Il Proyecto ‘Cité des Jeunes’ se propone contribuir al proceso de paz en Burundi actuando en los siguientes sectores:
1. La promoción de la calidad y del acceso al sistema educativo.
La larga guerra civil ha paralizado el sistema escolar burundés ya tan vulnerable desde antes del conflicto: 391 escuelas destruidas, libros de escuela perdidos, enseñantes asesinados o refugiados en otros países, 77.000 niños obligados a abandonar los estudios o a ni siquiera comenzarlos. Entre los adultos, la tasa de escolaridad es muy baja: el 52% para los varones y el 20% para las mujeres, mientras que el 65% de la población es analfabeta. Educación y formación son una prioridad para ellos y son también el modo práctico para hacer durar la paz: la exclusión empieza por el desequilibrado acceso a la educación; y la exclusión empuja a la violencia. La necesidad más urgente es pues la de prolongar las posibilidades pedagógicas a fin de garantizar un acceso más equilibrado a la educación y a la formación para todos los grupos de la sociedad burundesa. El proyecto prevé la construcción de seis bloques de aulas escolares para la educación primaria, la alfabetización, el apoyo escolar para 300 personas al año ( menores de la calle, jóvenes pobres, madres de familia, gente errante).
2. El desarrollo de la formación profesional y la reinserción económica de la población dispersa.
El retorno de la población refugiada o disperdigada, la desmobilización de los excombatientes, la destrucción de las infraestructuras económicas y sociales y los persistente problemas de inseguridad, han dado origen a un rápido aumento de la pobreza en una situación ya de por sí muy difícil. Además no ha cesado la emigración voluntaria de muchos jóvenes del campo ya que la elevada densidad de población respecto a la superficie cultivable (la dimensión media de una fábica es de media hectárea) arroja una producción de mera subsistencia. Refugiados a la búsqueda de un nuevo alojamiento y emigrantes a la búsqueda de fortuna masifican los barrios periféricos de Bujumbura, ante la dificultad de encontrar trabajo. La creciente desocupación representa pues otro problema grave que amenaza la estabilidad social y el desarrollo futuro de Burundi. La falta de mano de obra cualificada no anima a la diversificación de la actividad productiva, necesaria para absorber el retorno de la población errante y rebajar la presión en la ocupación de la tierra, como también para extender la base productiva de la economía. Tan sólo un 1,8% de los alumnos de las escuelas superiores frecuenta la escuela profesional, que, a su vez, son el 9,% de los jóvenes burundeses entre 13 y 19 años. El proyecto tiene previsto establecer cursos bienales permanentes de formación profesional en sectores como la informática, administración, carpintería, soldadura mecánica, hidráulica, ebanistería, construcción, sastrería, para un total de 500 alumnos cada año: Hutus y Tutsis entre 15 y 21, jóvenes abandonados, madres de familia, jóvenes pobres.
3. Una respuesta local al problema de los menores de la calle.
Al problema del desempleo permanente se añade un problema social, ligado a la urbanización: para muchas familias, el paso de la vida comunitaria rural al individualismo urbano ha cambiado la naturaleza de las relaciones interpersonales con la consiguiente disgregación del tejido familiar. El número de niños en situación difícil ha crecido considerablemente en el país, y especialmente en los alrededores de Bujumbura: hay menores, cabezas de familia; menores no acompañados, niños en la cárcel, chavales errantes, chicos de la calle, niños soldado “doriya” que viven aún hoy con bandas militares, niños refugiados, huérfanos, niños de las minorías excluidas, como los Batwa. A todo esto se añade el número creciente de huérfanos del SIDA, estimado en unas 90.000 personas. El proyecto prevé la construcción de estructuras de acogida (dormitorios y cocina/comedor) para hospedar a 150 menores al año, que se incorporarán al curso de recuperación, de escolarización, de formación profesional, de preparación para el trabajo. Todo estará abierto a todos los menores en situación difícil. La cocina podrá preparar 500 comidas al día para los hijos de las familias más necesitadas.
Il progetto prevede la realizzazione di strutture di accoglienza (dormitorio e cucina/refettorio) per ospitare 150 minori l'anno, che saranno inseriti nel percorso di recupero, scolarizzazione, formazione professionale, avviamento al lavoro. Le strutture saranno aperte a tutti i minori in situazione di difficoltà: la cucina sfornerà 500 pasti quotidiani per i figli delle famiglie più disagiate.
|