Focus

Focus 2005

Japón - GIA01-03-2005


Proyecto: Salesio Gakuin (Salesian Aspirantates)
Fecha de Fundación: 1994/1995
Lugar: Yokohama e Yokkaichi
Inspectoría: GIA - Giappone, S.Francesco Saverio

Parece casi una ironía pensar que los aspirantados menores hayan sobrevivido en el Japón. Aún si esos aspirantados, en occidente, han desaparecido hace ya muchísimos años, Japón sigue fiel al valor que supone la formación de candidatos jóvenes a la vida religiosa. Los que creen que la formación del aspirantado es anticuada, que se detengan un ratito y que echen un vistazo a lo que este país moderno puede hacer. Para ciertas sociedades, los aspirantados pueden parecer como tabús o faltos de sentido. Pero no para el Japón. Y tampoco para los salesianos.

El Aspirantado Menor Salesiano en Japón encontró su sitio en diferentes localidades del país en sus 79 años de historia. Empezó en Miyazaki, el lugar en que comenzó el trabajo del Venerable Cimatti con el primer grupo de salesianos. Aquí se formaron varios de los salesianos que cargan ahora con responsabilidades en la inspectoría. Más tarde, hubo también el aspirantado en Suginami, Tokyo, unido al actual Ikuei Polytechnic School. Se construyó un nuevo aspirantado en Osaka en 1966, aunque, lamentablemente, tuvo que ser cerrado en 1971 por falta de aspirantes. Más adelante, en 1973, el aspirantado fue abierto de nuevo en la escuela salesiana de Kawasaki. Fue aquí donde las vocaciones crecieron hasta la cifra de 50 o más aspirantes en los años ochenta, aunque parezca una ironía, el año del apogeo de la economía japonesa. La cifra de 35 - 50 aspirantes se mantuvo hasta la mitad de los años noventa.

Dejando de lado el hecho de que la Escuela Media y la Escuela Superior de Kawasaki tuviera que ser transferida a Yokohama, el aspirantado tuvo que ser dividido en dos; uno para atender el seguimiento vocacional y otro para los estudios. Así ha quedado establecido el aspirantado actual en Japón. La mitad de los 30 aspirantes actuales residen en Yokohama, donde van a clases en la Escuela Media o en la Superior, transferida en los años noventa. La otra mitad reside en Yokkaichi y van a clases a la escuela de los Padres Piarist. En realidad, el lugar donde residen pertenece también a los Padres Piarist. El nivel de estudios de la escuela en Yokohama es bastante alto, debido a que muchos de los estudiantes pueden optar posteriormente, a universidades de prestigio. Pero para un aspirantado que se mantiene en un nivel medio como el nuestro, no podemos optar por los niveles standard de Yokohama. Por eso se pensó en el aspirantado Yokkaichi. Después de todo, lo que interesa es el cuidado de las vocaciones. Y en el caso de un candidato capacitado, se le pide que haga un esfuerzo superior con una formación ulterior. P. John Kojima era un sacerdote que acababa de ser ordenado cuando se le pidió que asumiera la responsabilidad de los aspirantes menores en Yokohama. Tenía bien presente que, para todos ellos, que iban desde la Escuela Media hasta la Superior, él era formador, asistente, padre y hermano mayor, todo a la vez. Ahora que el P. Kojima ha sido transferido a su nuevo puesto de trabajo y a su comunidad en Ikuei Salesian Polytechnic, comparte con nosotros cómo era su trabajo y su apostolado en el aspirantado.
Como formador, el P. John daba una conferencia semanal y clases de catecismo semanales a los aspirantes. Procuraba que el tradicional encuentro salesiano se cumpliera fielmente. Respetando el carácter japonés, en que se hace difícil abrirse fácilmente a otra persona, él cambiaba cada mes la manera de llevarlo a cabo. A veces, se hacía individualmente. Otras veces lo hacía por grupos, según la edad o el nivel de clases.

