Buenas Noches del Inspector VIE
“Los Salesianos en Vietnam: crecimiento y retos”
10 April 2014
Ante todo, cordiales saludos a los Superiores y a los miembros del CG27, de parte de los Salesianos de la Inspectoría de Vietnam y Mongolia. Quisiera aprovechar estas Buenas Noches para compartir noticias sobre la situación de los salesianos en nuestra Inspectoría, ① comenzaré con unos antecedentes históricos, ② hablaré después del desarrollo de nuestra Inspectoría y ③ concluiré presentando algunos retos que debemos afrontar en nuestra misión entre los jóvenes.
I. Antecedentes histórico-sociales: la lucha por la supervivencia y la continuación de la misión salesiana.
- Al acabar la guerra de Vietnam fueron expulsados todos los misioneros extranjeros. Los jóvenes Salesianos en Vietnam quedaron literalmente huérfanos. Parecía que todo estaba vuelto del revés. Los Salesianos, al igual que la iglesia local, tuvieron que pasar por muchas pruebas. Algunos fueron encarcelados, otros volvieron a sus casas, y otros intentaron adaptarse a la nueva situación socio-política totalmente anti-religiosa. Hubo quien se dedicó a trabajar manualmente. quien se enroló en el ejército y quien se adaptó a todo con tal de sobrevivir.
- Para superar las pruebas de este período, nuestros Salesianos, tuvieron que usar una estrategia muy semejante a la de los comunistas: “Estar con la gente, estar donde estaba la gente, muy conscientes de que con la gente vive el partido”. Los Salesianos tuvieron que tomar una decisión crucial: la de asemejarse en todo a la gente de las clases obreras. Desde entonces los Salesianos aceptaron trabajar en las parroquias. Pero además del trabajo pastoral trabajaron como campesinos en los campos o como empleados en las cooperativas estatales, aunque con frecuencia su estómago se encontraba vacío.
- Este período puede compararse al tiempo en que la semilla pasa bajo tierra esperando el momento de brotar. Esta experiencia nos ha hecho entender una cosa importante: para entender y tener influencia entre la gente hay que estar con ellos, aprender de su vida y compartir sus problemas
II. Desarrollo
- En 1896 los salesianos comenzaron a ver la salida del túnel: comenzaron inmediatamente a preocuparse en particular de la formación de los jóvenes Salesianos, reiniciando así el proceso de formación interrumpido hacía diez años. Los que habían acabado la formación específica podían ser ordenados, pero no oficialmente, es decir, sin el permiso del gobierno, lo que comportaba problemas y riesgos para los ordenados, como de hecho sucedió a algunos.
- En 1995, tras largas discusiones, se tomaron algunas deliberaciones muy importantes. (1) Reiniciar la pastoral vocacional buscando posibles candidatos y darles la mejor formación posible. Esta ha sido la clave del crecimiento de la Inspectoría. No hubo capítulo inspectorial alguno, en que no se tratase el problema de la pastoral vocacional y el de la formación. Bajo el régimen dictatorial hemos aprendido una preciosa lección: ¡la persona vale mucho más que cualquier estructura e institución! Muchas de nuestras escuelas e institutos fueron confiscadas por el gobierno, y a veces, sin previo aviso. Pero si hay personas, siempre se pueden reemprender las actividades y reconstruir las estructuras. (2) Estar activamente presentes entre los jóvenes. Todas las comunidades deben acogerlos, ofrecerles un ambiente para divertirse, para aprender y para rezar. (3) Inculcar el espíritu de Don Bosco en la devoción popular, poniendo claramente de manifiesto la dimensión bíblica. (4) Dar a conocer a Don Bosco a los jóvenes y a la gente. Se han traducido un buen número de opúsculos sobre Don Bosco para distribuirlos de diversos modos a los jóvenes, en especial a los de las clases trabajadoras. (5) Ofrecer nuestros cuidados pastorales a las familias y a los jóvenes. Para nosotros, Salesianos, en efecto, la familia es la cuna de la vocación. Al mismo tiempo algunos hermanos han comenzado a trabajar entre los jóvenes universitarios, abriendo, por ejemplo, estructuras de alojamiento en un ambiente sano y favorable al estudio y a las prácticas de piedad. Un buen número de seglares de ambos sexos colaboraron en estas iniciativas. De hecho la Inspectoría ha aceptado, con un buen resultado, muchas vocaciones de jóvenes estudiantes universitarios huéspedes de estos pensionados y casas de acogida salesianas.
