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LA CARTA DE COMUNIÓN

 

FAMILIA SALESIANA


TARJETA DE COMUNION EN LA FAMILIA SALESIANA DE DON BOSCO

ÍNDICE

PROEMIO

LA FAMILIA SALESIANA DE DON BOSCO

CAPÍTULO 1  - LA GRACE DE COMUNIÓN EN LA FAMILIA SALESIANA

El plan de Dios en el proyecto del fundador.

Una familia espiritual-apostólica en desarrollo.

Las riquezas de la comunión mutua.

En el corazón de la Iglesia por la salvación del mundo.

CAPÍTULO 2  - PARTICIPACIÓN EN LA FAMILIA SALESIANA

5. Títulos de membresía.

6. Reciprocidad, intercambio de regalos.

7. Referencia a don bosco, padre y maestro.

8. Inspirado en el humanismo de San Francisco de Sales.

9. El Rector Mayor centro de unidad.

10. Descripción de la Familia Salesiana de Don Bosco.

CAPÍTULO 3.  - La CARA SALESIANO CARACTERÍSTICA

A. "Palabras" particularmente significativas de Don Bosco.

11. Dale sus vidas.

12. Para ganar almas de Dios corro por delante hasta el punto de la imprudencia.

13. Unidos en un solo corazón harás diez veces más.

14. Cualquier esfuerzo es escaso cuando se trata de la Iglesia y el Papa.

15. Solo sé joven para que te quiera mucho.

16. Nuestro método se basa enteramente en la razón, la religión y la bondad.

17. Mi único apoyo siempre ha sido recurrir al sacramento de Jesús y a María Auxiliadora.

B. Portadores del espíritu común.

18. La caridad pastoral.

19. La gracia de la unidad.

20. La unión con Dios y el estilo de oración.

21. La juventud y la misión popular.

22. El optimismo y la alegría de la esperanza.

23. El ascetismo de la bondad.

24. Trabajo y templanza.

25. El espíritu de iniciativa.

26. El enraizamiento en el misterio de Cristo y la encomienda a María.

27. El sentido de la Iglesia.

28. Una cuidadosa sensibilidad a las cuestiones de la nueva evangelización.

CAPÍTULO 4.  - FORMACIÓN DE UNA FRATERNIDAD ACTIVA

29. La primacía de la vida en el espíritu.

30. El conocimiento y apreciación de la naturaleza específica de cada Grupo.

31. Relaciones familiares mutuas.

32. Apertura a un "movimiento salesiano" más amplio.

33. Disposición a colaborar en las Iglesias locales y en la Sociedad.

34. Estimación de otras fuerzas eclesiales.

CAPÍTULO 5  - LOS SERVICIOS DE COMUNIÓN

La comunión requiere lealtad al propio grupo.

Puntos de referencia.

Utilidad de algunas estructuras ágiles.

CONCLUSIÓN

Recuerdo y recurso a los santos de la familia.

Actitud eclesial de una familia que vive y opera junta.

APÉNDICE

Oración a María Auxiliadora, Madre de la Familia Salesiana.

 

PRÓLOGO

La Familia Salesiana de Don Bosco.

Damos gracias a Dios que realiza maravillas en sus santos.

Pensar en la Familia Salesiana hoy es reconocer a Don Bosco como su fundador. Por eso estamos hablando de la Familia Salesiana de Don Bosco.

La relación que estableció con algunas personas y algunos grupos fue particular y privilegiada.

Con Pío IX compartió los trabajos y las esperanzas de la nueva institución, la Sociedad Piadosa de San Francisco de Sales, también deseada en la imagen y semejanza de la familia humana que tiene a Dios como Padre y de la familia eclesial que tiene al Papa como padre común.

Con la Madre Mazzarello vivió una experiencia espiritual y religiosa que sorprende por las mediaciones preparadas por el Señor; para los encuentros providenciales y la luz de una intuición recíproca que superó los contextos apostólicos de la época; Por la colaboración auténtica y fructífera en la fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

Con muchos creyentes, comprometido con el bien de los jóvenes y con el fortalecimiento de la fe entre las personas sencillas, experimentó la fuerza y ​​la eficacia de trabajar juntos, inspirado por el Evangelio y el método del Buen Pastor. Así nacieron los Cooperadores Salesianos.

Más de cien años después de su muerte, el fenómeno salesiano nunca deja de sorprender con su extensión geográfica y su aumento numérico en grupos, que con una originalidad específica consideran a Don Bosco como el padre de una gran familia espiritual.

La unidad armoniosa del carisma fundacional, la caridad pastoral y la fuerza del don otorgado por el Espíritu a Don Bosco garantizan el clima, el ambiente de crecimiento y la esencia de una Familia Salesiana.

 

CAPÍTULO 1  LA GRACIA DE LA COMUNIÓN EN LA FAMILIA SALESIANA

1. El diseño de Dios en el proyecto del fundador.

2. Una familia espiritual-apostólica en desarrollo.

3. Las riquezas de la comunión mutua.

4. En el corazón de la Iglesia por la salvación del mundo.

 

Art. 1  El diseño de Dios en el proyecto del fundador.

Expresamos, con un espíritu lleno de alegría y con sentimientos de humilde gratitud, la certeza de que, por iniciativa de Dios y con la intervención materna de María, Don Bosco comenzó una experiencia evangélica original en la Iglesia.

El Espíritu formó en él un corazón tan grande como las arenas del mar, lo convirtió en Padre y Maestro de una multitud de jóvenes y fundador de una vasta familia espiritual.

La caridad pastoral, que encuentra su fuente y modelo en Cristo, el Buen Pastor, fue para Don Bosco un criterio de vida y acción, una inspiración educativa y evangelizadora, la oración y el celo misionero; y el Da mihi animas coetera tolle reunió su amor por Dios y por los jóvenes en unidad.

Para satisfacer las expectativas de los jóvenes y las clases populares de su época, Don Bosco fundó los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora y los Cooperadores.

Muchas otras fuerzas apostólicas, con diferentes vocaciones específicas, viviendo en su mismo espíritu y en comunión, continúan su labor de educación y salvación hoy.

Así nació y continúa hoy una verdadera escuela de santidad. De Don Bosco, el fundador, los fundadores sucesivos de nuevos grupos se inspiran y orientan, la espiritualidad y la metodología pastoral. Los Grupos viven, guardan, profundizan y desarrollan constantemente, en armonía con el Cuerpo de Cristo en constante crecimiento, la experiencia del Espíritu Santo que Don Bosco vivió y continúa transmitiendo a sus discípulos.

 

Art. 2  Una familia espiritual-apostólica en desarrollo.

Don Bosco, debido a su estatura como santo, se ubica con originalidad entre los fundadores de los institutos religiosos de la Iglesia. Su vida se convirtió en una historia, su gobierno en un espíritu, su santidad en un tipo y un modelo. Y la fuente inicial, lo decimos con profunda gratitud a Dios, se ha convertido en una corriente, un río.

Don Bosco soñó con una misión juvenil y popular con múltiples dimensiones y guió las fuerzas de quienes compartieron su proyecto educativo y salvífico en un vasto movimiento.

La prodigiosa fecundidad de la Familia Salesiana, un fenómeno significativo de la vitalidad perenne de la Iglesia, lo atestigua.

La Familia Salesiana de Don Bosco está formada por los tres grupos centrales (SDB, FMA, CC) a cuya fundación él mismo dedicó tiempo, energía, capacitación y compromiso organizacional, de modo que constituyeran el núcleo de apoyo de su trabajo, y de una constelación de muchos otros. grupos.

La asociación de María Auxiliadora también comenzó con él. Fue casi honrado, en un día de alegría y celebración, por la Asociación de sus Antiguos Alumnos.

Al igual que en las grandes órdenes religiosas, en la experiencia carismática inicial de Don Bosco existen virtualidades genuinas implícitas de crecimiento y desarrollo.

La conciencia de un parentesco espiritual y una responsabilidad apostólica común ha producido relaciones e intercambios fraternales entre los grupos y su presencia original en la Iglesia entre los jóvenes particularmente necesitados.

 

Art.3  La riqueza de la comunión mutua.

Numerosos grupos constituyen hoy la Familia Salesiana. Forman un solo organismo vivo y esto explica la convergencia entre sí y también con las diferencias de los individuos entre ellos.

