La intención del programa, titulado en lengua local “Kalai-vazhi Yirai-mozhi”, es dar a los jóvenes la oportunidad de formar grupos y movimientos en las parroquias e instituciones para sensibilizar a las personas sobre la cultura y la tradición local, comprometiéndose así en la catequesis cultural y la formación de los jóvenes: un ministerio salesiano prioritario para los jóvenes (“Kalai-vazhi Yirai-mozhi” significa, de hecho, evangelización de la cultura a través de la catequesis cultural).
Al evento asistieron setenta y ocho chicos de secundaria y bachillerato de cinco parroquias, que recibieron una formación especializada en las artes tradicionales de la danza y las artes mímicas, por parte de diez instructores calificados de dos instituciones diferentes.
Durante cinco días, los instructores prepararon a los menores para ejecutar danzas y espectáculos para canciones populares sobre temas como la salvaguardia de la naturaleza, la importancia de la agricultura, la conservación de la tierra y los recursos hídricos...
Además de la formación específica, el valor del programa fue proporcionar a los jóvenes participantes la oportunidad de vivir juntos en una nueva comunidad, encontrando nuevos amigos y relaciones. En las sesiones diarias de compartir y dialogar antes de acostarse, y en los breves momentos de recreación durante el día, los participantes fueron abiertos y sinceros al destacar las cosas hermosas vividas, así como las cosas a mejorar. Y el día solía concluir con el pensamiento de las “buenas noches salesianas” y una breve oración.
El campo de formación, apoyado por “Surabi”, el ente inspectorial para las actividades sociales, fue inaugurado por el Padre Edwin Vasanthan, Ecónomo de INM, y fue clausurado por el Padre Stanislao Swamikannu, Director del DBYAC. En esta última ocasión, una visitante, presente durante la sesión de clausura, subrayó a todos el mensaje de San Juan Bosco “Haz el bien mientras tengas tiempo”, impreso en las camisetas de los niños y, hablando en nombre de todos, elogió las exhibiciones de danzas tradicionales por parte de los menores, ejecutadas de manera profesional.
Después de la distribución de certificados a los participantes, el evento concluyó con un momento de ágape fraterno; y los presentes despidieron con emoción la obra del DBYAC, en la cual vivieron cinco días de crecimiento, amistad y evangelización, rodeados de un entorno inmaculado y fascinante.