Buenas noches del Postulador General de las Causas de los Santos:
"Propuesta pastoral y espiritual de la santidad del salesiano"
27 de febrero 2014
Es necesario expresar un profundo y religioso sentido de gratitud y alabanza por la santidad ya reconocida en nuestra Familia, y por la que está en camino de ser reconocida. El éxito de una causa de beatificación y canonización es un acontecimiento de extraordinaria importancia teológica y eclesial. Se trata, en realidad, de un acto de discernimiento sobre la fama de santidad de una persona bautizada, que vivió las Bienaventuranzas evangélicas en grado heroico o que dio su vida por Cristo. Actualmente nuestra Postulación abarca 166 candidatos, de los cuales, 9 Santos, 117 Beatos, Venerados 11, y 29 Siervos de Dios.
Nuestras Constituciones nos recuerdan: "La Iglesia ha reconocido en ello la acción de Dios, sobre todo aprobando las Constituciones y proclamando el Santo Fundador " (art. 1) . " Como miembros de la Iglesia en camino nos sentimos en comunión con nuestros hermanos y hermanas del reino celestial, y necesitados de su ayuda. Don Bosco confió nuestra Sociedad de una manera especial, además de a María, a la que él hizo patrona principal, a San José y a San Francisco de Sales, celoso pastor y doctor de la caridad. Veneramos también como protectores particulares a Santo domingo Savio, signo de las maravillas de la gracia en los adolescentes, y a los demás miembros glorificados de nuestra familia”. (art. 9 ) "Los hermanos que han vivido o viven con plenitud el proyecto evangélico de las Constituciones nos estimulan y ayudan en el camino de la santificación. El testimonio de esta santidad, que se realiza en la misión salesiana, revela el valor único de las Bienaventuranzas, y es el don más precioso que podemos ofrecer a los jóvenes. "(art. 25 ) "La fe en Cristo resucitado sostiene nuestra esperanza y mantiene viva la comunión con los hermanos que descansan en la paz de Cristo. Ellos consumieron su vida en la Congregación, y no pocos sufrieron incluso el martirio por amor del Señor" (Art. 94) .
“Una de las ideas que indican el renovado impulso que el Concilio Vaticano II dio a la evangelización es la vocación universal a la santidad, que como tal se refiere a todos los cristianos (cf. Lumen Gentium , 39-42 ) . Los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus expresiones. Ellos son, en particular, también los pioneros e impulsores de la nueva evangelización: con su intercesión y el ejemplo de su vida, atenta a la inspiración del Espíritu Santo, muestran a las personas indiferentes o incluso hostiles la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo; e invitan a los creyentes, por así decirlo, tibios, a vivir con la alegría de la fe, esperanza y caridad, a redescubrir el "gusto" de la Palabra de Dios y de los sacramentos, especialmente del Pan de Vida, de la Eucaristía... La santidad no conoce barreras culturales, sociales, políticas, religiosas. Su lenguaje - el del amor y la verdad - es comprensible para todas las personas de buena voluntad, y los acerca a Jesucristo, la fuente inagotable de vida nueva” (1)
1 . Promover el patrimonio de santidad que origina el carisma de Don Bosco.
Somos depositarios de una herencia muy valiosa que merece ser mejor conocida y valorada. El riesgo está en reducir este patrimonio de santidad a un acto celebrativo litúrgico, y no dar valor máximo al potencial de tipo espiritual, pastoral, eclesiástico, educativo, cultural, histórico, social, misionero... Los Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios son pepitas de oro preciosas que se han rescatado de la oscuridad de la mina para que puedan brillar y reflejar en la Iglesia y la Familia Salesiana el esplendor de la verdad y el amor de Cristo. El aspecto pastoral descubre la eficacia que tienen tales figuras como ejemplos salidos del Cristianismo vivido en situaciones socio-culturales particulares de la Iglesia y de la Familia Salesiana. El aspecto espiritual implica la invitación a la imitación de sus virtudes como fuente de inspiración y de organización. El cuidado pastoral y espiritual de una causa es una forma auténtica de pedagogía de la santidad con la que deberíamos, en virtud de nuestro carisma, ser especialmente sensibles y cuidadosos. Conocer y dar a conocer estas extraordinarias figuras de creyentes genera una progresiva participación en su mismo itinerario, un apasionado interés en sus vidas, el gozo de compartir proyectos e ilusiones que animaron su camino, y que llevaron, entre las comunidades cristianas, al nacimiento de los grupos de la Familia Salesiana, y entre las personas, a verdaderas amistades espirituales, unidas por una "simpatía" afectiva y espiritual.
La santidad es la encarnación del carisma, y ayuda a vivir en forma concreta el espíritu salesiano, venciendo la tentación y el peligro de las ideologías y falsas justificaciones, con la oferta de buenas prácticas, encarnaciones auténticas del carisma. Hay una apología de la santidad, que muestra, no con palabras o documentos, sino con la vida, la belleza y la verdad del Evangelio de Cristo y del carisma salesiano.
2 . Difundir el conocimiento, la imitación y la intercesión de nuestros candidatos a la santidad.
