
DIREZIONE GENERALE
OPERE DON BOSCO
Via della Pisana 1111
- 00163 Roma
Il Consigliere generale per le missioni
Il Consigliere generale per la formazione
Roma, 24
enero 2013
Prot.
13/0033
A los Reverendos
Delegados inspectoriales para la animación misionera
Delegados inspectoriales para la formación
Sus sedes
Para conocimiento
Reverendos
Inspectores
Sus sedes
Objeto: Formación misionera de los Salesianos de Don Bosco
Queridos delegados:
Os enviamos estas
reflexiones y propuestas sobre la "Formación misionera de los Salesianos
de Don Bosco". Son el fruto conjunto de nuestros Sectores para las
misiones y para la formación, después de consultar con los respectivos
Delegados inspectoriales; encuentran fundamento en la responsabilidad que las
Constituciones confían al Consejero para las misiones sobre "la
preparación específica y la puesta al día de los misioneros" (Cost. 138);
han sido aprobadas por el Rector Mayor y su Consejo el 23 de enero de 2013.
Sabemos de la atención misionera que Don Bosco cultivó progresivamente en su vida y llegó a su madurez con el envío de la primera expedición misionera el 11 de noviembre de 1875 y con las sucesivas expediciones. Conocemos los "Recuerdos de los misioneros" de Don Bosco, sobre los que el Rector Mayor, Don Pascual Chávez ha vuelto en su carta "La inculturación del carisma salesiano" (ACG 412, Roma 2011). Actualmente vemos también codificado en el artículo 6 de nuestras Constituciones el compromiso misionero de la Congregación. Estas reflexiones y propuestas pretenden mantener vivo el espíritu misionero de la Congregación. En un tiempo de globalización tenemos necesidad de estar abiertos a una formación y pastoral inculturada. El compromiso de la Iglesia por la nueva evangelización y por la evangelización ordinaria, nos pide seguir lanzándonos a las fronteras de la primera evangelización. La necesidad de construir comunidades internacionales y el Proyecto Europa son un llamado a la movilidad misionera en la Congregación.
En concreto estas notas se proponen un doble objetivo. Sobre todo pretenden hacer que crezca en cada hermano la sensibilidad misionera y la capacidad de hacer animación misionera entre los jóvenes y laicos; conocemos bien nuestras posibilidades en la animación misionera entre los jóvenes y del voluntariado misionero, que abren en los jóvenes a estilos de vida sobria y solidaria, los comprometen en la causa del Evangelio y los cuestionan sobre la vocación consagrada salesiana. En segundo lugar pretenden proponer un itinerario para descubrir, discernir y profundizar una verdadera vocación salesiana misionera. Tal vocación nace, crece y se desarrolla como don de Dios, en la línea del compromiso evangelizador de Jesús y por el impulso del Espíritu Santo; al mismo tiempo encuentra condiciones históricas que requieren nuestra cooperación.
Confiamos estas reflexiones y propuestas a la responsabilidad de los inspectores, para que puedan dar como fruto abundantes "misioneros" en este Bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
Cordiales saludos y gracias por la atención.
Don Vaclav Klement Don
Francesco Cereda
Consejero para la misiones
Consejero para la formación
Formación
misionera
de los
Salesianos de Don Bosco
Roma, 24
enero 2013
ABREVIACIONES
FSDB Formación
de los Salesianos de Don Bosco
OESFI Orientaciones
sobre los Estudios Salesianos en la Formación Inicial
CDVSM Criterios
de Discernimiento para la Vocación Salesiana Misionera
SSCS Sistema
Salesiano de Comunicación Social.
Este
documento pretende animar a cada salesiano mediante la formación a mantener
vivo el celo misionero de Don Bosco, capacitándolo para ser animador misionero
y ayudándolo a discernir si Dios lo llama a la misión "ad gentes".