En primer lugar, intensifican la efectividad del testimonio y hacen que la proclamación del Evangelio, la penetración del espíritu de las bienaventuranzas en el mundo, el amor educativo hacia los más necesitados sea más convincente. Se dan cuenta también de una caridad pastoral más viva, ayudando a todos a contribuir y apoyar la participación educativa y el ahorro de los jóvenes y de las personas. Finalmente, profundizan los rasgos característicos de cada grupo, haciendo que la identidad crezca en comunión.

Nuestra breve historia de la familia de Don Bosco nos convence de que, sin comunión, existe un peligro real de empobrecimiento e infidelidad para el proyecto del Fundador.

"¡Sin ti, ya no somos nosotros mismos!", Puede ser la palabra desafiante que cada grupo está llamado a internalizar y reexpresar en la práctica diaria.

Don Bosco aparece dominada por aspiración unitaria, la fortior Estados vis, en lo que se reflejó en una igualmente firme de su herencia religiosa: el de la única familia en la imagen y semejanza de la familia humana que tiene a Dios como Padre y la Iglesia que El papa como padre común.

Ningún grupo jamás ha sido concebido por él, ni nunca ha existido por separado, pero siempre dentro de una perspectiva unitaria, muy fuerte y muy rico para involucrar a la distinción entre los grupos.

 

Art. 4  En el corazón de la Iglesia por la salvación del mundo.

El Espíritu despierta los carismas para la utilidad común, insertándolos armoniosamente en la vida de la Iglesia. Así, a través de un diseño divino, se desarrolla una maravillosa variedad de grupos religiosos que contribuye en gran medida a que la Iglesia esté bien equipada para toda buena obra y preparada para la edificación del Cuerpo de Cristo. Está adornada con la variedad de dones de sus hijos, como una novia adornada para su esposa, para que se manifieste la sabiduría múltiple de Dios.

El Espíritu Santo levantó a la Familia Salesiana, a través de Don Bosco, para que la misión que se le encomendó se cumpliera mejor.

La Familia Salesiana es un grupo de personas bautizadas y consagradas que, con la originalidad de su don, se ponen al servicio de la misión de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, el sacramento universal de la salvación.

La Familia Salesiana, que vive en el corazón de la Iglesia, resalta, en armonía con los diferentes dones, la importancia de la misión, que da tono y concreción a todo el patrimonio espiritual del Santo Educador.

La llamada recíproca entre 'educación y santidad' nos pide estar íntimamente unidos con el mundo y su historia.

Por lo tanto, la planificación de la misión debe ser actual, creativa y constante, si se quiere restaurar a los jóvenes a la herencia espiritual y educativa que se le ha confiado; si quiere ofrecer un apoyo y una contribución de calidad a la Iglesia, que reconsidere su pastoral juvenil y popular, en diferentes contextos geográficos y culturales.

 

CAPÍTULO 2  PARTICIPACIÓN EN LA FAMILIA SALESIANA

5. Títulos de membresía.

6. Reciprocidad, intercambio de regalos.

7. Referencia a don bosco, padre y maestro.

8. Inspirado en el humanismo de San Francisco de Sales.

9. El Rector Mayor centro de unidad.

10. Descripción de la Familia Salesiana de Don Bosco.

 

Art. 5  Títulos de membresía.

El término familia se usa continuamente en la tradición salesiana para indicar, de forma genérica, los vínculos entre los diversos grupos y se aplica de manera diferente según la naturaleza de su relación. Este vínculo o relación no puede reducirse a una cuestión de pura simpatía. Es más bien la expresión externa de la comunión interior y carismática. Por lo tanto, ayuda a comprender los diferentes títulos de pertenencia a la Familia Salesiana.

La pertenencia se nutre de un espíritu común, que se dirige hacia una misión juvenil y popular vasta y complementaria; y de ciertas características peculiares y originales que justifican el reconocimiento oficial, que se otorga para un título específico.

Un primer título es el de los salesianos, de las Hijas de María Auxiliadora y de los Cooperadores: son los tres primeros grupos centrales, de los cuales Don Bosco es el fundador de una manera muy especial. Fue heredero directo de su obra; Son la base y el punto de comparación para todos los demás en lo que toca el espíritu, la misión y la metodología de acción pedagógica - pastoral.

Otro título de membresía es el de los diversos grupos de vida consagrada, nacidos más tarde en el tiempo del poder creativo del carisma. Enriquecen el patrimonio común de la Familia con expresiones carismáticas particulares.

Finalmente, se define un tercer nivel con la expresión: títulos particulares de pertenencia. El horizonte en el que se ubica es más amplio que el de los grupos mencionados anteriormente, pero está igualmente vinculado, objetivamente, a la vitalidad y riqueza de la herencia espiritual de Don Bosco. La energía unificadora de su carisma es indispensable también para este nivel más amplio.

El título legal al que pertenecen debe ser deducido de la carta de reconocimiento oficial que el Rector Mayor envía como respuesta a la solicitud realizada por los diversos grupos.

 

Art. La reciprocidad, el intercambio de regalos.

Las diferentes expresiones del carisma salesiano están sustancialmente relacionadas entre sí, es decir, viven una relación muy profunda de reciprocidad, de modo que la identidad en la Familia Salesiana no puede ser definida y vivida por un grupo sin hacer referencia a la de los demás.

Todos juntos, como familia, proponemos hoy la experiencia espiritual y carismática del Fundador, expresamos la riqueza del regalo de Dios para su Iglesia, prolongando y desarrollando con el tiempo la originalidad de Don Bosco.

En una Iglesia que es comunión, la Familia Salesiana vive y manifiesta un solo corazón y una sola alma, realizando experiencias de comunión fraterna y apostólica al servicio de la misión y para el enriquecimiento mutuo entre grupos y personas.

Es como sentirse uno mismo confiado a los demás. Pertenecer a un grupo es como ingresar a toda la Familia. La comunicación está creciendo con todos; es saber que uno es complementario al otro.

Juntos, los miembros permiten que la Familia experimente la totalidad de sus dones y valores, porque en los diversos grupos se enfatizan aspectos espirituales que no faltan en ningún corazón salesiano. Sin embargo, estos se resaltan mejor y de manera más característica en algunos de los Grupos; Entonces la comunión de la Familia los pone a disposición de todos.

La comunión eclesial, la reciprocidad, el intercambio de dones, la complementariedad y el enriquecimiento mutuo representan una preciosa ley de vida para toda la Familia, con consecuencias significativas para el lado de la misión. Para llegar a los educadores y evangelizadores de los jóvenes, especialmente los más necesitados y la clase popular, la actividad de un solo Grupo de la Familia Salesiana no es suficiente. Se requieren diferentes tipos de intervención conectada, diferentes modelos de vida cristiana, diferentes ministerios complementarios.

 

Art. 7  Referencia a Don Bosco, Padre y Maestro.

Don Bosco es un gigante del espíritu que legó una herencia espiritual rica y bien definida. Es el iniciador de una verdadera y nueva escuela de espiritualidad apostólica. Es un punto de referencia obligatorio para quienes, bajo un impulso particular del Espíritu, se sienten llamados a compartir, en el hoy de la historia, su destino y su misión en los diversos estados de la vida, cada uno de acuerdo con el grado y nivel en que se encuentre. es realmente

La pertenencia se construye alrededor de un centro unificador, que es una persona, un criterio y un estilo.

La persona es la de don bosco. La Familia Salesiana está inspirada en el humanismo de San Francisco de Sales, revivida de manera peculiar por Don Bosco. Lo que une a los diferentes Grupos y sus miembros en una Familia es un tipo de parentesco espiritual en Don Bosco, que es verdaderamente el Padre de todos.

El criterio de pertenencia es la caridad pastoral. El celo apostólico de Don Bosco es la energía espiritual que le hace buscar almas y servir solo a Dios. La caridad en él lo llena y lo dirige todo. Él llama a la gente a su alrededor; coordina y armoniza las diversas funciones y dones múltiples, los diferentes estados y ministerios; y sublima las diferencias en una riqueza orgánica de unidad. La caridad apostólica de don bosco es una fuerza de atracción, un criterio de unidad y armonía de espiritualidad. ¡Él es verdaderamente el Maestro de todo!

