1. Quisiera comenzar esta carta con una pregunta que nos implica a todos: ¿cómo seguir siendo comunicadores, fieles a Don Bosco y a nuestro carisma, en un mundo cambiante? Es una pregunta que me han hecho inspectores, jóvenes, delegados de comunicación y miembros de la Familia Salesiana, preocupados por vivir y transmitir nuestro carisma hoy en el mundo digital, sin perder nuestra alma.
2. Si Don Bosco estuviera hoy aquí, sería un explorador digital, sabría llegar al corazón de los jóvenes. Querría entender su sentido y sus mecanismos, perseguir los vuelos locos de los adolescentes, su potencial. Nos invitaría a seguirle sin ningún distanciamiento generacional, pero con esa luz que soloo tiene quien sabe caminar cerca de la tierra, con paso suave y costumbrista, y quien sabe tratar los temas esenciales al ritmo de la vida.
Con inteligencia, Don Bosco comprendió que comunicar es relacionarse. Vivió y desarrolló su sistema educativo basándose en una idea central: los jóvenes son la razón de nuestra vida. Es con ellos y para ellos con quienes nos comunicamos. En estos tiempos de grandes cambios sociales y culturales, la presencia educativa de los Salesianos en el mundo digital tiene como objetivo precisamente educar a través de una relación directa con los jóvenes, con una clara identidad carismática y de fidelidad.
3. Todos nos comunicamos dentro de un universo virtual que condiciona nuestras relaciones. Las redes sociales, en particular, son un lugar donde la gente interactúa, comparte experiencias y cultiva relaciones como nunca antes.
Esta dimensión puede hacernos perder la sensibilidad por las relaciones interpersonales, descuidar la comunión fraterna en la comunidad o alejarnos de la relación educativa con los jóvenes. Lo digital es una gran oportunidad para educar y evangelizar, pero requiere siempre reflexión y discernimiento, a partir del Evangelio, para poner siempre en el centro la relación fraterna y la comunión.
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