausurado
el XXII Capítulo General.
Regresamos a casa, volvimos a los jóvenes, a su mundo, con el
propósito de reemprender con los hermanos el camino y realizar
el proyecto de santidad y de apostolado que está sabiamente trazado
en la nueva regla de vida salesiana.
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