Recteur Majeur

Gracias del Rector Mayor a Papa Francesco por este momento de encuentro - 31 de Marzo de 2014

DIREZIONE  GENERALE  OPERE  DON BOSCO
              Via  della Pisana 1111 -  00163 Roma

                          Rector Mayor

Amado Papa Francisco
  Queridísimo Padre

           
  Nos sentimos verdaderamente felices de estar aquí con Usted. Gracias  por este momento de encuentro. Es para nosotros un don precioso y una ocasión  única que nos permite testimoniarle los sentimientos que llevamos en el  corazón. ¡Padre, lo queremos de verdad! Apreciamos su valor y su testimonio.  Constatamos con alegría su gran amor al Señor Jesús, a la Iglesia y su deseo de una  renovación profunda de toda la Comunidad Cristiana que Usted preside en el  servicio y en la caridad.

Recordamos muy bien que para Don Bosco el amor al Papa significaba  amor a la Iglesia  y amor a la Misión,  y este encuentro nuestro no tendría sentido, si no fuese acompañado, al mismo  tiempo, por el deseo de expresarle, querido Padre, la voluntad de renovar  nuestro compromiso carismático y misionero en favor de la Iglesia y del mundo, con especial  atención a los Jóvenes, sobre todo a los más pobres y abandonados. Recogemos,  pues, su invitación a abrir las puertas de nuestras casas y de nuestro corazón  para ser anunciadores de la alegría del Evangelio, creyendo fuertemente en un  Dios que ama al hombre y desea su salvación. Con las palabras de la “Gaudium et  Spes”, queremos compartir las alegrías y los dolores del mundo de hoy y de los  jóvenes que lo habitan, implicándonos plenamente en la construcción del Reino  de Dios.

Durante este Capítulo General, que tiene como tema ser “Testigos de  radicalidad evangélica”, nos hemos sentido en profunda sintonía con la Exhortación Apostólica  “Evangelii Gaudium”, cuyo texto ha iluminado y guiado nuestra reflexión.

Ha sido una ocasión para reflexionar en profundidad sobre nuestra  identidad carismática salesiana, teniendo presente, al mismo tiempo, la necesidad de interpretar de un modo actual cuanto Don Bosco vivió y nos ha  transmitido. Hemos identificado un camino de renovación en el cual nos  comprometemos a vivir la dimensión mística de personas consagradas que tratan de dar en todo la primacía absoluta  a Dios, Señor de Nuestra vida. Movidos por el  Espíritu de Jesús queremos por tanto ser “buscadores y testimonios de Dios”,  acompañando con alegría a los jóvenes en un camino de crecimiento humano y  cristiano.

Nos hemos propuesto renovar el testimonio  profético de nuestra vida fraterna. En un mundo frecuentemente lacerado por  situaciones conflictivas en todos los niveles, nos parece que nuestra vida  religiosa tiene como una de sus principales tareas el testimoniar la alegría de  una comunión de hermanos que se sienten todos discípulos del Señor. Una  fraternidad que implica nuestra vida cotidiana, nuestro trabajo, nuestra  oración y se transforma ella misma en anunciadora de una vida que se expresa en  relaciones nuevas inspiradas por la palabra del Evangelio y capaces de atraer a  los jóvenes a la preciosa experiencia de una vida donada a los otros según el  carisma de Don Bosco.

En nuestra misión deseamos ratificar nuestro deseo de ser siervos de los jóvenes a través  de una propuesta educativa inspirada en los  valores evangélicos y con un empeño generoso para la transformación del mundo.  Deseamos confirmar una vez más el criterio de la opción de Don Bosco: la de una  disponibilidad preferencial hacia los jóvenes más pobres, hacia las poblaciones  más desfavorecidas y periféricas, en los contextos misioneros tradicionales y  en los de la sociedad más secularizada.

Acogemos, querido Papa Francisco, su palabra y sus indicaciones que  orientarán la elección eclesial de las grandes líneas que han  de guiarnos en este próximo sexenio.

Aprovecho la ocasión para agradecerle, con toda la Familia Salesiana,   el haber aceptado ir a Turín con ocasión del Segundo Centenario del nacimiento  de Don Bosco.

Con el afecto de hijos Le aseguramos nuestra oración, confiando Su  misión a la Virgen Auxiliadora, Madre de la Iglesia y pedimos Su paterna bendición.

Ciudad del Vaticano, 31 de Marzo de 2014.

Don Ángel Fernández Artime
        Rector Mayor