Rector Mayor desde 1977 hasta 1995.
Nativo de Lombardía, pero profundamente arraigado en la cultura latinoamericana por su larga estadía en Chile (1939-1971). Acompañado de importantes tradiciones culturales y de una buena escuela de teología (en la que él también era profesor), participó en el Concilio Vaticano II como experto, trayendo con su rigor científico experiencias pastorales y educativas vividas en el extranjero. Como superior general de una institución religiosa relevante y de muchas otras "asociaciones" relacionadas, ha estado y está particularmente atento a los problemas del mundo y del Tercer Mundo.
Compartió sistemáticamente el Pan del Consejo con sus cohermanos a través de "cartas" precisas formuladas como propuestas de vida (en la Iglesia y para la Iglesia con el carisma de Don Bosco).
Se ha actualizado gradualmente con la participación en las asambleas eclesiales más importantes, desde Medellín a Puebla en Roma en varios Sínodos, y como presidente de la Unión de Superiores Generales (USG). El Papa Juan Pablo II fue nombrado junto con otros dos Superiores Generales (el Benedictino y el Jesuita) como miembro del Sínodo Extraordinario en el vigésimo aniversario del Concilio.
Por estas y otras experiencias y méritos dignos de mención, el Rectorado de Don E. Viganò destacó en la Familia Salesiana que "se sienten cum ecclesia" y que la fidelidad al Papa era conocida y características esenciales en Don Bosco, mientras continúan, en un parámetro eclesial. - la actualización "en fidelidad" a la que se llama la Familia Salesiana en el umbral de la década de 2000.
El Papa lo nombró consultor del Consejo Pontificio para la Familia, del Consejo Pontificio para los Laicos y de la Congregación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
También es miembro de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de la sesión preparatoria del Sínodo de los Obispos para Europa y de la Comisión Interdepartamental Permanente para una distribución más equitativa del clero.
Durante dos años fue también presidente de la Unión de Superiores Generales (USG).
Como miembro nominado por el papa, participó en los 6 sínodos de obispos celebrados en Roma de 1980 a 1994, en reuniones especiales en el Vaticano en 1981-1982 con cardenales, obispos y superiores generales de los problemas de América Central. en 1983 participó en los diálogos de los superiores generales con el Papa sobre los problemas y perspectivas de la vida religiosa en la Iglesia y en 1986 fue invitado a predicar ejercicios espirituales al Papa y a la Curia romana.
Dio una contribución especial al último sínodo sobre la vida consagrada. Golpeado por un tumor que ha pasado los últimos meses sufriendo.
Don Viganò también será recordado como un autor respetado de numerosas publicaciones teológicas y espirituales.