Aunque no faltan grupos e iniciativas que promueven de modo laudable el conocimiento y oración referidos a un Santo, Beato, Venerable o Siervo de Dios, es necesario que este aspecto se cuide más en nuestras Inspectorías, en comunión con la Iglesia local y la Familia Salesiana. En este sentido, llama la atención el considerable número de Venerables (actualmente 11), que, de hecho, podrían ya ser beatificados, pero falta el milagro del que siguen pendientes. Un dato en el que pensar es que la última canonización de la Familia Salesiana, promovida por nuestra Postulación es la de Santo Domingo Savio (12 junio 1954): ¡Hace 60 años! La canonización de San Luis Versiglia y San Calixto Caravario se realizó con dispensa del milagro, concedida por el Papa, el Beato Juan Pablo II.
Responsable de las causas no es solo el Postulador, o algún devoto individual, sino la comunidad eclesial, que en los diversos componentes interesados (diócesis, parroquias, congregaciones, asociaciones, grupos...) expresan el interés, el entusiasmo y la participación. En este sentido, invitamos a:
- Fomentar la oración por intercesión del Santo o Beato o Venerable o Siervo de Dios, por medio de imágenes, folletos, libros... difundidos en las familias, parroquias, casas religiosas, centros de espiritualidad, hospitales, pidiendo la gracia de milagros y favores. Está confirmado que es particularmente eficaz la difusión de la novena en diferentes casos de necesidades materiales y espirituales. Son evidentes dos elementos formativos: el valor de la oración persistente y confiada, y el de la oración comunitaria.
- Recoger las gracias y favores que se declaren. En particular, en el caso de curaciones extraordinarias, es importante recoger con urgencia y diligencia, toda la documentación médica (de antes y después) y teológica concerniente al presunto milagro.
- Valorar algunos eventos, como aniversarios, beatificación, declaración de Venerable… Preguntémonos, por ejemplo, qué efecto ha tenido la beatificación de Stefano Sándor en nuestras Inspectorías, como testimonio de la radicalidad en su vivencia de la propia consagración apostólica hasta dar la propia vida por los jóvenes, en la promoción de la vocación del salesiano coadjutor, en el testimonio de fe en contextos de persecución de la Iglesia, en la relevancia social y política de ese testimonio. O qué consecuencias ha tenido el centenario de la muerte de Don Rúa con la riqueza de las aportaciones que se han hecho.
- Promover y acompañar espiritual y pastoralmente las causas en curso, especialmente en las Inspectorías donde nuestros Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios, vivieron o murieron. Hay una geografía de la santidad salesiana, que revela cómo se ha encarnado el carisma en el tiempo y en la historia. La valorización del lugar no es una consideración extrínseca a la fe, sino la condición de posibilidad para que la fe pueda nacer y crecer. Este seguimiento, planeado y organizado en las Inspectorías, y en comunión con la Familia Salesiana, revelará que existe un proceso vivo y eclesial, y no un procedimiento puramente formal y burocrático.
3 . Discernimiento inicial antes de presentar una causa.
En primer lugar, es necesario, por parte del Inspector y su Consejo, investigar y documentar con suma diligencia la fama sanctitatis et signorum del candidato, y la relevancia del caso, a fin de verificar la verdad de los hechos y la consiguiente conformación de una razonada certeza moral. También es fundamental que la causa en cuestión sea de interés para una porción relevante y significativa del pueblo de Dios, y no sea solo la intención de un grupo, o incluso de un par de personas. Debe preguntarse seriamente: ¿A quién le importa esta causa? ¿Quién la promueve? ¿Quién quiere realmente este proceso? Todo esto implica un discernimiento inicial más razonado y documentado, para evitar el desperdicio de energías, fuerzas, tiempo y recursos. Toda causa iniciada requiere mucho compromiso, esmero y dedicación. El paso del tiempo, el cambio de las personas (postulador, relatores, vice-postuladores, colaboradores... ) a menudo ralentizan, cuando no lo detienen el proceso en marcha.
4. En la perspectiva del tema Capítulo.
La santidad reconocida o en proceso de reconocimiento, por un lado, ya es la realización de la radicalidad evangélica y de la fidelidad al proyecto apostólico de Don Bosco al que considerar un recurso espiritual y pastoral; por otra parte, es un desafío para vivir, ya sea el trabajo como un "medio de santidad", ya la templanza como requisito indispensable para la santidad, porque es generadora de la libertad de espíritu que nos hace disponibles para el amor hasta el extremo. Nuestros Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios son la verdadera encarnación del carisma salesiano y de las Constituciones en el tiempo y en las más diversas situaciones, que vencieron la mundanidad y superficialidad espiritual que mina de raíz nuestra credibilidad y fecundidad. Ellos son verdaderos místicos de la primacía de Dios en la entrega generosa, profetas de la fraternidad evangélicos en la práctica de la guardia y corrección, siervos de los hermanos con su creatividad.
La experiencia me confirma meridianamente que la promoción y el tratamiento de las causas de beatificación y canonización de nuestra familia, la celebración común de eventos relativos a la santidad, son dinámicas de la gracia que provocan alegría evangélica y sentido de pertenencia carismática, y que renuevan propósitos y compromisos de fidelidad a la llamada recibida y generan fecundidad apostólica y vocacional.
Don Perluigi Cameroni, SDB
Postulador General de las Causas de los Santos