Recteur Majeur

Petición del Rector Mayor para unirse a la llamada del Papa Francisco - abril de 2014

Mi Querida Familia Salesiana toda, mis queridos Jóvenes:

Ayer, el Santo Padre nos ha hecho una llamada viva, llena de dolor y de esperanza desde la Fe.

Me han conmovido sus últimas palabras afirmando que "Esta es la hora de Parar. Paren por favor, se los pido de todo corazón, pare por favor". Estoy convencido de que ese ruego lo compartimos la mayoría de los hombres y mujeres de buena voluntad de nuestro mundo.

¡Qué cierto es que todo se pierde con la guerra y todo se puede ganar con la Paz! El Papa Francisco ha hecho una referencia explícita a los niños y niñas a quienes se les trunca la vida, se les corta toda esperanza. Y si bien la tragedia y el horror de la guerra es un drama para padres, madres y abuelos; sin embargo, es el fin para los más indefensos, los que ni siquiera pueden comprender qué pasa, qué sucede.

Queridos hermanos y hermanas de los diversos puntos cardinales donde el carisma salesiano está presente: me permito pediros también que nos sumemos a esta plegaria del Santo Padre, que oremos con verdadera Fe para que el Señor toque nuestros corazones, también el de las personas que pueden decidir el fin de las guerras que ahora mismo existen, y que nos conceda el Don de ser siempre portadores y constructores de su Paz. Recemos para que tanto dolor se convierta en Vida Nueva y Resucitada en Él. Recemos para que nos haga siempre más capaces de compromiso por la Paz y por los niños, niñas y jóvenes que más sufren.

¡Quiera el Señor que siga brillando la esperanza. Un abrazo fraterno,

P. Ángel Fernández Artime – Rector Mayor


"Estimado y querido Don Ángel, he leído la noticia de la agencia ANS donde usted pide a la Familia Salesiana unirse a la llamada del Papa Francisco por la paz. En nombre del Instituto que represento declaro nuestra adhesión a tal petición que viene en coincidencia con el centenario de la Primera Guerra Mundial. Las palabras del Papa Francisco en el Ángelus el domingo pasado tuvieron un claro eco en nuestros corazones.

"Paren por favor", es también nuestra palabra, nuestro deseo, y quiere traducirse en compromiso concreto por la paz en todo el mundo. Pensamos que la primera colaboración en la construcción de este bien precioso es la oración y una vida más comprometida en el testimoniar el amor de Dios, Padre de todos, que no excluye a ninguno del banquete de la vida y de la alegría.

Otra área de compromiso es el de la comunión en comunidad. El Espíritu nos ayude a dar calidad evangélica a nuestras relaciones, nos haga signos creíbles y confiables del mandamiento nuevo que Jesús nos dejó: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn. 15,12).
  El amor todo lo cree, todo lo espera. El amor es la última palabra.

Además, queremos asumir con renovado compromiso nuestra misión de educación de las jóvenes generaciones. Estamos convencidas de que la paz se construye con pequeños gestos cotidianos, cultivando pensamientos positivos, inculcando el respeto por la dignidad y por los derechos-deberes de todos los seres humanos, la aceptación de la diversidad como una riqueza, el valor del diálogo y de cada cultura.
  Al pedir el don de la paz, nuestro pensamiento se dirige especialmente a los sufrimientos de los niños, de los jóvenes, de las mujeres: los más vulnerables e indefensos.

Pedimos juntos al Señor una paz verdadera, una paz duradera, una paz fundada en la justicia, mientras aseguramos nuestra solidaridad, particularmente en la ámbito educativo.
  Con todas las FMA del mundo le saludo con gratitud y afecto".