Tal
documento evidencia contenidos, actitudes, experiencias para varios
momentos de la formación. Se ofrecen algunos contenidos que subrayan la portada
misionera de la experiencia formativa; se indican además actitudes a cultivar y
experiencia que promover. Se trata de contenidos, actitudes y experiencias que
profundizar en continuidad durante las diversas fases. Y como las comunidades
formativas se encuentran en diversos contextos, las diferentes propuestas se
deben adaptar a las diferentes situaciones.
Al final del documento se presentan aspectos específicos: criterios de discernimiento para la vocación salesiana misionera y formación del salesiano misionero.
PRENOVICIADO El prenoviciado es la primera fase de la formación; mira a suscitar interés y entusiasmo por la vocación salesiana; ofrece una experiencia de vida comunitaria y apostólica salesiana en la cual los prenovicios profundizan su opción vocacional; ayuda a los prenovicios a madurar en los diferentes aspectos humanos y cristianos y favorece su preparación al noviciado.
Contenidos a subrayar:
-
el estudio de la biografía de Don Bosco nos muestra
su celo por las almas, manifestado también por el deseo de ir a las misiones ya
en los primeros años de su formación sacerdotal y desarrollado después en el
lanzamiento de la frontera misionera de la Congregación en los años de la
madurez;
-
la descripción de las presencias actuales de la
Congragación ofrece a los prenovicios una mirada sobre la variedad de la misión
salesiana en las diferentes países y les entusiasma sobre todo el trabajo de
los misioneros en las diversas partes del mundo, a pesar de los desafíos que
encuentran[1];
-
la presentación de figuras históricas y de
testimonios actuales de la vida salesiana ofrece a los prenovicios también
figuras de misioneros en los que se pueden inspirar para su vida.
Actitudes a cultivar:
-
el
reconocimiento por la fe recibida, el interés en el estudio del catecismo, la
alegría de conocer y amar a Cristo y a la Iglesia, el deseo de querer compartir
la propia fe con otros;
-
la
apertura a las diversas realidades sociales y culturales del propio país y del
mundo, a las situaciones de pobreza, a las realidades de muchos jóvenes que se
encuentran como «ovejas sin pastor» (Mt 9, 36), y como consecuencia, el
sentido de compasión y solidaridad.
-
la
generosidad apostólica que inclina a la sencillez y al don gratuito de sí,
fruto de una espiritualidad salesiana que requiere el compromiso por un
servicio responsable.
Experiencia a promover:
-
conocer
el trabajo de los misioneros en la propia Inspectoría, en la iglesia local, en
el propio país y en todo el mundo, por ejemplo a través de vídeos y las visitas
de misioneros;
-
formar
parte de un grupo misionero en el prenoviciado;
-
hacer
experiencia de compartir la propia fe con los otros prenovicios y con los
jóvenes;
-
comprometerse
en la catequesis y en el apostolado, suscitando en los jóvenes interrogantes
sobre el sentido de la vida, favoreciendo interés por la fe, creando el deseo
de conocer la figura de Jesús.
NOVICIADO
El
noviciado es el inicio de la experiencia de vida consagrada salesiana. Los
novicios se configuran siempre más con Cristo Buen Pastor, consolidando su
relación de amor y amistad con Él. Comenzando a vivir la vida consagrada,
aprenden a situarse en el corazón de la Iglesia y a ponerse enteramente al
servicio de su misión.[2] Como
dice la Ratio, «el servicio del Reino, el testimonio del Evangelio, el
sentido de Iglesia, el impulso misionero caracterizan la experiencia del
noviciado».[3]
Contenidos a subrayar:
- el
estudio de las Memorias del Oratorio con la intención de ayudar a los novicios
a comprender el corazón oratoriano de Don Bosco, como expresión de su celo
misionero y de su interioridad apostólica; [4]
-
el
contacto con la santidad vivida por algunas figuras significativas de la
Familia Salesiana, especialmente misioneros, y la reflexión sobre
características de su santidad en vista a hacer crecer en los novicios un
corazón misionero;[5]
-
el
estudio de la Familia Salesiana con atención a abrir el horizonte de los
novicios a la colaboración y el aporte de los miembros de la Familia Salesiana
misma y de los laicos en el compartir la misión salesiana, con especial
referencia a las misiones.
