El sábado 21 de julio, después de varios meses de recabar fondos y prepararlo, diez estudiantes y tres profesores del Colegio Salesiano de Thornleigh, en Bolton (Inglaterra), volaron desde Manchester para iniciar tres semanas de trabajo y vida comunitaria en el Estudiantado de Moshi, en Tanzania.

Desde el aeropuerto de Nairobi, el grupo viajó por la costa de Impala, a través de la frontera de Kenya con Tanzania. El viaje, que duró siete horas, les acercó las muchas diferencias que ellos podían esperar entre la vida en Europa y la vida en África. El padre Jerstice dio la bienvenida a Moshi al grupo, al pie del Kilimanjaro, y les mostró la casa, que había sido renovada especialmente para ellos por una orden de religiosos locales (Apostolic Life Community of Priests in the Work of the Spirit, La Comunidad de Vida Apostólica de los Sacerdotes de la Obra del Espíritu Santo).

Después comenzaron a trabajar. Dos estudiantes fueron al Hospital Saint Joseph, llevado por religiosas, Hermanas de Nuestra Señora del Kilimanjaro. Ambos esperan estudiar medicina y han cogido mucha experiencia haciendo camas, administrando medicación por vía intravenosa, y asistiendo a operaciones quirúrgicas.

Cuatro estudiantes fueron a la Escuela Primaria del Aeropuerto de Moshi. Después de un día observación estuvieron enseñando inglés a aulas de niños, y respondiendo innumerables preguntas mientras los encontraban en los juegos o en el parque.

Los otros cuatro estudiantes fueron a la Escuela Secundaria Bendel Memorial para enseñar Química, Biología, Matemáticas, Física y clases de inglés a grupos de 35-40 chicos de una edad de 12-17 años. Esta fue también una desafiante tarea para los estudiantes que debieron ganarse la confianza de los alumnos, que no eran mucho más jóvenes que ellos.

Tanto en un lugar como en otro se esperaba que los estudiantes aprendieran rápido. El lema era: “Hoy miras, mañana haces”. En los diversos lugares quedaron impresionados por la simpatía y la gratitud de todos, jóvenes y mayores, con quienes trabajaron, especialmente con los más pobres. Como uno dijo: «Se nos ha hecho mucho más agradecidos por todo lo que tenemos y queremos por un poco menos».

Como resultado de los fondos recabados en Gran Bretaña, los estudiantes pudieron hacer unas donaciones de 1750 libras a cada una de las escuelas, 1000 libras al Hospital, y otros 1000 a un proyecto de chicos de la calle en Nairobi.