3. La celebración del 50 aniversario de la presencia salesiana en Vietnam celebrado en 2012 ha marcado un punto de inflexión en la historia de la Inspectoría. Las autoridades eclesiásticas han demostrado un gran aprecio por el trabajo que los Salesianos están desarrollando en Vietnam y hasta el Gobierno ha hecho algunas concesiones demostrando con ello que aprecian la presencia salesiana y en particular todo lo que hacen los salesianos por los jóvenes en vista de una sociedad mejor. La llegada de la urna con la reliquia de Don Bosco a nuestro país puede considerarse como un milagro por el gran impacto espiritual y educativo que ha tenido en la iglesia y en la sociedad.
4. Además, en 1966 partieron los primeros dos Salesianos vietnamitas como misioneros ad gentes y se encendía así el fuego misionero. Los dos misioneros estaban dispuestos a contribuir a las necesidades de la Congregación y de la Iglesia universal. También ha habido equivocaciones y fracasos, pero la Inspectoría sigue estando fuertemente determinada a preparar a los jóvenes salesianos para las misiones ad gentes.
- Lecciones que la historia de la Inspectoría nos ha enseñado:
* Más que a las instituciones, a las construcciones y a las actividades, hay que atender a las personas. Pensamos, pues, que nunca se invertirá suficientemente en la formación.
* La inculturación del carisma de Don Bosco entre las clases trabajadoras y los jóvenes pobres es un factor decisivo para la presencia salesiana en una determinada área. El que Don Bosco tenga una gran influencia no depende de las grandes instituciones, sino de cómo su carisma se encarna en el corazón de la gente y en su modo de educar a los niños. De otro modo obtendremos solo un éxito superficial. La Iglesia nos dice que establezcamos un triple diálogo: con los pobres, con las religiones locales, y con las culturas.
III. Retos
- La Inspectoría debe responder a las necesidades de dirigentes y de formadores. Se trata de una urgencia apremiante porque no se puede formar sin el acompañamiento de guías cualificados, con experiencia y que saben dialogar tanto con los formandos como con los signos de los tiempos.
- En general el nivel intelectual y académico de los jóvenes deja mucho que desear. El sistema educativo de los comunistas, más que una mentalidad crítica, tiende a promover un aprendizaje pasivo. La respuesta a este desafío, parece que supera las capacidades de los equipos de formadores.
- En la situación actual parece que falta una formación humana de base. Ateísmo práctico, consumismo y relajación han destruido muchos valores tradicionales de la cultura vietnamita. La educación no es más que una preparación para un oficio. Se está dando un cambio total en la jerarquía de valores. Este es el motivo por el que parece que en Vietnam reina el caos. Sin una base de formación humana el Vietnam solo cambiara superficialmente.
- Durante años ha prevalecido un estilo de vida autodefensivo, necesario para sobrevivir en un país pobre económicamente, pero rico en corrupción. El fraude y la irresponsabilidad se aceptaban como algo “normal”.
Los católicos vietnamitas siempre han respetado mucho al clero. Para un determinado número de jóvenes ser sacerdote representa una meta que garantiza respeto a su “familia” en el amplio sentido de la palabra. Además, en medio de tan gran pobreza, el sacerdocio y la vida religiosa pueden ser considerados como un modo de poder tener una vida fácil y cómoda, procurarse una buena educación, una especialización y conseguir respeto y hasta riqueza. No son pocos los candidatos que abrazan la vida religiosa sin tener recta intención y sin preocupación alguna por el carisma y la misión de la Congregación. Quisieran pertenecer a una Congregación cualquiera: entrar, eso es todo. Podéis, pues, imaginar lo difícil del discernimiento de los candidatos que viven en esta atmósfera. Para nosotros, un serio proceso de discernimiento es una obligación y una grave necesidad. Hacemos lo que está en nuestra mano para afrontar este desafío.
Como conclusión, permitidme que os diga que, después de un largo período transcurrido bajo el régimen comunista y luchando contra las tentaciones del secularismo actual, los Salesianos del Vietnam han tomado la firme decisión de vivir el primado del Evangelio como un desafío crucial. De esto, precisamente, depende todo el futuro de la Inspectoría.
Don Giuseppe Tran Hoa-Hung
Inspector VIE