Santidad Salesiana

Andrés Beltrami

 

 

 

 

 

 

Inicio del proceso: 21 de abril de 1911
Venerable: 15 de diciembre de 1966

Un joven al que muchos tenían gran consideración

Andrés Beltrami nació en Omegna, en la provincia de Novara, el 24 de junio de 1870. Recibió de su familia una generosa educación en valores cristianos. Andrés, con su carácter vivaz, fue tentado en su virtud por una mala compañía, pero su frecuente recepción de los sacramentos, además de su firme voluntad, hizo de él un joven al que muchos tenían gran consideración.

“Hagan de él un Santo” dijo su madre

Sus padres lo matricularon en el Colegio Salesiano de Lanzo adonde ingresó en octubre de 1883. Se distinguió en sus estudios y en el ejercicio de las virtudes cristianas. Su vocación maduró durante ese tiempo. Más tarde él dijo: “El Señor instaló en mi corazón una íntima convicción, que la única forma de avanzar para mi era siendo un salesiano”. Su madre, al encomendarlo al Director del Noviciado, le dijo: “Hagan de él un Santo”. En 1886 recibió el hábito en Foglizzo de manos de Don Bosco, quien dijo de él: “Hay un solo Beltrami”. En los dos años (1888-1889) que pasó en Turín-Valsalice completó dos cursos de tres años.

Cztaroryski entre sus amistades

Durante esa época conoció al príncipe polaco Augusto Czartoryski, quien había ingresado recientemente a la Congregación y pronto se enfermó con tuberculosis. Fue el padre Beltrami –quien rápidamente se convirtió en su amigo espiritual- quien sería su ángel de la guarda en Valsalice y en aquellos lugares adonde estuvo convaleciente. Escribió: “Soy consciente que he estado cuidando un santo, un ángel”. Más tarde el propio padre Andrés se enfermó, al igual que su santo cofrade, experimentando su sufrimiento con alegría interior.

Dimensión sacrificada del carisma Salesiano

Se ofreció a sí mismo como víctima de amor para la conversión de pecadores y consuelo de aquellos que sufrían, viviendo de acuerdo a su lema: “Ni recuperación, ni muerte; sólo vida para sufrir”. El padre Beltrami aceptó plenamente la dimensión sacrificada del carisma salesiano, como lo deseaba su fundador Don Bosco. El clérigo salesiano Luis Variara, en aquel entonces estudiante de filosofía en Valsalice, se sintió profundamente conmovido por el padre Andrés, y allí descubrió las raíces de la espiritualidad del futuro de las Hijas del Sagrado Corazón: vivir alegremente con Jesús la vocación de sí mismo como víctima.

Ordenado cuatro años antes de mori

Ordenado sacerdote por el Obispo Cagliero, se dedicó a la contemplación y al apostolado de la pluma. Su muy fuerte deseo por la santidad envolvió su existencia, incluyendo el dolor y el trabajo incesante. Era exacto en la observancia de la Regla y tenía un amor ardiente por Don Bosco y la Congregación. En los cuatro años de vida después de su ordenación, él continuó rezando y escribiendo.

Es digna de mención su traducción italiana de la edición crítica de los primeros volúmenes de la obra de San Francisco de Sales. Cuando murió el 30 de diciembre de 1897, tenía 27 años de edad. Su cuerpo descansa en la Iglesia de Omegna, su pueblo natal.

El proceso regular se inició el 21 de abril de 1911. Fue declarado Venerable el 5 de diciembre de 1966