Me he sentido muy amado por el Señor a lo largo de toda mi vida, y de mi vida salesiana. Creo que un rasgo de mi personalidad es el ser una persona que vive la vida con Alegría (‘gioia’), y con mucha Esperanza, y también deseo vivirla con profunda FE.
En este momento, después de haber sido elegido para este servicio como Rector Mayor, me siento, a la par que sorprendido porque el Señor tiene sus caminos, también muy empeñado en vivir con gran entrega y responsabilidad este servicio, esperando que, con la ayuda del Señor, tanto personalmente como Congregación Salesiana en el mundo y como Familia Salesiana, seamos muy fieles al Señor, fieles al carisma suscitado por el Espíritu Santo en Don Bosco para el bien de la Iglesia, y muy fieles a la Iglesia, siempre en comunión con el Papa, y con las Iglesias locales.
Ciertamente el Bicentenario ha sido pensado y preparado con mucho afecto y reflexión por mi predecesor, el Rector Mayor P. Pascual Chávez, junto con su Consejo General. Han sido tres años de preparación profundizando en todo la Congregación y Familia Salesiana del mundo, la figura histórica de Don Bosco, su sistema educativo, pedagógico y evangelizador, y su espiritualidad.
En este momento, el espíritu justo con el que queremos vivir este ‘año santo salesiano’ es precisamente el de profundizar en la autenticidad del seguimiento del Señor Jesús desde el carisma suscitado en Don Bosco. En plena sintonía con nuestro Capítulo General 27, recientemente celebrado, deseamos que sea un año, y todo un camino posterior, en el que vivir desde una profunda dimensión mística nuestra Consagración religiosa, transmitiendo un vivo testimonio de fraternidad evangélica, a fin de ser más radicalmente y siempre, servidores de los jóvenes, especialmente los que más nos necesitan: ¡los más pobres!, como nos recuerda el Papa Francisco.
Creo que sea posible decir que algo que impresiona a cercanos y lejanos, a quienes formamos parte del ambiente salesiano y a quienes no lo conocen mucho, es la atracción y adhesión que sigue suscitando hoy, en todo el mundo, Don Bosco, caracterizándose especialmente por haber sido profundamente humano y profundamente hombre de Dios. En cualquiera de los países, en cualquiera de los continentes, el SANTO DE LOS JÓVENES, sigue tocando muy profundamente los corazones de los mismos jóvenes. Es por eso que seguimos sintiendo que Don Bosco hoy, en la Iglesia y en el mundo, tiene una palabra educativo-evangelizadora que decir, que comunicar. Don Bosco sigue queriendo aquí y ahora la felicidad de todos los jóvenes del mundo y su salvación (‘os quiero felices aquí y en la Eternidad’).
A la Congregación Salesiana, y a la Familia Salesiana en su totalidad, nos corresponde encarnar hoy, con la mayor fidelidad posible, y con el corazón de Jesús Buen Pastor, al Don Bosco que ha de llegar a cada joven, a cada muchacho, muchacha del mundo, donde quiera que nos encontremos. Esto transmite Don Bosco y éste ha de ser nuestro compromiso y empeño.
Creo que podría quedar y debiera quedar lo siguiente:
La respuesta es ¡definitivamente sí!
Personalmente estoy convencido de que el mismo Don Bosco, que buscó en su tiempo las mejores máquinas para su imprenta en Valdocco, y para la formación de sus ‘jóvenes aprendices’, hoy intentaría estar a la vanguardia en estos nuevos patios (‘cortile’), y el mundo digital es un nuevo ‘cortile’, un nuevo patio donde encontrarse con los adolescentes y jóvenes del mundo, y con los adultos en general.
Ciertamente la comunicación y el servicio de las redes sociales y de los ‘sitos internet’ nos van a ayudar a comunicar, compartir, acercar distancias, transmitir pensamiento y vivencias. Estoy convencido de que podremos ver cómo ‘la aldea global’ lo podrá ser también en la celebración del Bicentenario. Ayudará a hacer presente en todo el ámbito o mundo salesiano, y en aquellos espacios eclesiales donde se acepte la figura de Don Bosco, que el don de su vida y del carisma que encarnó para el bien de la Iglesia y de los jóvenes del mundo, tiene hoy plena actualidad para el bien de las nuevas generaciones.
Indudablemente la visita del Santo Padre, Papa Francisco a la Diócesis de Turín, y quizá a Valdocco, será un verdadero regalo para todos los creyentes y para los miles de peregrinos que se encontrarán en Turín con motivo de la ‘ostensione della Sindone’.
Al mismo tiempo, el encuentro que se celebrará con jóvenes del movimiento juvenil salesiano del mundo en esas fechas, quiere ser una expresión del compromiso juvenil, como miembros vivos y activos de la Iglesia, en el anuncio del Evangelio, en la vivencia del mismo y en el servicio de caridad a los pequeños, a los pobres, a los últimos.
Sin duda que la vivencia espiritual de esos días en Turín será muy intensa para todos. Desde el ámbito salesiano pretenderemos que los jóvenes convocados y vinculados a las presencias salesianas tomen profunda conciencia de que no sólo se quiere admirar la gran figura de Don Bosco, sino IMITARLO en su vivencia de la FE, su vivencia del ministerio presbiteral, y la donación, de su vida y por toda la vida, a sus chicos y jóvenes.