El da mihi animas coetera tolle es la síntesis de una experiencia espiritual y apostólica muy rica. El éxtasis de la acción, que es un punto de referencia en San Francisco de Sales, es el alma de la caridad apostólica en Don Bosco. El amor educativo y pastoral es una forma concreta y exigente de interioridad. Don Bosco es verdaderamente el guía y modelo de la Familia Salesiana.

 

Art. 8  Inspirado en el humanismo de San Francisco de Sales.

Nos llamamos la Familia Salesiana de Don Bosco, que nos conecta con San Francisco de Sales y San Juan Bosco. La referencia a San Francisco de Sales no es puramente formal en la experiencia de Don Bosco: lo eligió como patrón porque correspondía a las aspiraciones íntimas que también se ocupó de demostrar y motivar.

La caridad y la dulzura de San Francisco de Sales me guían en todo: es el propósito hecho al comienzo de su sacerdocio. Con la dulzura de San Francisco de Sales, los salesianos llevarán a las poblaciones de América a Jesucristo: es la sugerencia apostólica que recibe en el sueño de 1883 para los misioneros.

Nos insertamos como la Familia de Don Bosco en la mayor corriente salesiana de humanismo, ofreciendo a la Iglesia un aporte de originalidad tanto en el campo educativo como en el trabajo pastoral. Para Don Bosco, el humanismo salesiano significa aprovechar al máximo el presente positivo y arraigado en la vida de las personas, en las cosas, en la historia.

Esta inspiración salesista humanista lo lleva a captar los valores del mundo, especialmente si son aceptables para los jóvenes; para encajar en el flujo de la cultura y el desarrollo humano del tiempo, estimulando el bien y no contentándose con gemir sobre los males; buscar la cooperación de muchos, convencidos de que todos tienen un don obvio o uno por descubrir; creer en la fuerza de la educación que anima y apoya el cambio y el crecimiento de los jóvenes hacia el ciudadano honesto y el buen cristiano; encomendarse sin dudar a la providencia de Dios, amonestado y amado como un Padre.

El humanismo de San Francisco de Sales ayuda a la Familia Salesiana a abrirse a los grupos que lo conforman, para que cada uno viva, en la alegría del Señor, su misión específica.

 

Art. 9  El Rector Mayor centro de unidad.

La pertenencia se origina en la comunión y se consolida en una comunión cada vez más profunda. No es un sentimiento vago que reconoce vínculos débiles y distantes. En cambio, es un impulso del Espíritu que tiende hacia la unidad y busca expresiones concretas, a veces incluso institucionalizadas, para una relación y colaboración operativa.

La pertenencia a la Familia Salesiana, que involucra a muchos grupos y su originalidad autónoma, requiere un centro vital que actualice la referencia al Fundador, al espíritu común, a la misma misión.

El centro que garantiza la unidad es, en el pensamiento de Don Bosco, el Rector Mayor. Para él, todos reconocen un triple ministerio de unidad: es el sucesor de Don Bosco, es el Padre de todos, es el centro de la unidad de la Familia.

El Rector Mayor es el sucesor de Don Bosco y un vínculo ininterrumpido lo une a su persona y lo hace apto para representarlo hoy de una manera viva.

Es el centro de unidad de toda la familia. De hecho, ofrece el ejemplo y la enseñanza que aseguran la fidelidad al espíritu y estimulan la participación en el carisma salesiano. La suya es una función animadora y promotora, que teje la unidad y asegura, en la variedad de vocaciones específicas, la fidelidad al espíritu y la coordinación de las iniciativas. La suya no es una tarea del gobierno; Más bien es un servicio vital de animación.

El Rector Mayor es el padre de todos los que colaboran en la misión de Don Bosco. Expande el espacio de su paternidad, que permanece para él, como lo fue para Don Bosco, una característica esencial. La paternidad exige bondad, un sentido de responsabilidad frente al crecimiento de todos, una guía de fidelidad carismática, un compromiso con la fecundidad de la vocación salesiana en todas sus expresiones. "Su Rector se hará cargo de usted y de su salvación eterna", escribió Don Bosco.

 

Art. 10  Descripción de la Familia Salesiana de Don Bosco.

La unidad original de la Familia Salesiana tiene su raíz última en el espíritu y la misión comunes al servicio de los jóvenes y las personas. Así se da cuenta de una verdadera comunidad en la que todos los miembros están integrados de acuerdo con sus propios dones, sus funciones específicas y las diferentes formas de vida posibles en la Iglesia.

La mejora y el relanzamiento de la Familia Salesiana pueden convertirse entre nosotros en una estructura de apoyo de renovación conciliar.

Por lo tanto, releemos la historia de la experiencia espiritual de Don Bosco de una manera nueva, vinculándola con la intuición primitiva y el corazón del Trabajo de los Oratorios: la Familia Salesiana es una comunidad carismática; La Familia Salesiana es una realidad eclesial.

La Familia Salesiana es una comunidad carismática. Luego se presenta y es vivido como un don del Espíritu a su Iglesia y como una extensión organizada del carisma de Don Bosco hoy.

Diferentes grupos, establecidos y reconocidos, se encuentran participantes en un verdadero parentesco espiritual y parentesco apostólico. Grupos de presbíteros y laicos, de célibes y casados, consagrados y religiosos, según las formas de vida que son testigos de las bienaventuranzas, forman un todo orgánico y vital para la fuerza unificadora del espíritu y la misión de Don Bosco. Sienten que son herederos y portadores de su don.

La Familia Salesiana es una realidad eclesial. Es decir, expresa la comunión entre los diferentes ministerios al servicio del pueblo de Dios; e integra vocaciones particulares para que se manifieste la riqueza del carisma del Fundador. Es parte del cuidado pastoral de las iglesias locales, dando su contribución original. Busca la comprensión y colaboración de otros grupos e instituciones eclesiásticas y civiles para una educación integral, personal y social de los jóvenes y las personas. Los acompaña, con educación a la fe y compromiso apostólico, hasta la elección de su propia vocación en el mundo y en la Iglesia.

 

CAPÍTULO 3.  LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CARA SALESIANA.

A. "Palabras" particularmente significativas de Don Bosco.

11. Dame las personas;

12. Para ganar almas de Dios corro al punto de la imprudencia.

13. Unidos en un solo corazón harás diez veces más.

14. Cualquier esfuerzo es escaso cuando se trata de la Iglesia y el Papa.

15. Solo sé joven para que te quiera mucho.

16. Nuestro método se basa totalmente en la razón, la religión y la bondad amorosa

17. Mi único apoyo siempre ha sido recurrir al sacramento de Jesús y a María Auxiliadora.

 

Art. 11  Dame las personas;

La vida de Don Bosco ha encontrado origen, forma y expresión en una palabra que representa el hilo de oro de su experiencia: da mihi animas coetera tolle.

Esta palabra contiene la energía inagotable de Don Bosco; El secreto de su corazón, la fuerza y ​​el ardor de su caridad, el apostolado en sus múltiples formas y logros: lo eligió porque caracterizó, para todos los grupos y miembros de la Familia, el espíritu que debe animarlos.

Hoy, para nosotros, indica un conjunto de actitudes internas que guían los pasos del salesiano en el concreto de la vida cotidiana. De hecho, requiere dedicación a la profundidad espiritual ya la interioridad apostólica, orientándose hacia el misterio de la presencia y el amor de Dios, despertando el aliento de las almas, como se expresa Don Filippo Rinaldi; Se encarga de la vivacidad y creatividad de la caridad pastoral.

¡Es nuestra insignia de familia!

Nos conecta con San Francisco de Sales y su nueva forma de lograr la perfección evangélica; ya Don Bosco, pastor de almas, siguiendo el ejemplo del Señor Jesús.

Para llamarnos hijos de Don Bosco es necesario referirnos a este nuestro primer carisma. A todos sus discípulos, Don Bosco repite: "Lo más divino de las cosas divinas es cooperar con Dios en la salvación de las almas, y es un camino seguro de alta santidad".

 

Art. 12  Para ganar almas para Dios corro al punto de la imprudencia.

Las expresiones que provienen del corazón sacerdotal de Don Bosco difícilmente pueden encontrar un arreglo lógico dentro del marco del comportamiento común.

La temeridad de la que habla nuestro Fundador puede tener diferentes traducciones: ardor apostólico, celo incansable, actividad incondicional, trabajo pastoral incesante, creatividad y brillante modernidad en las intervenciones, corazón oratoriano.

