Mensaje a los jóvenes por Don Bosco 2017
Mis queridos jóvenes:
Estoy realmente muy feliz de poder llamar a la puerta de vuestros corazones en esta fiesta de Don Bosco.
Ahora cuando me estéis viendo me encontraré en Santo Domingo, República Dominicana, celebrando la fiesta Don Bosco, este año, en el continente Americano, el año pasado fue en África, en Sierra Leona.
Siempre es una alegría y poder decirles y deciros como ha dicho el Papa Francisco en una carta que pocos días atrás dirigió a todos los jóvenes con motivo del anuncio de la preparación del Sínodo XV del 2018 que tendrá como tema: “Los jóvenes, la fe y discerniente”.
Y el Papa os decía: “Mis queridos jóvenes, os escribo a vosotros porque os llevo en el corazón”.
Puedo aseguraros porqe sé lo que significa esa experiencia, porque cuando pienso en los jóvenes de todo el mu ndo salesiano, me siento muy cercano a todos vosotros. Cuando pienso qué podría deciros Don Bosco, se me ocurren siempre muchas cosas, sabiendo que la realidad es muy desigual entre todos.
Muchos de vosotros estudias algunas materias, algunos estudios en el liceo, en el instituto, otros en la formación profesional, los talleres ocupacionales, en el mundo universitario, otros no tenéis esa oportunidad.
Algunos tenéis medios para desarrollar tantas capacidades, otros muchos jóvenes de lugares salesianos del mundo no tienen tantas posibilidades.
Pero siempre hay algo en lo que me siento muy cómodo y es en tomar conciencia de que el corazón de todos vosotros, jóvenes, tiene un mismo sentir.
Hay una sensibilidad juvenil que es muy común.
Y es por eso que me permito dejaros como mensaje algo que ya también en una ocasión os ha dicho el Papa Francisco y que me parece muy oportuno.
No hace mucho os dijo: “Queridos jóvenes, yo confío en vosotros, yo rezo por vosotros, no tengáis miedo a ir contra corriente”.
Este mensaje es el que yo quiero dedicaros y desarrollar. Mis queridos jóvenes, yo también confío tanto en vosotros, rezo por vosotros, y os invito a ser capaces de ser vosotros mismos, a responder a los ideales cuando en el corazón los sentís, a no tener miedo cuando en lo más profundo de vuestro corazón experimentáis que Jesús pide algo bonito y grande de cada uno de vosotros.
Os invito a seguir siendo capaces de compromiso, de donación, hasta que duela, como decía madre Teresa de Calcuta, hoy santa: “Amar y servir hasta que duela”.
Entre otras cosas, mis queridos amigos y amigas, porque son también muchos los jóvenes cercanos a vosotros que están cansados, que no tienen sueños, que no tienen ideales, que no esperan grandes cosas.
Ahí es donde vuestra presencia como compañeros, como amigos, como discípulos misioneros es muy importante y muy valiosa para mostrarles que en la vida no se pueden dejar de lado las grandes decisiones.
Incluso para acompañarles en un camino que les pueda llevar a Jesús.
Un Jesús que no vende jamás humo y menos a vosotros jóvenes.
Un Jesús que se ofrece a sí mismo, que invita a estar con él.
Solo esto, terminando también con palabras del Papa en las que os invita a estar abiertos a lo que el Espíritu diga en cada una de vuestras vidas, que nunca tengáis miedo a escuchar lo que el maestro os dice.
Mis queridos jóvenes, amigos y amigas, de todo nuestro mundo salesiano, ¡feliz fiesta de Don Bosco! Don Bosco os querría profundamente felices aquí y después en la eternidad.
Don Bosco os quiere de verdad profundamente humanos, honrados ciudadanos, que desarrolláis todas vuestras capacidades y os quiere siempre amigos de Jesús.
Feliz fiesta, hermosos días y que sigamos transmitiendo lo mejor de nosotros a quienes están a nuestro lado.
Mis queridos amigos, hasta siempre.