Actitudes a cultivar:
- la
voluntad de identificarse cada vez más con los sentimientos de Cristo y con su
compromiso para que todos los hombres conozcan el Evangelio, y el deseo de que
sea conocido y amado por todos los pueblos, especialmente por los jóvenes;
- la
identificación con el corazón misionero de Don Bosco y el deseo de ser,
especialmente para los jóvenes que no conocen a Cristo, signos del amor del
Padre;
- el ardor
del da mihi animas que lleva a los novicios al don total de sí mismos a
Dios en la profesión religiosa en la línea de Don Bosco;
- la
simpatía por las misiones y por los misioneros salesianos y un creciente
interés y disponibilidad para ofrecerse a las misiones, si ésta es la voluntad
de Dios para ellos.
Experiencias a promover:
- aprovechar
la posibilidad de insertarse en la realidad social y apostólica[6] y
expresar la caridad pastoral al servicio del Reino mediante diversas
experiencia educativas y pastorales, para poder «conocer y experimentar la
realidad del mundo de los jóvenes, especialmente los más pobres»;[7]
- favorecer
la oración por las misiones y los misioneros,[8] especialmente
la Adoración Eucarística y el Rosario;
- relacionarse
amigablemente, donde es posible, con jóvenes de otras religiones;
- mantener
contactos con algún misionero salesiano, mejor de la propia inspectoría;
- implicarse
en la celebración anual de la jornada misionera salesiana, en la conmemoración
mensual cada 11 de mes, y en la oración personal por las vocaciones misioneras
y las necesidades misioneras de la Iglesia y de la Congregación.
POSNOVICIADO
El
posnoviciado es la fase en la que el neoprofeso salesiano refuerza la
experiencia formativa del noviciado en lo que respecta a la vida consagrada
salesiana: se prepara para el tirocinio; entra en diálogo con la cultura a
través del estudio filosófico, pedagógico y catequístico; integra fe, cultura y
vida. [9]
Contenidos
a subrayar:
- la lectura
crítica de la cultura y de los acontecimientos de la Iglesia y del mundo, para
comprender las implicaciones actuales de la evangelización, especialmente en el
ámbito juvenil;
- el
estudio de la historia de la Congregación y de la obra salesiana, con especial
referencia a la expansión misionera en todo el mundo; [10]
- el
estudio del Sistema Preventivo con atención a su inculturación en el contexto
actual, especialmente multicultural y plurireligioso; [11]
- el
conocimiento del fenómeno de la migración y de los desafíos que comporta a
nivel social, cultural y religioso;
-
el estudio de la catequesis y de la comunicación
social para aprender a llevar el evangelio a los jóvenes, y especialmente a los
indiferentes, a los no creyentes y a los no cristianos;
-
el conocimiento de los Criterios para el
Discernimiento de la Vocación Misionera Salesiana en vistas a iniciar un
posible discernimiento de vocación misionera.
Actitudes
a cultivar:
- la
apertura crítica y comprensiva de las realidades sociales, culturales y
religiosas del propio país y del mundo, especialmente de los jóvenes, y la
atención al grito de los pueblos por una vida más digna;
- la sensibilidad
por las necesidades de los jóvenes emigrantes, muchachos de la calle y jóvenes
en riesgo;
- el
interés y la participación en la misión evangelizadora de la Iglesia y de la
Congregación y la voluntad de contribuir a su crecimiento en el propio país y
en el mundo;
- la
disponibilidad a dejarse interpelar por la llamada misionera y la generosidad
de ofrecerse con alegría para una vida que requiere compromiso, sacrificio y
donación de sí mismo.
Experiencias
a promover:
- hacer
apostolado entre los jóvenes emigrantes, con los pobres de las zonas rurales y
con los jóvenes en riesgo en el contexto de las experiencias apostólicas del
posnoviciado.