Una manifestación típicamente salesiana de caridad pastoral es el trabajo, entendido como trabajo para las almas. Es un misticismo que construye el reino de Dios y procura la felicidad de los jóvenes.

De este modo, el salesiano como Don Bosco desarrolla en sí mismo todas las virtudes del hombre de acción y compromete sus propias habilidades y competencias para la promoción personal, el progreso social y la salvación evangélica de los jóvenes, especialmente de los necesitados.

Da un regalo total de su vida, como Don Bosco, que no dio pie, no pronunció una palabra, no trabajó como una compañía que no tenía como objetivo la salvación de la juventud. Realmente no tenía nada más que almas en el corazón.

 

Artículo 13  Unidos en un solo corazón será diez veces más

En todo su trabajo como educador, pastor y fundador, Don Bosco demuestra una gran capacidad de diálogo, de la corresponsabilidad incluso de los más jóvenes de sus colaboradores, de armonizar en la labor apostólica y misionera las cualidades de personas muy diferentes, para todo; encontrar a todos un trabajo adecuado para el temperamento, el ingenio, la capacitación, para que todos se sientan cómodos.

Es consciente de la necesidad de una organización benéfica cooperativa en el servicio educativo y pastoral y sabe que el Espíritu Santo despierta los carismas en beneficio de toda la Iglesia, para la utilidad común.

La riqueza de cada uno es para el bien de todos y saber cómo animar a los compañeros de trabajo es hacer que el trabajo sea más efectivo.

En el Reglamento de los Cooperadores Salesianos, Don Bosco escribió: "En todas las épocas, la unión entre el bien se consideró necesaria para beneficiarse mutuamente al hacer el bien y mantener alejado al mal. Si un cordón que se toma solo se rompe, es muy difícil romper los tres. Las fuerzas débiles y unidas se vuelven fuertes: Vis retiene fortior, funiculus triplex difficile rumpitur ".

 

Art. 14  Cualquier esfuerzo es escaso cuando se trata de la Iglesia y el Papa.

La historia de Don Bosco, tanto personal como pública, civil y religiosa, expresa un rasgo típico de su espíritu: el amor a la Iglesia, el centro de la unidad y la comunión de todas las fuerzas que trabajan por el Reino. Ante la Iglesia de su tiempo, Don Bosco se presenta como un experto en comunión y colaboración.

Cultive la conciencia y el sentido de la iglesia en su espiritualidad y en el trabajo con los jóvenes y con la gente, enfrentando innumerables dificultades y riesgos.

Colabora continuamente con los Obispos y el Papa, tanto a nivel organizativo como externo, y a nivel espiritual y apostólico.

Don Bosco expresó su eclesialidad a través de la oración incesante, la docilidad al magisterio, la disponibilidad de ayuda económica, la corresponsabilidad en el servicio al Pueblo de Dios, la defensa oral y escrita de la persona del Papa y del colegio apostólico, la fidelidad al Las elecciones de la Iglesia, la aceptación convencida de las observaciones y pautas doctrinales, dedicación sin reservas: "Todo esfuerzo es escaso cuando se trata de la Iglesia y el Papa".

 

Art. 15  Solo sé joven para que te quiera mucho.

"Es mi deseo que los frutos de este año conmemorativo duren mucho tiempo, tanto en esta familia salesiana como en la Iglesia universal, que en Don Bosco ha reconocido y reconocido un distinguido modelo de apóstol de los jóvenes.

Por lo tanto declaro y proclamo a San Juan Bosco, el Padre y Maestro de la Juventud, estableciendo que con este título será honrado e invocado, especialmente por aquellos que se reconocen como hijos espirituales, escribió Juan Pablo II.

Así, el espacio histórico dentro del cual se movió Don Bosco: maestro de la juventud; y la manera de su compromiso se expresa merecidamente: padre de la juventud.

Los principales valores de la experiencia de Don Bosco encuentran en los jóvenes su punto de convergencia y cohesión: su tipo de santidad, la elección del campo apostólico, la estrategia de intervención, el programa de acción concreto, el secreto del éxito.

Los jóvenes representan, con y después del Señor, el otro polo por el cual vive y trabaja Don Bosco.

El amor por los jóvenes, el amor típico de un padre, un maestro y un amigo, apoyaron a Don Bosco en sus esfuerzos.

Los jóvenes representan un tipo de inyección diaria de jóvenes y una buena visión para reinterpretar la sociedad, y para Don Bosco una vocación especial.

"Estudio para ti, para ti trabajo, para ti vivo, para ti también estoy dispuesto a dar mi vida".

 

Art. 16  Nuestro método se basa enteramente en la razón, la religión y la bondad.

El rasgo peculiar del genio de Don Bosco está vinculado a esa práctica educativa que él mismo llamó sistema preventivo. El Sistema Preventivo representa, de cierta manera, la condensación de su sabiduría pedagógica y constituye ese mensaje profético, que dejó para su propia iglesia y para toda la Iglesia.

Es una experiencia educativa espiritual. Es el amor que se entrega libremente en el ejercicio de una organización benéfica que sabe hacerse amar. Es la elección de la bondad erigida como un sistema y cuyo contenido es el espíritu familiar, la capacidad de amistad y diálogo, la sencillez de vivir con la afabilidad más necesitada, alegre y optimista.

Todo se basa en la razón, la religión, la bondad.

La razón subraya la visión auténtica del humanismo cristiano, en la que la alegría, la piedad, la sabiduría, el trabajo, el estudio, el sentido del ser humano se unen en armonía.

La religión está haciendo espacio para la gracia que salva, para el deseo de Dios, para Cristo, el nuevo hombre, que ofrece un significado y una respuesta a la búsqueda de la felicidad.

La bondad amorosa es la sustancia de una intuición psicológica: los jóvenes no solo son amados, sino que ellos mismos saben que son amados.

Es el equilibrio del educador que se mantiene como un amigo maduro y responsable al lado de la persona joven.

Es una caridad evangélica benigna y paciente que sufre todo y apoya cualquier desorden.

Es la capacidad de amar a los niños, usando el amor de los signos que él entiende.

El Sistema Preventivo es inseparable de la persona de Don Bosco, es su propia experiencia del Espíritu Santo.

 

Art. 17  Mi único apoyo siempre ha sido el recurso al Santísimo Sacramento ya María Auxiliadora.

El Cristo que domina la existencia de Don Bosco es, predominantemente, el Jesús vivo y presente en la Eucaristía, el terrateniente, como solía decir, el centro de gravitación hacia el cual todo converge, el pan de la vida, el Hijo. de María, Madre de Dios y de la Iglesia.

Don Bosco vivió de esta presencia y en esta presencia.

El sacrificio y el sacramento de la Eucaristía, la Eucaristía consumida y adorada, está en la vida de Don Bosco, la fortaleza y el consuelo, fuente de paz y enfoque de la actividad.

Para uno mismo y para los jóvenes, la santidad sin la Eucaristía es impensable.

La Eucaristía es la piedra angular para la conversión radical del corazón al amor de Dios.

La centralidad de Cristo se vive, en el espíritu salesiano, con una extraordinaria sensibilidad de contemplación y amistad hacia la Eucaristía.

La Ayuda de los cristianos en Don Bosco no subraya un título particular y original, previamente desconocido. En cambio, es el llamado a la maternidad universal de María, quien interviene en el trabajo de fundar su familia, creando así casi un trabajo para dos. Es una convicción profunda e inquebrantable de Don Bosco: "Ella ha hecho todo".

Puedes confiar en María. Por lo tanto, puedes confiar en ella.

Además, Don Bosco vinculó indisolublemente su devoción mariana al sentido de la Iglesia, al ministerio de Pedro, a la simple fe del Pueblo de Dios, a la urgencia de las necesidades de los jóvenes.

B. Portadores del espíritu común.

18. La caridad pastoral.

19. La gracia de la unidad.

20. La unión con Dios y el estilo de oración.

21. La juventud y la misión popular.

22. El optimismo y la alegría de la esperanza.

23. El ascetismo de la bondad.

24. Trabajo y templanza.

25. El espíritu de iniciativa.

26. El enraizamiento en el misterio de Cristo y la encomienda a María.

27. El sentido de la Iglesia.

28. Una cuidadosa sensibilidad a las cuestiones de la nueva evangelización.

 

Art. 18  Caridad pastoral.

