Don Adriano BREGOLIN
Vicario del Rector Mayor
Después de que, en el pasado mes de junio, el Consejo General hizo la evaluación de la programación del sexenio, por lo que se refiere a la Familia Salesiana, me parece oportuno recordar algunos elementos a los que se debería prestar atención en el ámbito inspectorial y local, para una animación más eficaz de la Familia Salesiana.
Es un organismo de comunión previsto en el art. 37 de la Carta de Comunión (1998). Se convoca con el fin de cultivar el sentido de pertenencia a la Familia Salesiana, en un redescubrimiento común del Carisma de Don Bosco que es compartido en todos los Grupos y con la intención de reforzar la colaboración en vista de la misión juvenil.
Dicha Consulta, si funciona con la regularidad de sus encuentros y con el espíritu de fraternidad que la debe animar, será un gran instrumento para la sensibilización de todos los Grupos de la Familia Salesiana y para un crecimiento en la conciencia de la misión, a la que todos (aun con especificidades diversas) estamos llamados.
Recordando indicaciones de anteriores Consejeros Generales para la FS, repito lo que puede hacer la Consulta:
A nivel formativo, según los siguientes puntos:
A nivel pastoral:
Invito a todos los Inspectores a dar vida a la Consulta inspectorial y a ser los primeros animadores, en el espíritu del art. 5 de nuestras Constituciones. Esto exige una reflexión en el Consejo Inspectorial y una programación específica y con posibilidad de ponerla gradualmente en práctica. Como ya decía antes, hoy nos damos cuenta de que nuestros hermanos se sienten con frecuencia poco implicados y poco participantes. La Familia Salesiana no es “uno más” en nuestro trabajo apostólico. Es un modo particular de vivir el Carisma Salesiano, desde los orígenes, con la máxima implicación de religiosos y de seglares.
Aunque ésta no es una figura consolidada y típica de todas las Inspectorías, es bueno que cada Inspectoría o Visitaduría tenga un Hermano particularmente dedicado a la animación de la Familia Salesiana. Las más de las veces (análogamente a como es hoy la organización en el Consejo General) dicha función se confía al Vicario del Inspector. Será su tarea actuar como coordinador de las diversas iniciativas a nivel inspectorial. Mantener contactos, en nombre del Inspector, con los diversos Grupos, y cuidar que el trabajo de los Delegados y Asistentes a nivel inspectorial y local se desarrolle con diligencia y esmero en un continuo robustecimiento de cada Grupo.
Cuando en vuestras Inspectorías no exista todavía esta figura, es oportuno establecer quién debe desempeñar este encargo particular, indicándolo también en los respectivos elencos a nivel general e inspectorial.
Algunos Grupos de la Familia Salesiana reciben un servicio particular de animación por medio de los delegados (Cooperadores y Antiguos Alumnos) o asistentes eclesiásticos (VDB – CDB), nombrados según acuerdos incluidos en los textos constitucionales o según acuerdos previstos por Convenciones.
En el nombramiento para dicho ministerio invito a elegir y proponer a Hermanos válidos, con dotes necesarias para este contacto de animación, posiblemente no demasiado ancianos. La animación de la Familia Salesiana no debería ser una obediencia para salir del paso, sino más bien un campo de apostolado a través del cual las fuerzas salesianas en el territorio asumen una mayor vitalidad e influyen positivamente en el contexto civil y eclesial. Para hacer todo esto, hacen falta personas con un gran entusiasmo y buenas capacidades.
Para el nombramiento de estos Hermanos os ruego que sigáis, también en cuanto a la forma, cuanto está indicado en los diversos estatutos o convenciones (información y diálogo con los responsables de los diversos Grupos).
En el dicasterio de la Familia Salesiana se ha visto la prioridad de un camino de formación de los Delegados y Asistentes. Por este motivo se ha pensado programar en estos dos años encuentros específicos, a nivel de Región y, donde sea posible, a nivel inspectorial.
En estos últimos años el Aguinaldo del Rector Mayor ha sido cada vez más valorizado por todas las Inspectorías Salesianas como instrumento de formación para las comunidades salesianas y como base para el planteamiento de caminos pastorales con los jóvenes.
Igualmente la Consulta Mundial de la Familia Salesiana ha hecho la opción de que el Aguinaldo sea el punto de referencia para la reflexión de la Familia Salesiana, en su conjunto, sobre todo con ocasión de las Jornadas de Espiritualidad Salesiana que se tienen en el mes de enero en el “Salesianum” en Roma.
Invito a los Inspectores y a los Directores de las comunidades locales a tener en cuenta esta indicación, valorizando el Aguinaldo del Rector Mayor como un “instrumento unitario” de animación de la Familia Salesiana. Todo esto se podrá concretar en momentos comunes de reflexión, en la producción de materiales relacionados con el tema y en acciones de tipo pastoral dirigidas a traducir en la práctica cuanto el Rector Mayor indica como prioridades con este su mensaje anual.
Una particular atención al Aguinaldo consolidará en todos la conciencia de que el Rector Mayor, como Sucesor de Don Bosco, es el Padre y el centro de unidad de la Familia Salesiana. (Cfr. Const. 126).