- organizar
y animar grupos misioneros en los ambientes en donde se hace apostolado;
- hacer
alguna experiencia de animación misionera con instrumentos de comunicación
social;[12]
- reflexionar
personal y comunitariamente sobre los Criterios para el Discernimiento de la
Vocación misionera Salesiana.
TIROCINIO
El
tirocinio es la fase de verificación vital e intensa con la acción salesiana en
una experiencia educativo pastoral que ayuda a los jóvenes salesianos a madurar
en su vocación consagrada salesiana y a verificar su idoneidad vocacional en
vistas a la profesión perpetua. [13]
Contenidos
a subrayar:
- la
reflexión personal y comunitaria y el intercambio con otros tirocinantes sobre
las propias experiencias de vida y actividad salesianas;
- el
conocimiento directo de la vida de la Inspectoría y de la Congregación.
Actitudes
a cultivar:
- la
alegría de la fe y del amor por Jesucristo y el entusiasmo por llevar a los
jóvenes a conocerlo, especialmente mediante la catequesis;
- la
pasión de Don Bosco en proponer a los jóvenes, especialmente a los que no
conocen el Evangelio o se han alejado de la Iglesia, la experiencia de la
plenitud de vida en Cristo;
- la
disponibilidad en la práctica del Sistema Preventivo como expresión de la
pasión y de la alegría en el compartir la experiencia de plenitud de vida en
Cristo;
- la
profundización teórica y práctica del Sistema Preventivo con atención a la
inculturación.
Experiencias
a promover:
- establecer
y animar un grupo misionero entre los jóvenes, y estimular su entusiasmo por
formar parte en diferentes iniciativas en favor de las misiones, incluso el
voluntariado misionero;
- tratar
de relacionarse con jóvenes de otras religiones en el propio ambiente, y donde
sea posible, hacer una experiencia directa en una presencia misionera salesiana
de la propia Inspectoría.
FORMACIÓN
ESPECÍFICA
DE LOS
SALESIANOS PRESBÍTEROS
Y DE LOS
SALESIANOS COADJUTORES
La
formación específica es la fase que completa la formación inicial del salesiano
educador y pastor, siguiendo las líneas de la vocación específica como
salesiano coadjutor o salesiano sacerdote. [14]
Contenidos
a subrayar:
- el
estudio de Don Bosco Fundador en los años de la madurez cuando afronta nuevos
desafíos pastorales, integra numerosas fuerzas apostólicas, abre la
Congregación a las fronteras misioneras; [15]
- el
estudio de la pastoral juvenil salesiana, que ayuda a profundizar la dimensión
misionera de la evangelización, o sea, la urgencia de anunciar a Cristo y
educar a los jóvenes en la fe, las nuevas formas de presencia entre los
jóvenes, la presencia salesiana en el territorio, la atención a la animación
misionera;[16]
- el
estudio de la teología pastoral con atención a los documentos de la Iglesia
sobre la actividad misionera, la teología de la religiones, la teología de la
evangelización, la misionología, el diálogo interreligioso e intercultural, y
otros temas relacionados como los desafíos de la globalización, del
secularismo, del multiculturalismo y la multirreligiosidad, de la inmigración,
de la religiosidad popular y del modo de anunciar el mensaje evangélico en los
actuales contextos;[17]
- el
estudio de la comunicación social con la capacitación para hacer uso de los
instrumentos y lenguajes de los medios modernos para anunciar el Evangelio y
para trasmitir el mensaje evangélico en la cultura de los media modernos;
- el
impulso y dinamismo misionero del sacerdote en virtud de su configuración con
Cristo pastor.[18]
Actitudes
a cultivar:
- el vínculo
de profunda amistad con Cristo que lleva a configurarse con Él y por tanto a
recibir de Él una fuerte caridad pastoral;
- el amor
a la Iglesia como pueblo de Dios abierto a acoger a todos los pueblos;
- la
convicción sobre el carácter misionero del carisma salesiano.[19]
Experiencia
a promover:
- la
experiencia de trabajo misionero con los jóvenes de otras religiones;
- el
conocimiento y la animación del programa del catecumenado según el Rito de
Iniciación Cristiana de Adultos;
- la
experiencia misionera en vacaciones;
- la
propuesta de la oración por los misioneros y las misiones a los enfermos.