Centro y síntesis del espíritu salesiano es la caridad pastoral que Don Bosco vivió plenamente entre los jóvenes del Oratorio, impulsado por su amor sacerdotal, sobrenaturalmente apasionado por su bien total.

La caridad es el nombre del amor de Dios, de hecho de Dios mismo. Se requiere de los discípulos del Señor como una insignia y reconocimiento de que Dios guía sus pensamientos, sus acciones, toda su vida.

Es el centro de toda la vida cristiana y evangélica, porque apoya y dirige todas las formas de apostolado.

En el estilo de Don Bosco especificamos algunas características:

- Es una pasión apostólica animada por el ardor juvenil: también lo llamamos el corazón oratoriano;

- Es el fervor, el celo irreprimible, la búsqueda de nuevas intervenciones para la salvación de los jóvenes.

- Es la participación en la misión de Jesús el buen pastor.

- Es la inspiración que encuentra su fuente en Pentecostés, en la presencia y acción del Espíritu de Dios;

- Es la solicitud la que encuentra en María un rico ejemplo de entrega.

- Es exactamente lo contrario de la mediocridad.

Todo salesiano, imitando a Don Bosco, trata humildemente de ser un signo y portador del amor de Dios para los jóvenes y para todas las demás personas con las que se encuentra.

Esta caridad es intensamente pastoral, ya que debe ser practicada en una conexión sincera y activa con los pastores de la Iglesia, con el ministerio de los Obispos y el Papa, el primer responsable del rebaño de Cristo el Pastor.

 

Art. 19  La gracia de la unidad.

La caridad pastoral es esa virtud por la cual imitamos a Cristo en la entrega de sí mismo y en su servicio. No es solo lo que hacemos, sino el don de nosotros mismos, que muestra el amor de Cristo por su rebaño.

La caridad pastoral determina nuestra forma de pensar y actuar, nuestra forma de relacionarnos con las personas.

Los términos utilizados en la experiencia salesiana para expresar el contenido de la caridad pastoral como entrega en el servicio apostólico son diversos: gracia de unidad, interioridad apostólica, dimensión contemplativa de la vida, síntesis vital, el único movimiento de caridad hacia Dios y hacia los jóvenes. liturgia de la vida ...

La caridad pastoral constituye, para el miembro de la Familia Salesiana, el principio interior y dinámico capaz de unificar las múltiples y variadas actividades y preocupaciones diarias. Los dos polos de la caridad pastoral, Dios y el prójimo, son inseparables entre sí.

Es la disponibilidad incondicional a la acción del Espíritu lo que consagra el corazón humano al proyecto de Dios, el don de sí mismo al trabajo salvador para entregar la vida, la búsqueda y la construcción de la comunión como don y compromiso de la vida. amor de cristo el señor

La contemplación salesiana del misterio trinitario descubre continuamente a Dios enamorado del hombre.

La atención a los demás procede de Dios y conduce continuamente a Dios, porque siempre está impregnada de su amor.

 

Art. 20  Unión con Dios y el estilo de oración.

Don Bosco se ha definido como la unión con Dios. Es una realidad que la Familia Salesiana pretende profundizar para comprender completamente la intensidad orante de los da mihi animas, que es la oración en nuestro santo Fundador.

El objetivo final de la oración era, para San Francisco de Sales y Don Bosco, la unión con Dios en la nueva vida, llegar al punto de repetir con verdad la palabra de Pablo: "Vivo, pero ya no yo; es Jesucristo quien vive. en mi ".

Así, la oración conduce a la caridad. Ayuda a salir de uno mismo para lograr la unión con Dios. Es un proceso de éxtasis en Dios, de éxtasis de la vida y la acción. Es una actitud interior de caridad, tendiente a la acción apostólica, en la que se concreta, se manifiesta, crece y se perfecciona.

Cierta insistencia y algunas características expresan la simplicidad de la cual se cubre la rica y profunda intuición de la oración en Don Bosco.

En su inspiración, todo está atravesado por el aliento de los da mihi animas.

En su estilo, es joven, popular, alegre y creativo, simple y cercano a la vida.

En sus formas principales, se dirige a lo esencial: Palabra de Dios, Eucaristía, Penitencia, María Auxiliadora.

 

Art. 21  La juventud y la misión popular.

Los discípulos de Don Bosco experimentan a Dios a través de aquellos a quienes son enviados: los jóvenes y la clase popular.

Los jóvenes, sobre todo: son el regalo de Dios a la Familia Salesiana. No son solo los beneficiarios de una actividad. Son nuestra vocación. El Señor ha indicado a Don Bosco a los jóvenes, especialmente a los más pobres, como los primeros y principales receptores de su misión.

Sin los jóvenes, por lo tanto, no puede haber presencias cualitativamente salesianas.

Jóvenes especialistas significa tener el corazón constantemente orientado hacia ellos, hacia sus aspiraciones y deseos, hacia sus problemas y necesidades.

"Solo sé joven, porque te quiero mucho".

La clase popular es el ambiente natural y ordinario donde se expresa la elección juvenil; El lugar social y humano para buscar y conocer a los jóvenes. De hecho, existe una relación de interpenetración entre los jóvenes y las personas. El compromiso de la Familia de Don Bosco, de acompañarlos en sus esfuerzos por promover el crecimiento y la fe humana, pretende resaltar los valores evangélicos de los cuales los pobres son portadores: el significado de la vida, la esperanza de un futuro mejor.

Don Bosco trazó, también con la Asociación de devotos de María Auxiliadora, un camino de educación a la fe para las personas, valorando los contenidos de la religiosidad popular y orientándolos hacia la sabiduría evangélica, que responde a las grandes preguntas de la existencia.

La clase popular fue, para Don Bosco, el primer y significativo laboratorio de la importancia y la eficacia de la comunicación social.

 

Art. 22 El  optimismo y la alegría de la esperanza.

"Medita seriamente y analiza más minuciosamente que puedes esta Carta Magna de nuestra Congregación, que es el sistema preventivo, apelando a la razón, la religión y la bondad amorosa; pero en el análisis final tendrás que estar de acuerdo conmigo en que todo se reduce a infundir en los corazones. El santo temor de Dios, para infundirlo, lo digo, arraigándolo para que permanezca siempre, incluso en medio de las tormentas y tormentas de las pasiones y tormentas humanas ".

Es la pedagogía de la gracia o la alegría de la conciencia pura.

Don Bosco santificó la alegría de vivir y ofreció a los jóvenes la clave para alcanzar la felicidad. El joven Provveduto, la biografía de Domenico Savio, el apólogo contenido en la historia de Valentino son la demostración de la correspondencia teórica y práctica entre la gracia y la felicidad.

En la escuela de San Francisco de Sales y Don Bosco, el salesiano, consagrado o laico, construye algunas actitudes básicas dentro de sí mismo:

  • Confía en la victoria del bien.

"En cada joven, incluso el más desafortunado, tiene un punto accesible al bien; es el primer deber del educador buscar este punto, este acorde sensible del corazón, y beneficiarse de él";

  • Apertura a los valores humanos:

El salesiano "capta los valores del mundo y se niega a gemir sobre su propio tiempo: retiene todo lo que es bueno, especialmente si es aceptable para los jóvenes. Quienquiera que esté siempre dispuesto a quejarse no tiene un verdadero espíritu salesiano;

- La educación a las alegrías cotidianas:

"Necesitaríamos un esfuerzo educativo paciente para aprender o aprender nuevamente para simplemente disfrutar de las muchas alegrías humanas que el Creador ya pone en nuestro camino".

La educación para la alegría es la educación para la esperanza y la entrega.

 

Art. 23  El ascetismo de la bondad.

La bondad amorosa de Don Bosco es, sin lugar a dudas, un elemento pedagógico y metodológico característico y original en todo el sistema educativo.

Incluso hoy, incluso en un contexto cultural cambiado y con jóvenes no cristianos, esta característica constituye uno de los muchos ejemplos válidos y originales de la pedagogía de Don Bosco. Sin embargo, no se puede reducir solo a un principio pedagógico.

La bondad amorosa entendida como una demostración y expansión de la caridad teológica hacia los jóvenes y las clases más pobres es también una expresión de una espiritualidad.

Asegura la verdadera identidad del espíritu salesiano a lo largo del tiempo y es una expresión perenne de su estilo.

De hecho, para un miembro de la Familia Salesiana, podemos hablar correctamente de la espiritualidad apostólica de ser amado y de amar.

