Dio nostro Padre,
Tu hai donato al tuo Servo Giuseppe Augusto Arribat,
discepolo di don Bosco,
un cuore irradiante di pietà sacerdotale,
colmo di dolcezza e di dimenticanza di sé,
uno spirito di pace e un volto sempre sorridente, umile e accogliente.
Degnati di affrettare il giorno in cui la Chiesa
riconosca pubblicamente la santità della sua vita,
affinché il suo esempio spinga i fratelli a glorificarti.
Te lo chiediamo per Gesù Cristo tuo Figlio e Nostro Signore.
Amen.
Venerable: 08 - 07 - 2014
José Augusto Arribat nació el 17 de diciembre de 1879 en Trédou, en el departamento de Aveyron (Francia). Su familia era de campesinos pero con sólidos valores cristianos. La pobreza de la familia significó que el joven Augusto iniciara sus estudios secundarios en el Oratorio Salesiano de Marsella cuando ya tenía 18 años de edad.
El carisma de Don Bosco atrajo a Augusto, quien solicitó iniciar su noviciado con los Salesianos. En 1902 la Francia de aquel momento era radical y había expulsado a 30.000 religiosos. El noviciado fue trasladado a Avigliana en el Piemonte y Augusto recibió su hábito de las manos del Beato Miguel Rua, convirtiéndose en Salesiano a la edad de 25 años.
Habiendo regresado a Francia, al igual que sus cofrades, inició su vida salesiana activa en una forma semiclandestina, primero en Marsella y luego en La Navarre. Fue ordenado sacerdotes en 1912. Entonces fue llamado a las armas durante la Primer Guerra Mundial y sirvió como camillero en el Cuerpo Médico.
Finalizada la guerra, el Padre Arribat continuó su trabajo intensamente en La Navarre hasta 1926, después de lo cual fue a Niza donde permaneció hasta 1931. En 1931 comenzó su actividad como Rector de La Navarre al mismo tiempo que tomó el trabajo de párroco de St. Isidor en el valle de Sauvebonne. Sus parroquianos lo llamaban el “Santo del Valle”. Augusto era un buen hombre y a la gente, joven y anciana, le gustaba estar con él. Su confesionario estaba lleno porque la gente sabía que sería comprendida, perdonada y animada.
Al final del tercer año fue enviado a Morges, en el Cantón de Vaud, Suiza. A partir de entonces. recibió tres mandatos sucesivos, de seis años cada uno, primero en Millau, después en Villemur y finalmente en Thonon en la diócesis de Annecy.
El más peligroso pero también el más pleno de gracia fue probablemente el período en Villemur durante la Segunda Guerra Mundial. Soldados de la SS tomaron el colegio donde él estaba escondiendo a algunos jóvenes judíos. Nada lejos de la casa salesiana solía encontrarse con trabajadores españoles militantes comunistas. Una vez le fue pedido que apaciguara un campo de refugiados políticos. Con una forma abierta y sonriente, este hijo de Don Bosco se ingenió para no alienar a nadie. Su facciones enjutas y su ascetismo recuerdan al Cura de Ars, su sonrisa y su bondad eran verdaderamente salesianas. “Él era la persona más espontánea que se pudiera conocer” dice uno de los testigos.
Regresó a La Navarre en 1953, donde permanecería hasta su muerte el 19 de marzo de 1963. Está sepultado en La Navarre.