FORMACÓN PERMANENTE La formación permanente es la continuación natural y la profundización necesaria del proyecto de vida que se ha iniciado y vivido en la formación inicial y dura toda la vida. Ésta se realiza en la vida diaria del hermano en la comunidad y mira a mantener viva en él la alegría de dedicarse completamente a la causa del Evangelio con entusiasmo.
Contenidos a subrallar:
-
la oferta a los hermanos de la Inspectoría de la
posibilidad de tomar parte en algún programa formativo, conferencia, curso...
que ayuden a profundizar o prepararse mejor en algunos aspectos del propio
trabajo apostólico, como, por ejemplo, el diálogo interreligioso, la nueva
evangelización,...;
-
la profundización de reflexiones y orientaciones de
la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y de nuestro Sector para
las misiones;
-
la animación misionera en la Inspectoría y en la
Congregación;
-
el voluntariado misionero juvenil y laical.
Actitudes
a cultivar:
- el deseo
de estar a la altura del propio trabajo para dar lo mejor de sí mimo en la
misión evangelizadora;
- la
apertura a los nuevos contenidos y métodos que puedan mejorar la eficacia
apostólica en el ambiente en el que se encuentra;
- la
conciencia de la propia fragilidad y pobreza en el cumplimiento del mandato
misionero y, por tanto, la necesidad de recogimiento y oración, de auto
valoración del propio actuar, y de una renovada determinación de caminar con
más empeño y fervor.
Experiencias a promover:
- reflexionar
y compartir las propias experiencias en vista a mantener viva la «pasión por la salvación de los demás, y la alegría de compartir la
experiencia de plenitud de vida en Jesús»;[20]
- aprovechar
los días de estudio y reflexión junto con los miembros de la Familia Salesiana
y los colaboradores laicos sobre temas referentes a la evangelización y a la
cultura, al compromiso de las misiones “ad gentes”,…;
- usar los
instrumentos de comunicación social para una evaluación crítica de las culturas
nuevas y emergentes y valorizar las oportunidades que éstas ofrecen en la
proclamación del Evangelio;
- aprender
nuevos métodos de evangelización
- animar
grupos misioneros.
CRITERIOS
PARA EL DISCERNIMIENTO
DE LA
VOCACIÓN SALESIANA MISIONERA[21]
“ad
gentes, ad exteros, ad vitam”
Personas
implicadas en el discernimiento a varios niveles:
- El
hermano que es acompañado por el guía espiritual y por el confesor
- La
comunidad donde vive el hermano, o sea; el director, los formadores, los
hermanos
- El
Inspector y su Consejo
- El
Consejero General para las Misiones.
Contraindicaciones para
la vocación misionera
- Búsqueda
de aventura o simple deseo de cambiar de puesto de trabajo
- Presión
de parte de otros: padres, hermanos, amigos
- Evasión
de los propios problemas de relación, personales, vocacionales
- Incapacidad
de integrarse en la vida de apostolado de la comunidad. Si se envía a las misiones
a un hermano en estas condiciones se le expone en un ambiente mucho más
comprometido (por la lengua, la cultura, y otros factores) y la situación en
vez de mejorar, empeora.
Elementos
insuficientes
- No basta una
motivación misionera genérica: por ejemplo, un vago deseo de trabajar por los
jóvenes o en un ambiente pobre...
- No basta un
entusiasmo superficial por las misiones que no esté acompañado de actitudes
concretas de compromiso, sacrificio, generosidad: tal entusiasmo no durará
mucho.
Criterios
generales de discernimiento vocacional
- para el hermano y
para el Director y su Consejo
Tres
aspectos indispensables: (1) recta intención, (2) libre decisión, (3)
cualidades necesarias.