"Este afecto mutuo nuestro sobre lo que está fundado? ... En mi deseo de salvar tus almas, que fueron redimidas por la sangre preciosa de Jesucristo, y tú me amas porque trato de guiarte por el camino de la salvación eterna. el bien de nuestras almas es el fundamento de nuestro afecto ".

El método de la acción salesiana no es simplemente amar (lo que obviamente es indispensable), sino ser capaz de ser amado pedagógicamente, porque la exigente tarea de la educación es una obra del corazón.

No es un destino fácil. Se requiere un ascetismo continuo y profundo, para hacer espacio y dar espacio en la propia existencia al joven y a su deseo de Dios. No con golpes, sino con mansedumbre y caridad, se escuchó a Don Bosco escuchar desde el primer sueño premonitorio.

La mansedumbre, la bondad, el ascetismo de hacerse amar son el resultado del equilibrio de la inteligencia y el mantenimiento del corazón, la acción y el don de uno mismo.

 

Art. 24  Trabajo y templanza.

La práctica de la caridad pastoral, divinamente inspirada, incluye la necesidad de conversión y purificación, la muerte del anciano para que el nuevo hombre nazca, viva y se desarrolle, quien a imagen del Buen Pastor está listo para dar su vida por ella. Sus ovejas, para sacrificarse diariamente en el trabajo apostólico.

Siempre trabajando hasta la muerte es el primer artículo del código salesiano.

La austeridad está en el disfraz, en la voluntad de sacrificio, en el desapego, no en el tono de la vida. Trabajamos, toleramos, estamos luchando alegremente, porque en todo lo que el corazón tiene que hacer, y el alma está así atemperada a altos ideales, dispuesta a superar lo innecesario, lo que permite la máxima facilidad de movimiento y espíritu.

No es necesario buscar penitencias extraordinarias, sino solo aceptar con serenidad las luchas y dificultades diarias para permanecer disponibles para servir bien a Dios y a los hermanos.

El ascetismo salesiano tiene varios aspectos: es el ascetismo de la humildad ser nada más que siervos ante Dios; es el ascetismo de la mortificación, hacerse uno mismo dueño de uno mismo, saber cómo guardar los sentidos y el corazón de uno mismo, saber cómo rechazar un estilo de vida cómodo; Él es ascendido con coraje y paciencia para perseverar en la acción misma; Él es un asceta de dedicación cuando las circunstancias y los eventos nos invitan a estar más cerca del Cristo crucificado.

Y la última forma, la más bella, la de la gratuidad, consiste en negarse a gemir, para mostrar que uno renuncia a algo, sabiendo, en cambio, siempre dando con alegría.

 

Art. 25.  El espíritu de iniciativa.

La Iglesia que guarda el depósito de la Palabra de Dios, de la cual se extraen los principios del orden moral y religioso, aunque no siempre tiene la solución lista para cada pregunta, desea combinar la luz de la Revelación con la competencia de todos, al Apunta a iluminar el camino en el que la humanidad acaba de comenzar.

Por lo tanto, es un deber para todos cultivar actitudes de valentía en la búsqueda del bien y la creatividad en las formas de intervención apostólica.

En un momento como este, en una sociedad caracterizada por la movilidad, la velocidad y la prisa, no debemos perder el sentido y el espíritu de la iniciativa pastoral.

Permaneciendo anclado al principio de lo concreto y al contexto real en el que uno está llamado a vivir, el discernimiento espiritual debe guiar el camino.

Don Filippo Rinaldi recuerda firmemente a los salesianos: "Esta flexibilidad de adaptación a todas las formas de bien que surgen constantemente en el seno de la humanidad es el espíritu propio de nuestras Constituciones, y el día en que se introdujo una variación contraria a esto. Espíritu, para nuestra empresa, se acabaría ".

Hay muchas palabras de Don Bosco que recomiendan este espíritu de iniciativa: "Siempre es necesario condescender mucho donde podamos; volvamos a las necesidades modernas, incluso a las costumbres y costumbres de los distintos lugares, siempre y cuando no tengamos que hacer conciencia". No es solo un problema de adaptación; Lo que se requiere es la renovación continua a la luz de los signos de los tiempos.

 

Art. 26  El enraizamiento en el misterio de Cristo y la encomienda a María.

La orientación última del espíritu salesiano es la vida cristiana, la formación del creyente.

El hombre formado y maduro es el ciudadano que tiene fe, que coloca en el centro de su vida el ideal del nuevo hombre proclamado por Jesucristo y que es un valiente testigo de sus propias convicciones religiosas.

Estar enraizado en Cristo es la alegría más profunda para un hijo de Don Bosco. De ahí el amor de la Palabra y el deseo de vivir el misterio de Cristo presentado nuevamente por la liturgia de la Iglesia; la asidua celebración de los sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación que educan a la libertad cristiana, a la conversión de corazón y al Espíritu de compartir y servicio; participación en el misterio de la Pascua del Señor que abre una nueva comprensión de la vida y su significado personal y comunitario, interior y social.

En el misterio de Cristo, la persona de María está presente de manera significativa e inalienable. Si queremos ser cristianos, debemos ser marianos, es decir, debemos reconocer la relación esencial, vital y providencial que une a la Virgen con Jesús y que nos abre el camino que nos lleva a él.

Toda la Familia Salesiana se siente como una familia mariana, nacida de la solicitud materna de la Inmaculada Ayuda de los Cristianos.

Por eso el salesiano confía en ella. El encomendamiento es un dinamismo ascendente: estamos llamados a realizar el gesto del don del yo, a responder generosamente a una misión a cumplir, a corresponder con la plenitud de los carismas, de los cuales hemos sido enriquecidos, a comprometernos en persona en un viaje renovado. .

María, un signo de esperanza segura y consuelo para el pueblo peregrino de Dios, es una causa de compromiso personal y celo apostólico.

 

Art. 27  El sentido de la Iglesia.

Don Bosco puso como principio fundamental de su acción apostólica la aceptación filial y devota de las indicaciones del auténtico Magisterio, pero al mismo tiempo era un tenaz defensor de su carisma ante la presión de los eclesiásticos que no estaba suficientemente iluminado.

La profunda y prolongada reflexión del Concilio Vaticano 2 colocó la realidad de la Iglesia en el centro, un misterio que, en su dimensión como pueblo de Dios, se presenta particularmente como un centro de unidad y comunión. Construye esta realidad dando la bienvenida al don del Espíritu y haciéndose una respuesta operativa a través del compromiso convergente de todos los bautizados.

Hoy, más que nunca, el problema de la unidad es de actualidad.

La Familia de Don Bosco tiene entre sus tesoros una rica tradición de fidelidad filial al Sucesor de Pedro, y de comunión y colaboración con las Iglesias locales.

"Cuando el Papa nos manifiesta un deseo, este es un comando para nosotros": parece una expresión que escapó inconscientemente de la boca de Don Bosco. En cambio, representa una opción explícita, debido a sus raíces religiosas.

La colaboración con la Iglesia local hoy implica una relación renovada, en la educación y el cuidado pastoral, con los carismas y las contribuciones originales de los fieles laicos en una iglesia en particular.

Por lo tanto, en fidelidad al espíritu de Don Bosco se nos exige hoy que tengamos un nuevo dinamismo que construya la comunión con todos los creyentes.

 

Art. 28  Una cuidadosa sensibilidad a las cuestiones de la nueva evangelización.

Una perspectiva domina el compromiso de la Iglesia contemporánea: la nueva evangelización.

Toda la obra de Don Bosco nació de un simple catecismo, evangelización y catequesis, que representan su alcance y profundización, siguen siendo una dimensión fundamental para la Familia Salesiana.

Esta tradición hace que todos los grupos de la Familia sean particularmente atentos y sensibles a las necesidades personales y objetivas de la nueva evangelización.

Muchos documentos de la Iglesia han indicado en la nueva evangelización una actitud pentecostal renovada del Pueblo de Dios para proclamar audazmente la presencia inefable de Cristo vivo, el Señor de la historia, el primer y más grande evangelizador que sabe cómo responder a los desafíos gigantescos del mundo.