Como asistente, él estaba siempre con ellos, incluso hasta ciertas horas de la noche con los estudiantes mayores que preparaban los exámenes de acceso a la universidad.

Como responsable de los aspirantes, el Padre los representaba en la escuela. Con todo, estaba convencido de que era vital para el crecimiento y la formación del adolescente, mantener la cooperación de sus padres a través de contactos, encuentros y demás actividades escolares. Los padres se encuentran al principio y final del año escolar para una reunión formal. El P. John no olvidaba enviar a sus casas la tarjeta con los informes pertinentes. Por lo que se refiere a los contactos de los aspirantes con sus padres, el Padre los animaba a hacerlo por teléfono, mail o por carta. Y teniendo en cuenta que no todos los aspirantes provienen de la región cercana a Yokohama, no aconsejaba a los padres a visitar a sus hijos más que en ocasiones especiales. Para el P. Kojima, el centro de la formación de estos jóvenes aspirantes se sitúa en la RESPONSABILIDAD PERSONAL. A medida que crecen, se les acostumbra a que asuman algún trabajo en la casa y ejerzan la responsabilidad de lo que hacen, ya sea el trabajo, el juego o el estudio. Enfocado todo hacia la formación humana del candidato, se recomienda muy mucho al aspirante que se inscriba en clubs y en actividades escolares. Esto supone enrolarse en competiciones interescolares o en salidas, exponiendo así al aspirante a nuevas experiencias. En esto el P. Kojima piensa que cualquier opción no se deja solamente al arbitrio del aspirante. El DIALOGO y la comunicación son claves en la profundización de la responsabilidad personal.

En la actualidad, tener en Japón 30 aspirantes es algo serio. Las vocaciones han ido bajando estos años pero no pasa lo mismo con los salesianos. La Inspectoría de Japón organiza un Campo de Verano sobre la Biblia para jóvenes vocaciones. Y es de aquí de donde provienen muchos de nuestros actuales salesianos. Muchachos, de edades entre 10 y 18 años, llegan de todo el país y pasan juntos algunos días de diversión, de recreo, de reflexión, haciendo vida comunitaria, en el Campsite Salesiano de Lake Nojiri, en Nagano. No se trata tan solo de ir a las parroquias y mirar de “pescar” vocaciones. El Equipo Vocacional Salesiano, respetando siempre la autoridad del párroco en su territorio, se ofrece o se hace invitar para diferentes prestaciones en la organización de actividades para jóvenes. El Equipo ve en estos encuentros como la “incubación” de la vocación en muchos de ellos. Y que de esta actividad de “plantar la semilla”, de donde llegan las peticiones. Los aspirantes del nivel 9 en adelante echan también una mano como jefes de grupo. De la misma manera que participan en las diferentes actividades de la Inspectoría y de la iglesia local, también se muestran interesados en el trabajo duro en estos campos.

No son solamente los salesianos los que tienen aspirantado de adolescentes. También otras congregaciones condividen la convicción de que para asegurar y defender la formación de sus jóvenes candidatos, un país no cristiano como el Japón debe necesariamente agruparlos en un lugar donde puedan estudiar lo que su país y su congregación requieren de ellos. Si en otros países creen que los aspirantados hacen perder a los candidatos mucho de ellos mismos, en Japón, los aspirantados hacen que los candidatos crezcan en adquirir conciencia de su vocación. Y concretamente, en el caso de los salesianos, que no tienen bien diseñada la formación de vocaciones adultas, fomentar las vocaciones incipientes entre la generación joven es, verdaderamente, indispensable.

Si hay algo que pueda garantizar la preservación del aspirantado en el Japón, será el apoyo de la Inspectoría en su conjunto. El P. Kojima cree, al igual que muchos de los formadores, que el trabajo vocacional no es solamente el trabajo del Equipo Vocacional Inspectorial. Es el trabajo de todos los salesianos. Concierne a todos los salesianos. Y asegura el futuro de todos los salesianos.


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