Las
cualidades necesarias son:
- buena
salud;
- madurez
humana; sentido de responsabilidad; capacidad de relaciones;
- personalidad
robusta; equilibrio sicológico; perseverancia en las dificultades;
- paciencia,
comprensión, humildad, capacidad de apreciar los valores auténticos de otras
culturas y regiones y de adaptarse al cambio de las situaciones;
- espíritu
sobrenatural, para no reducir la misión a algo meramente filantrópico o a una
actividad social;
- espíritu
de fe; enraizamiento en Cristo mediante una vida de oración personal e
comunitaria, centrada en la Eucaristía, y regular en la frecuencia de los
sacramentos;
- vida
salesiana vivida con celo misionero demostrado por su ardor de hacer conocer a
Jesús, sobre todo a los jóvenes más pobres a la los emigrantes;
- profundo
amor a la Iglesia y a la Congregación;
- espíritu
de sacrificio; generosidad, aceptación de las condiciones en que se encuentra;
- fortaleza
en el soportar el cansancio y la esterilidad en la propia fatiga;
- flexibilidad
y capacidad de adaptarse a de amar la vida en una comunidad intercultural;
- capacidad
de aprender nuevas lenguas;
- capacidad
de vivir en comunidad y de trabajar en equipo con los otros miembros, los
laicos y los jóvenes;
- comunión
y obediencia en la pastoral de conjunto guiada por el propio Obispo.
PREPARACIÓN ESPECÍFICA DEL SALESIANO MISIONERO El salesiano que siente la llamada a ser misionero fuera de la propia patria, del propio ambiente cultural y lingüístico (ad exteros)[22], entre los que aún no han escuchado el Evangelio y donde la Iglesia no está aún completamente establecida (ad gentes) [23], con un compromiso para toda la vida (ad vitam)[24], puede ofrecerse en cualquier momento para el servicio en las misiones.
Se prefieren hermanos jóvenes por su facilidad en aprender una nueva lengua y cultura y su espíritu de adaptación; generalmente se desea que finalicen el proceso de discernimiento de su vocación misionera durante el posnoviciado, pero es posible también durante la formación específica del salesiano sacerdote y del salesiano coadjutor.
El Capítulo general XIX ha abierto para los Salesianos también la posibilidad de ser misioneros ad tempus, por 5 años, «con tal de que se consideren idóneos».24 Esto puede ser fruto de tareas específicas y urgentes en la actividad misionera de la Congragación o para ayudar al hermano a discernir mejor su vocación salesiana misionera ad vitam. Discernimiento El proceso de discernimiento es un camino gradual y progresivo con la ayuda de un acompañante espiritual. En este proceso el candidato aprende como la Virgen María a escuchar la voz del Espíritu, a purificar y a profundizar sus motivaciones, a discernir sus cualidades y actitudes que determinan su idoneidad para la vida misionera salesiana. También la comunidad tiene un papel importante en este camino. Se utilizan para este ejercicio los Criterios para el Discernimiento de la Vocación Salesiana Misionera. También es posible que al candidato misionero se le conceda, por ejemplo, a título de prueba por un año, la experiencia de trabajar en un contexto misionero fuera de la propia Inspectoría. Esta experiencia podría también servir para un discernimiento de su llamada misionera salesiana. Cuando, como fruto del discernimiento, el candidato llega a la conclusión de ser llamado al servicio en el campo misionero, envía una carta al Rector Mayor en la que manifiesta explícitamente este deseo suyo y se pone a disposición de la Congregación. Esto no quita la posibilidad de expresar sus preferencias o predisposiciones concretas para un determinado territorio misionero; especialmente vale esto para el Proyecto Europa.
El Rector Mayor, trámite el Consejero para las Misiones, entra en diálogo con el Inspector del hermano, pidiendo a él y a su Consejo la opinión escrita sobre la vocación misionera del candidato, siempre en referencia a los Criterios de Discernimiento de la Vocación Misionera Salesiana. Concluido positivamente el discernimiento y obtenido el parecer del Inspector para mandar al hermano a las misiones, el Rector Mayor asigna al candidato un destinación.