Para la Familia Salesiana la perspectiva de la nueva evangelización requiere:

  • para resaltar la novedad de los contextos en los que estamos llamados a evangelizar: nos enfrentamos a situaciones eclesiales, sociales, económicas y políticas que son absolutamente nuevas;
  • para captar la novedad inherente a las orientaciones de la Iglesia que indican los nuevos operadores de la evangelización y las nuevas fronteras en las que se insertan para la proclamación de Cristo;
  • Asumir las consecuencias que la nueva evangelización tiene sobre la labor educativa salesiana.

La reflexión sobre la relación mutua entre la maduración humana y el crecimiento cristiano debe ser

Considerados por nosotros como básicos e indispensables en todas las situaciones.

 

CAPÍTULO 4.  FORMACIÓN PARA UNA FRATERNIDAD ACTIVA.

29. La primacía de la vida en el espíritu.

30. El conocimiento y apreciación de la naturaleza específica de cada Grupo.

31. Relaciones familiares mutuas.

32. Apertura a un "movimiento salesiano" más amplio.

33. Disposición a colaborar en las Iglesias locales y en la Sociedad.

34. Estimación de otras fuerzas eclesiales.

 

Art. 29  La primacía de la vida en el espíritu.

La Familia Salesiana de Don Bosco tiene como raíz, como un carisma fundacional típico y original, el don de la unidad y la fraternidad, que se convierte en un compromiso de cuidado y formación continuos en el amor evangélico.

La renovación deseada por la Iglesia para todos los grupos y comunidades regresa al Espíritu de la Resurrección y de Pentecostés. Toda la vida del creyente está bajo el signo del Espíritu.

La fraternidad es el fruto del fortalecimiento del hombre interior, es una iniciativa del Espíritu.

El hombre interior es el que se pone a disposición de Dios, que se dirige al hombre y actúa a través de él.

Está marcado por la correspondencia al amor de Dios revelado en Jesús que abre a las personas entre sí.

Es el nuevo hombre que camina en el Espíritu con el criterio y los frutos del amor.

La fuerza de la síntesis cohesiva que fluye de la caridad pastoral es el fruto del poder del Espíritu Santo que asegura la inseparabilidad vital entre la unión con Dios y la dedicación al prójimo, entre la interioridad evangélica y la acción apostólica, entre un corazón que ora y manos que trabajan.

 

Art. 30  Conocimiento y apreciación de la naturaleza específica de cada Grupo.

El crecimiento de la fraternidad es también el fruto del conocimiento mutuo. Uno no puede amar una realidad desconocida.

Los grupos que han obtenido el reconocimiento de pertenencia a la Familia Salesiana han crecido en número en los últimos años. Otros se agregarán en un futuro próximo.

El Rector Mayor de los Salesianos, como sucesor de Don Bosco, padre y centro de unidad de la Familia, preside el recorrido de los grupos que solicitan reconocimiento; Su comunicación final involucra a todos en el gozo de desarrollo deseado por el Espíritu del Señor. Para que esta alegría sea plena y fundada, debe ser un compromiso explícito por parte de todos para una mejor comprensión mutua.

Este conocimiento no puede detenerse solo en los aspectos externos y solo organizativos, sino que debe ser capaz de captar la originalidad de cada uno, como la riqueza y la fecundidad del fundador común, Don Bosco.

La lectura de los documentos fundamentales de los Grupos y la carta del Rector Mayor que reconoce su pertenencia a la Familia expresan la fuerza del carisma y el genio de la experiencia salesiana.

Se requiere un conocimiento más cuidadoso de los grupos directamente iniciados por Don Bosco y de aquellos que están presentes y operan en su propio territorio.

 

Art. 31  Hipotecas de relaciones familiares.

Desde el conocimiento intelectual es bueno pasar luego al conocimiento experimental derivado de un intercambio fraternal.

Es el amplio campo confiado al espíritu familiar, a las relaciones interpersonales y grupales.

Está compuesto, solo a modo de ejemplo, de:

  • Contactos en vivo, reuniones ocasionales o regulares, informales u organizadas;
  • reuniones de fraternidad, espiritualidad y oración que ponen a disposición de todas las riquezas de cada uno;
  • Momentos de reflexión y estudio sobre aspectos del mismo carisma, espiritualidad, herencia heredada de Don Bosco y los desafíos que los signos de los tiempos plantean a toda la familia.
  • Información constante e institucionalizada entre los grupos para una participación cada vez más fraterna en los momentos de alegría y dificultad, de investigación y discernimiento que cada grupo vive en su programa anual. En este sentido, el Consejo de la Familia Salesiana tiene particular relevancia, que merece el apoyo de todos los Grupos;
  • compartiendo los trabajos de comunicación social para difundir el espíritu de Don Bosco en el mundo: considere, por ejemplo, el compromiso compartido frente al Boletín Salesiano;
  • reconocimiento mutuo de la necesidad que cada persona, como persona y como grupo, siente sobre el perdón, la comprensión y la ayuda de los demás.

Las relaciones también deben ayudar a descubrir la correlación sustancial entre todos los Grupos de la Familia que viven en una relación de reciprocidad y juntos forman y prolongan la experiencia carismática del Fundador.

Los diferentes Grupos no pueden repensar completamente su vocación en la Iglesia sin referirse a aquellos que son los portadores del proyecto evangélico del Fundador.

Por este motivo buscan una mejor unidad de todos, a pesar de la auténtica diversidad de cada uno.

Finalmente, todos los Grupos colaboran para la vitalidad de toda la Familia, a la vista:

  • del ministerio de vocaciones;
  • la formación de los miembros individuales;
  • de la investigación pastoral para construir respuestas adecuadas a los problemas de educación y evangelización de los jóvenes y la clase popular;
  • de la realización de la misión salesiana en sus diversos sectores y tipos de obras;
  • De la difusión del espíritu de don bosco.

 

Art. 32  Apertura a un movimiento salesiano más amplio.

La Familia Salesiana de Don Bosco, una realidad eclesial, con la intención de realizar y manifestar el espíritu común heredado del Fundador, no vive únicamente para sí misma: la misión del sacramento del amor de Dios por los jóvenes condiciona, dirige y especifica Su ser y funcionamiento.

Es reconocido como una realidad carismática, renovada en esta hora especial del Espíritu, siguiendo el impulso recibido por el Concilio Vaticano II.

Es reconocido como un movimiento eclesial cuya amplitud va más allá de los límites y las posibilidades de los grupos individuales oficialmente reconocidos, porque reúne a personas amables, simpatizantes y benefactores que, aunque no pertenecen a Grupos organizados y reconocidos de la Familia Salesiana, operan con estilo y espíritu. Salesiano junto a nosotros.

La Familia de Don Bosco inspira un movimiento salesiano más amplio cuando sabe cómo expresar, más allá de las peculiaridades de los diversos Grupos, algo agregado y dinámico que manifiesta de manera visible la identidad apostólica común.

Las palabras particularmente significativas de Don Bosco y los elementos de apoyo del espíritu común, informados en este documento, constituyen una propuesta concreta y una síntesis adecuada para operar como un vasto movimiento de personas que, de diversas maneras, trabajan para la salvación de la juventud.

 

Art. 33  Colaboración en las Iglesias locales y en la Sociedad.

El cuidado y la formación de la fraternidad consideran la penetración del espíritu de Don Bosco en las Iglesias locales y en la sociedad como un elemento determinante en la vida de la Familia Salesiana, a través de una colaboración efectiva entre los Grupos para una mayor fructificación apostólica.

La comunión y la comunicación deben florecer en la colaboración apostólica real, dado que la Familia Salesiana no existe para sí misma, sino para llevar a cabo la misión que se le confía en la Iglesia y en el mundo, especialmente para los jóvenes y los pobres.

Esta amplia colaboración viene en dos formas:

  • es una colaboración de Grupo a Grupo para llevar a cabo la misión salesiana en sus diferentes sectores y campos y en los diferentes tipos de trabajos;
  • y es una colaboración de los Grupos en las instituciones pastorales de la Iglesia local y en las instituciones civiles, para llevar la contribución salesiana, variada en sus riquezas y contenidos, a la construcción de la civilización del amor.
  • El logro de un proyecto común incluye un camino de convergencia que puede requerir repetidamente el sacrificio de puntos de vista particulares o perspectivas vinculadas solo al grupo al que pertenecen.

 

Art. 34  Estimación de otras fuerzas eclesiales.

La fraternidad expande los espacios de la caridad y acoge con aprecio, cordialidad y espíritu de colaboración las diversas formas agregadas que operan en la Iglesia para su edificación y para la manifestación de la gracia multiforme del Espíritu.

