EMPLAZAMIENTO
Sobre una colina rocosa, trepando por los peldaños tallados en la roca, se llega al Centro Salesiano de Guala, justo sobre Adigrat (Etiopía). Encontramos una comunidad de gente joven preparándose para seguir a Don Bosco. Se trata de una casa de formación de estudiantes de filosofía y teología. Al lado mismo, en un ambiente festivo típicamente salesiano, se han añadido un oratorio y un centro de jóvenes. En 1990, al término de una visita a la comunidad, Abuna Sebhat-Leab Worku, obispo de Adigrat, decía sonriendo: “Me siento feliz al ver la trasformación que habéis hecho de esta roca en una colina de oración.”. A decir verdad, esta transformación pudo lograrse, en gran medida, gracias a su esfuerzo personal. El fue el primer sacerdote salesiano etíope. Y fue él quien luchó decididamente para hacer venir misioneros salesianos a Etiopía, primero a Makallè (1975), y más tarde a Adigrat. Cinco años antes, los Salesianos habían empezado la construcción de su residencia entre estas rocas, muy cerca de la casita que perteneció a Giustino de Jacobis, el mismo año en que fue canonizado por el Papa Pablo VI, año de la primera llegada de los Salesianos a Etiopía.
LA HISTORIA
Adigrat, justo en el límite entre Etiopía y Eritrea, había quedado atrapada por Eritrea durante décadas en una guerra de independencia. Al inicio de los años 90, una alianza entre el Frente de Liberación Eritreo y el Tigray acabó con el dictador Menghistu. Pero sólo unos pocos años después, se declaró la guerra entre estas dos naciones.
“Las hostilidades tuvieron un fuerte impacto en nuestro trabajo”, dijo el P. Philip Dore, durante tres años Superior de la Comunidad salesiana de Adigrat. “Centenares de personas fueron víctimas de grupos armados, mientras fueron miles los que huyeron buscando refugio en otra parte. Estos desplazamientos de familias llevaron a muchos al límite del sufrimiento. Necesidad de alimentos, de protección y de un lugar donde cobijarse iban en continuo aumento. Ante tal situación de emergencia miramos de aportar a las familias desplazadas todo nuestro esfuerzo, en estrecha cooperación con otros grupos humanitarios que trabajaban allí”.
VOCACIONES
De esta manera, la actividad social fue de la mano de lo que era el objetivo principal de la casa salesiana de Adrigat, es decir, fomentar la ayuda a la promoción de vocaciones. Dicha tarea la había llevado a cabo primero la Comunidad de Makallè, pero a medida que los seminaristas iban alcanzando el final de sus estudios secundarios, se buscó para ellos un lugar más adecuado para continuar sus estudios. Una de las principales razones de haber escogido Adigrat fue el hecho de que el seminario mayor diocesano se encuentra en esta localidad y está afiliado a la Universidad Urbaniana de Roma.
DON BOSCO HA ATRAÍDO A LA JUVENTUD AFRICANA
El carisma de Don Bosco fascina a los jóvenes de Etiopía y Eritrea. Los salesianos del mañana se preparan en los salesianos etíopes de Adrigat. “El Sistema de Don Bosco - el Sistema Preventivo - da a los jóvenes etíopes y eritreos la posibilidad de una formación que les aporta madurez a través criterios válidos basados en valores que les permiten formar parte de la sociedad y les garantiza el éxito en su afán de construir una sociedad mejor. El testigo de la comunidad y de la formación cetequética ofrece el resultado de cristianos ante los desafíos del Evangelio y les ayuda a sentirse constructores del Reino. Sin olvidar la educación y la formación religiosa para todos, la Comunidad Salesiana ha derrochado sus energías también en la promoción de vocaciones a la vida religiosa salesiana. Con todo, los misioneros son pájaros de paso. Serán los Salesianos locales los que llevarán Don Bosco a su propia cultura".
“En este trabajo por las vocaciones”, afirman los Salesianos,“nos hemos visto ayudados por factores culturales, históricos y también por otros de carácter local: Etiopía ha sido cristiana desde los primeros tiempos y tiene su propia tradición monástica. Es la unica nación africana que se ha mantenido fiel al Evangelio a lo largo de casi dos mil años, con su recio espíritu religioso, su gran devoción a Nuestra Señora y al espíritu de sacrificio. Las familias católicas compiten con orgullo unas con otras para tener un hijo religioso o sacerdote y representan una ayuda muy válida para las vocaciones”.
RESULTADOS
Como fruto de todos estos años de actividad vocacional, los Salesianos etíopes y eritreos que han hecho su profesión son en la actualidad más de 80, desde 1986. De éstos, 16 han sido ordenados sacerdotes entre 1991 y 2006. Otros 12 han hecho su profesion perpetua como Salesianos Coadjutores. Los estudiantes de filosofía y teología son 18 y otros tres están haciendo otros estudios. Dentro de pocos años, bien preparados con estudios apropiados, podrán emprender niveles superiores de responsabilidad en comunidades y en obras.
Hay, en la actualidad, seis novicios en Debre Zeit, seis prenovicios en Addis Abeba-Mekanissa y tres en Dekemharè, y alredor de un centenar de aspirantes en diferentes seminarios menores. Existe de hecho un verdadero proyecto sobre hermanos jóvenes que están siendo preparados para asumir sus responsabilidades.
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