Preparación
En el
período anterior a la partida, la Inspectoría:
- ofrece
al futuro misionero la posibilidad, en lo posible, de aprender la lengua y la
cultura del lugar al que se le ha destinado, y también de tomar parte a los
encuentros o cursos organizados por la Conferencia de Religiosos o de la
Conferencia Episcopal para candidatos a las misiones;
- ofrece
la posibilidad de un conocimiento de los conceptos fundamentales de
antropología cultural y de la dinámica del diálogo intercultural;
- envía al
misionero a participar al Curso de Orientación para los nuevos misioneros
organizado por el Dicasterio para las Misiones como una preparación inmediata
de los misioneros antes de la entrega del crucifijo misionero;
- reza y
hace rezar por el hermano que es enviado como misionero.
Inserción
Entre tanto, la Inspectoría a
la que ha sido asignado el nuevo misionero, crea un clima de acogida y lo
recibe fraternalmente cuando llega.
Para facilitar su inserción en
el nuevo ambiente cultural, social y eclesial, la Inspectoría:
- le ofrece desde el inicio un programa de orientación
que le ayuda no sólo a conocer la historia, la cultura y los valores del país,
sino también la historia, la misión y las obras de la Inspectoría.
- le garantiza el tiempo adecuado para aprender la
lengua;
- le asegura el acompañamiento inicial mediante un guía espiritual,
que lo asiste y aconseja durante los primeros años de su inserción, escuchando
sus expectativas, profundizando sus motivaciones, removiendo posibles
prejuicios, ayudándolo a encauzar su proyecto de vida salesiana misionera;
- facilita su inserción gradual evitando colocarlo en
posiciones de responsabilidad durante los dos primeros años;
- organiza
encuentros regulares, por ejemplo, dos veces al año, de los nuevos misioneros con
sus formadores, directores y el encargado a nivel inspectorial; y al mismo
tiempo ofrece indicaciones al director del nuevo misionero;
- le da la
posibilidad de participar a la orientación para los nuevos misioneros
organizado por la Conferencia de Religiosos o por la Conferencia Episcopal
local para un conocimiento e inculturación en la cultura local.
Después de cinco años al
misionero se le ayuda a evaluar su experiencia misionera y en particular:
- su integración en la vida y apostolado de su
inspectoría;
- su inserción en la cultura local, y especialmente entre
los jóvenes a él confiados, su capacidad de apertura;
- una reflexión sobre su ardor apostólico y el empeño en
la vida misionera.
Entre tanto, el misionero que se
encuentra en período formativo, completa su formación inicial, recibe la
ordenación sacerdotal y/o hace la profesión perpetua. Para la fase del
tirocinio, se computan los dos años previstos en los reglamentos (n. 96), a
partir de su inserción educativo
-pastoral en la comunidad local a la que se ha
destinado; por ejemplo: los tiempos exclusivamente destinados al estudio de la
lengua o a atender procesos migratorios, no se computan aún como tirocinio.
Formación continua El misionero se inserta completamente en el trabajo misionero de la Inspectoría y se preocupa de su formación continua, aprovechando también las oportunidades que le ofrece la Inspectoría para profundizar en su relación personal con Cristo como fuente de su ardor misionero, e insertarse cada vez más en la cultura del pueblo a la luz de la fe cristiana y del carisma salesiano.
Interviene en los diferentes encuentros de la Inspectoría (la jornada comunitaria, los encuentros de la comunidad educativa pastoral y de la familia salesiana, y otras iniciativas), en el país (como por ejemplo cursos organizados por centros regionales salesianos de formación permanente, y encuentros promovidos por la Conferencia de Religiosos o por el Episcopado), y también en la Universidad Pontificia Salesiana que ofrece el curso de formación permanente para misioneros.
Si posee los dones necesarios y si éstos corresponden a las exigencias de la Inspectoría, el misionero es enviado por el Inspector a cualificarse en misionología, antropología, diálogo intercultural, diálogo interreligioso, nueva evangelización, con el fin de ofrecer un servicio competente en la Inspectoría.