Para la edificación unida del hogar común es necesario que todo espíritu de antagonismo y contención sea depuesto, y que uno debería competir más para estimarse mutuamente, para evitarse mutuamente en el afecto y en el deseo de colaboración, con paciencia, previsión, Disponibilidad para sacrificar que a veces esto puede llevar.

La gracia multiforme de Dios dada a los diferentes movimientos eclesiales se expresa en una espiritualidad particular y en una forma apostólica original.

Así, en la comunión, se realiza un intercambio de regalos, especialmente cuando los diversos Grupos pueden manifestar claramente su identidad.

La comunión no reduce las particularidades y no tiende a llevar a todos a un nivel medio y no significativo.

La comunión requiere la disposición al diálogo y la capacidad de contribuir ofreciendo los valores de uno.

Como una familia salesiana, estimulada por el ejemplo de Don Bosco que tenía sentimientos y palabras de aceptación y gratitud hacia todos, y con quienes pudo compartir ideas, experiencias y logros, estamos llamados a reconfirmar el don recibido y a caminar junto con toda la Iglesia.

 

CAPÍTULO 5.  SERVICIOS DE COMUNIÓN.

35. La comunión requiere lealtad al propio grupo.

36. Puntos de referencia.

37. Utilidad de algunas estructuras ágiles.

 

Art. 35 La  comunión requiere lealtad al propio grupo.

El hecho de pertenecer a la Familia para compartir la misma riqueza espiritual entre muchos no disminuye los valores y la originalidad de cada Grupo individual.

La fraternidad no extingue sino que fortalece la identidad.

Así también se confirman, vivifican y enriquecen las situaciones concretas de las personas y su posición eclesial.

Con la energía de su carisma, Don Bosco une en armonía a una sola familia apostólica: religiosos, laicos, casados, viudos, célibes, sacerdotes, testigos diversos del espíritu de las bienaventuranzas.

No priva a nadie de su espiritualidad sacerdotal o laica o religiosa específica.

El carisma de Don Bosco es una energía superior y global que marca su existencia asumiendo y ordenando, especificando y fortaleciendo sus espiritualidades individuales.

La comunión es el fruto más maduro de la identidad carismática, de la autonomía organizativa, de la expresión de la originalidad grupal, del enriquecimiento mutuo y generoso con los valores de todos.

Por lo tanto, la comunión siempre es el único objetivo de la Familia Salesiana de vivir sus valores con la máxima intensidad.

 

Art. 36.  Puntos de referencia.

En virtud de su fraternidad carismática, los Grupos individuales que constituyen la Familia Salesiana reconocen en el Rector Mayor, sucesor de Don Bosco, el padre y centro de unidad de la Familia misma.

Otros puntos de referencia que facilitan y realizan convergencias en vista de un servicio a la unidad del espíritu y a la colaboración apostólica no faltan, y están en conexión íntima con su ministerio.

Dentro de cada grupo hay un servicio fraternal de animadores calificados con el compromiso de crear comunión con toda la Familia de Don Bosco.

Los Salesianos de Don Bosco, entonces, como herederos especiales y representantes de su riqueza de paternidad sacerdotal vinculada a la orden presbiteral, tienen la responsabilidad de animar a toda la Familia.

Por lo tanto, realizan un servicio que no está cubierto por la autoridad del gobierno, sino la alegría de garantizar un camino de fidelidad para poder vivir plenamente la santidad salesiana.

La búsqueda y aceptación de los diferentes "sacramentos de comunión" manifiesta la convicción de que una persona en el acto de integrarse en un grupo como miembro activo es consciente de pedir querer ser parte, al mismo tiempo, de una Familia más grande.

 

Art. 37  Utilidad de algunas estructuras ágiles.

Comunidad formada por grupos establecidos y bien organizados, la Familia Salesiana puede recibir incentivos para un mejor crecimiento y maduración a partir de una estructura institucionalizada, ligera y flexible, reconocida y deseada por todos.

Un elemento claro de unidad está representado, a nivel general, por la persona del Rector Mayor, de acuerdo con las indicaciones ya expresadas en este documento. También tiene una función institucional específica con respecto a muchos grupos tomados individualmente.

Otros aspectos también podrían ser pensados ​​en una visión orgánica.

A nivel regional, nacional, provincial y local, la unidad se sostiene y se incrementa mediante el asesoramiento y la consulta. Para asegurar una vitalidad normal a la Familia Salesiana, parece indispensable no confiarles la buena voluntad de los responsables de la animación y el gobierno de los Grupos individuales en los diferentes niveles.

A menudo, las dificultades prácticas del trabajo apostólico y las relaciones interpersonales o grupales ocultan la necesidad y la urgencia de la fraternidad activa organizada en estructuras.

La definición de posibles estructuras debe ser objeto de una cuidadosa reflexión posterior que se compartirá entre todos los Grupos de la Familia Salesiana.

 

CONCLUSIÓN

38. Recuerdo y recurso a los santos de la familia.

39. Actualidad eclesial de una Familia que vive y trabaja junta.

 

Art. 38  Memoria y recurso a los santos de la familia.

Los santos proclaman las maravillas de Cristo y se convierten en testigos vivos del Evangelio, fortaleciendo, en el espíritu y en el ejercicio de la caridad fraterna, la unidad de toda la Iglesia.

Dios mostró un gran amor por la Familia Salesiana de Don Bosco enriqueciéndola con santidad.

Sacerdotes, laicos y consagrados, jóvenes y adultos de la Familia, miembros comprometidos con la educación y la evangelización, constructores del periódico y apóstoles llamados al heroísmo del martirio, encuentran riqueza de inspiración entre nuestros santos.

¡Es admirable lo que la gracia del Espíritu Santo opera en los corazones de quienes lo reciben y se ponen a su disposición! Difundiendo su amor, empuja a todos aquellos que aceptan su don a la caridad perfecta y una unión cada vez más profunda.

La comunión que pretendemos lograr como Familia tiene en santidad, constantemente buscada, el aspecto más rico de nuestro compartir.

La invocación, entonces, de los hermanos y hermanas que nos han mostrado el camino del amor se convierte en una ayuda válida para nuestra debilidad y en un estímulo para trabajar con alegría en la expectativa del Paraíso.

Os espero a todos en el cielo, nos repite Don Bosco.

 

Art. 39  Actualidad eclesial de una familia que vive y trabaja junta.

El signo de la Iglesia realizado en el mundo es el amor y la unidad.

La comunión es entonces el testimonio apostólico más efectivo, según la palabra de Jesús.

En el contexto actual de la historia de la Iglesia comprometida en el diálogo con todos los hombres de buena voluntad, este deber de manifestar la comunión interna se vuelve más urgente.

Es necesario que todos los hombres, ahora más unidos entre sí por vínculos sociales, técnicos y culturales, también alcancen su plena unidad en Cristo, afirma el Concilio.

Las familias espirituales en la Iglesia pueden contribuir mucho para que la Iglesia esté bien equipada para el trabajo de unión entre los hombres y esté preparada para el servicio de edificación del Cuerpo de Cristo.

De Don Bosco aprendimos que el amor por su Iglesia nace inseparablemente del amor por Cristo.

La caridad pastoral es la raíz y expresión de la unidad en la comunión de la Familia.

La unidad, visible y operativa, de la Familia Salesiana se convierte en un instrumento seguro de la nueva evangelización.

 

APÉNDICE

Oración a María Auxiliadora,
Madre de la Familia Salesiana.

Oh María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia,
creemos que ocupas un lugar singular
en la historia de la salvación
y que eres el maestro y guía de nuestra Familia.

Contemplamos con alegría y queremos imitar
su fe y su disponibilidad para el Señor
y su plan de amor,
su gratitud por las grandes cosas trabajadas por el Padre,
su caridad apostólica y su fidelidad en la hora de la cruz.

Nos encomendamos a ti con el amor de los niños:
Inmaculado, nos educas a la plenitud del don de nosotros mismos,
Ayuda de los cristianos, nos das valor y confianza
en el servicio al Pueblo de Dios.

Te rogamos, oh Santa Virgen,
que continúes protegiéndonos
a cada uno de nosotros,
a los Grupos individuales nacidos del carisma de Don Bosco,
a toda la Familia Salesiana
y a los jóvenes que nos confías.
Amén.